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Entrevista Breve Sistemica


Enviado por   •  18 de Julio de 2014  •  10.663 Palabras (43 Páginas)  •  215 Visitas

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Bibliografía. Hernández, Nicolás Alejandro y Sánchez Juan de la Cruz. (2007). Manual de psicoterapia cognitivo-conductual para trastornos de la salud. Estados Unidos: LibrosEnRed.

¿Qué es la terapia cognitivo conductual?

Se define como el conjunto de escuelas, teorías y técnicas que dan paso a un sistema psicoterapéutico, basado en una teoría de la psicopatología, y a un cuerpo de técnicas derivadas de la psicología experimental, el aprendizaje social, las ciencias cognitivas, la teoría del procesamiento de la información y la teoría de los sistemas.

Cognición y filosofía

Mucho de lo que hemos aprendido de la filosofía en relación con la psicología y la psicoterapia se refiere a que la búsqueda del conocimiento en aquellos tiempos pretendía ser útil para mejorar la calidad de vida de quienes estaban siendo educados.

Los filósofos orientales y occidentales se dedicaron al estudio y a la comprensión de la naturaleza humana, y específicamente a sus malestares emocionales, esto es, a tratar de entender cómo las perturbaciones emocionales surgían de la forma en que pensaba la gente de cómo el entendimiento y la comprensión podrían ser un instrumento para recuperar su estabilidad emocional.

Desde los inicios de la filosofía, los maestros –los filósofos- estaban preocupados por los problemas psicoemocionales del ser humano, y planteaban que estos problemas, que bloquean o impedían el desarrollo normal como seres humanos, se originaban en lo que ahora llamamos “cognición”.

En el siglo VI, a. C., Lao-Tse funda el taoísmo, una filosofía religiosa que establece el sometimiento del hombre al curso eterno de los acontecimientos. Es una doctrina que plantea la forma correcta de hacer las cosas en armonía con el modo natural de funcionar del universo, cuyo objetivo es alcanzar la inmortalidad. Posteriormente, Confucio traza preceptos relacionados con un sistema moral y familiar que se plasmaron en una guía para la vida. En el año 566 a. C., Sidhartha Gauama, Buda, plantea que el sufrimiento (tanto físico como emocional) se debía evitar a través del dominio de las pasiones humanas, que son las que realmente llevan al individuo a un estado de insensibilidad e indeterminación total, esto es, el “Nirvana” (desnudez, extinción). El budismo afirma que la realidad es construida por el pensamiento, por los juicios valorativos que encarnan pasiones y que generan sufrimiento; lo que básicamente hacían estos filósofos era usar la cognición para encontrar caminos diferentes en la búsqueda del bienestar, un procedimiento muy similar al de los terapeutas cognitivo-conductuales en el trabajo terapéutico con los pacientes.

Es en la Grecia antigua, siglos VI a II a. C., cuando formalmente nace la filosofía. Son los griegos los que iniciaron la liberación de todos los mitos y religiones irracionales anteriores, haciendo uso de una reflexión puramente filosófica. A los griegos se les concede el descubrimiento de la razón, ya que hacían planteamientos y cuestionamientos racionales; la razón era utilizada como un medio para entender y comprender la realidad. El instrumento predominante para el conocimiento era la actividad racional entendida a través de la razón y la comprensión.

La Grecia antigua, la cuna del humanismo, consideraba al hombre como un ser armónico, como el prototipo de la perfección de la creación. Este principio se identifica en la concepción arquitectónica de los templos que construían, en la que se buscaba la serenidad del espectador mientras los contemplaba. Entre los siglos V y IV se registra la época de oro de la filosofía griega, ya que surgieron, además de Sócrates, las dos figuras más grandes de la filosofía de todos los tiempos: Platón y Aristóteles.

Sócrates pensaba que no tenía caso conocer el mundo si antes no se conocía uno a sí mismo como ser humano pensante; destacó el autoconocimiento y adoctrinó a sus discípulos sobre un método de vida que no fuera convencional; de hecho no puso nada por escrito, pero lo que sí hizo fue hablar con sus amigos, con sus conciudadanos, de una forma libre y espontánea. Planteó que la razón era el medio adecuado para penetrar en la realidad. Defendió su posición frente a los sofistas (palabra usada para describir a los maestros dedicados a la enseñanza de la retórica, gramática y filosofía); defendió sus puntos de vista contra los filisteos de la época que se ufanaban de tener un conocimiento que Sócrates consideraba no como producto de la razón o de la verdadera comprensión, sino porque lo escuchaban. Se sabe que a Sócrates le gustaba pasear por las calles de Atenas y cuando se encontraba con un retórico o sofista, le hacía una serie de preguntas sobre cualquier tema que estuviera relacionado con la profesión que decían tener y dominar; entonces, cuando su interlocutor comenzaba a divagar o a dar una respuesta desviada del tema tratado, Sócrates llegaba a la conclusión de que su conocimiento no era verdadero, no estaba basado en la ciencia, y por tanto, no estaba basado en la razón, sino que únicamente así lo pensaban o creían ellos porque alguien más así lo decía o porque lo habían oído. De estas experiencias de Sócrates surge su método conocido como mayéutica socrática (el arte de dar a luz). Para él, un punto de partida era la nescencia (ignorancia): “Sólo se que no se nada”. Fue tanto su ímpetu en enseñar sobre este pensamiento, y tanta su inconformidad con el momento histórico que vivía, que los sofistas lo acusaron de corromper a la juventud de Atenas, por lo que fue encarcelado y sentenciado a muerte bebiendo cicuta. En la actualidad, la mayéutica socrática es un método que los cognitivo-conductuales aplican en forma constante en su práctica clínica para ayudar al paciente a plantear su pensamiento (su cognición) de manera adecuada, racional, reflexiva e independiente, a fin de llegar a conclusiones lógica y desechar lo ilógico del pensamiento (su cognición) de manera adecuada, racional, reflexiva e independiente, a fin de llegar a conclusiones lógicas y desechar lo ilógico del planteamiento.

Platón, discípulo de Sócrates, amante de la sabiduría, alejado del dogmatismo y de los sistemas cerrados, se refugió en la humildad de la poesía que expresaba a través de analogías y comparaciones. Planteaba que el bien podía alcanzarse si se acercaba a las ideas por medio de la contemplación. Suponía que el alma tenía tres partes: una razonadora y dos pasionales, de las cuales una incumbe a la voluntad y otra a los apetitos sensuales. Localizaba las tres partes del alma en la cabeza, y establecía para cada parte una correspondencia con la sabiduría, la fuerza de voluntad y el autocontrol. Con base en estas virtudes, Platón igualaba el bien con el conocimiento, la belleza

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