Entrevista Clínica Psicológica

ENSAYO

ENTREVISTA CLÍNICA

Para el psicólogo clínico la entrevista es la herramienta principal para obtener información acerca de los pacientes, por lo tanto este medio constituye la fuente más importante para descubrir los problemas inherentes que afectan al paciente ya que no solamente se hace a través de lo que la persona expresa, sino también por medio de la observación de las actitudes, comportamientos, gesticulaciones, etc. que presenta el individuo, por lo tanto es importante el lenguaje tanto verbal como no verbal. Además sirve también para indagar sobre las relaciones interpersonales que el sujeto tiene en los diferentes ámbitos de su vida y sus perturbaciones emocionales y mentales, todo esto con la finalidad de establecer el diagnóstico, si es que lo hay, y ver si la persona es candidato a tratamiento terapéutico o psicológico.

En la entrevista clínica no se busca un dato, sino información, un dato aislado no representa mucho, sin embargo la información como conjunto de datos situados en el contexto de la persona es mucho más enriquecedora.

En este proceso de intercambio de información con otra persona intervienen habilidades básicas que se dividen en tres categorías: Actitud general de escucha, postura física del terapeuta y la actitud interna del entrevistador o psicólogo.

El objetivo de la actitud general de escucha es facilitar al profesional el acceso al discurso del paciente. La actitud del entrevistador facilita o dificulta la comunicación durante la entrevista, tal actitud supone una disposición a recibir la comunicación del paciente y se traduce en unas manifestaciones físicas, en forma de posturas, gestos, movimientos, miradas, expresiones faciales, tono, volumen o ritmo de la voz, ritmo de la respiración, etc. A través de esta actitud el entrevistador intenta concentrarse en el mundo del paciente y manifestar su interés por él.

En cuanto a la comunicación no verbal es más importante percibir los efectos de la comunicación no verbal que saber interpretar los efectos de la misma, ya que casi nunca es emitida para ser comprendida, sino para ser sentida.

En las consultas se escuchan relatos de hechos que, a veces, son impactantes; se presencian reacciones emocionales intensas de los pacientes; ello despierta emociones en los entrevistadores y, a veces, desencadena pensamientos y comportamientos que no están guiados únicamente por la intención de actuar terapéuticamente.

Esto puede dificultar el trabajo, pero al mismo tiempo esas emociones pueden ser de gran ayuda. Sólo los profesionales “quemados” no experimentan emociones con su trabajo, y la ausencia de emociones deseables es uno de los más grandes signos de alarma que el terapeuta puede detectar en sí mismo. Por consiguiente debemos

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