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Entrevista a Marcia Alejandra Evelyn Merino


Enviado por   •  9 de Octubre de 2015  •  Tarea  •  1.676 Palabras (7 Páginas)  •  240 Visitas

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“Entrevista a Marcia Alejandra Evelyn Merino”

Integrantes: Rayen Duque -  Bárbara Flores – Yairu Muñoz

Curso: IVºA

Asignatura: Filosofía

Profesor: Harry Ríos

“La traición jamás desaparecerá”

La verdad de la “Flaca Alejandra”.[pic 1][pic 2]

Marcia Alejandra Merino es oriunda de Concepción, la menor de tres hermanos. Su padre murió cuando ella tenía cuatro años. Su madre, una profesora básica, puso a sus hermanos mayores en un internado. Marcia creció en medio de muchas dificultades económicas como una niña enfermiza, sola y tímida. Sólo cambió de personalidad cuando entró a la universidad, a comienzos de los 60. Allí conoció el MIR y abrazó la militancia con un compromiso completo y sin reservas. En su libro “Mi verdad… Más allá del horror; yo acuso”, admitió que “llegué a ser una militante rígida y dura”, para quien cualquier gesto de vacilación de sus camaradas constituía una “traición”.[pic 3]

 

Cuando el movimiento se lo pidió, Marcia Merino abandonó sus estudios y se trasladó a Santiago. Hacia fines de los 60, ya se había convertido en una de las pocas mujeres dirigentes del MIR. Santiago se había dividido en cuatro Grupos Político–Militares (GPM). Ella fue nombrada la jefa del GPM–1, que abarcaba la zona sur de Santiago.

 

La "Flaca Alejandra", fue una de las tres principales dirigentes mujeres del MIR hasta el Golpe de Estado. Después, fue detenida en dos oportunidades. Aunque advirtió que no sería      

capaz de soportar la tortura y pidió permiso para asilarse, el MIR mantuvo su política de prohibir que sus militantes salieran del país. En mayo de 1974, la DINA la secuestró y la sometió a brutales torturas. Desde entonces se transformó –junto a otras dos militantes de izquierda– en una activa colaborada de los servicios de seguridad de la dictadura. Varias amigas de ella y militantes del movimiento fueron detenidos y desaparecidos gracias a la información que entregó. En 1992, una vez en democracia, la Flaca Alejandra confesó el rol que había jugado y colaboró con la justicia.

¿Cómo fue para ti entrar a la militancia desde los 17 años?

En ese entonces yo ya tenía un ideal interiorizado, en la época creíamos que íbamos a poder "cambiar al mundo a escala de nuestra vida", y este ideal se fue intensificando a medida que yo me adentraba aún más en el partido.

Las manifestaciones fueron nuestras demostraciones de fuerza, eran para decir aquí estamos; dispuestos a todo.

La canción de Silvio Rodríguez "La era está pariendo un corazón" representa lo que vivimos en ese entonces, así era para nosotros, era el parto del porvenir, de un futuro mejor, de un mundo justo, de una sociedad justa.

Ya a los 20 años llegue a ser dura, muy dura. El compromiso lo asumí de tal forma que para mí cualquier debilidad en otro era algo incomprensible, fui muy rígida como militante. Las personas debían abandonarlo todo para ser militante del MIR, es decir, estudios, familia, relaciones sentimentales, descansos, etc. cosas que yo opte por no permitirme.

 

¿Cuál fue la diferencia entre la primera y la segunda vez que te tomaron detenida?

La diferencia fue que la primera vez, al ser inmediatamente después del golpe, los de la DINA no tenían claro quién era militante o no, por esto quizá me dejaron libre. La segunda fue distinta, ya que habían investigado lo suficiente como para saber quién era yo y que cargos ocupaba dentro del MIR, por lo que me llevaron a Curicó y me torturaron para sacarme información.

 

 Según lo que dijiste anteriormente, si el compromiso era tan grande ¿Por qué te doblegaste?

Cuando tú vives en un mundo de horror, no tienes contacto con el mundo exterior, te torturan y no tienes el apoyo de tus compañeros de partido, por el hecho de pedir asilo que ya significaba una deslealtad para el mismo, todas estas cosas son capaces de cambiar tu mentalidad, terminan por quebrarte, por más rígidos que fueran o creyeras que eran tus principios.

 

Esto empeoraba cada vez que reconocía a un compañero en un poroteo, caía más bajo, me sentía más culpable, me sentía más abyecta, me sentía más traidora, entonces supongo que cada vez era más fácil, a la vez siguiente que volviera a reconocer. Y así se iniciaba una cadena, una cadena de detención, una caída a un agujero sin fondo del cual no podía salir.

 

Narras el tiempo en el que estuviste detenida como un gran horror, pero entonces ¿Por cuál razón luego de que fuiste liberada, seguiste cooperando con la DINA como funcionaria de la misma?

Seguí cooperando, no solo por una razón, sino que más bien por una mezcla de muchas causas. Al comienzo fue por temor, miedo tanto de la DINA, ya que yo sabía demasiado como para que me dejaran realmente "libre", como del MIR, quienes me veían como un símbolo de traición, de la colaboración, de lo más abyecto dentro del partido, y ya conocemos el castigo para un delator. Estando libre cualquiera de las dos opciones significaban lo mismo, elegía entre muerte y muerte. 

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