Escuelas Que Curan

CENTRO UNIVERSITARIO JUANA DE ASBAJE MODALIDAD MIXTA

ESPECIALIDAD LENGUA ESPAÑOLA Y LITERATURA

Escuelas que curan.

Podemos decir que la base fundamental de las escuelas es comprender las necesidades emocionales y sociales de los alumnos. Pero, no sólo de ellos, sino también del profesor. Cuando los estudiantes no tienen la oportunidad de resolver los aspectos emocional y social de su desarrollo, que son el fundamento de la salud emocional, es posible que sean distraídos y difíciles de tratar en clase.

Pero antes que nada nosotros como educadores debemos reencontrarnos primero como personas, si los educadores aprenden a leer y encarar los signos de malestar emocional de sus pupilos, pueden incorporar prácticas de salud mental preventivas en la escuela y, de este modo, protegerlos de los factores de riesgo que los lleven a una pobre calidad de vida académica, familiar, social y económica.

Y en el entorno se debe buscar que sea íntimo, invitante y emocionalmente seguro. El docente ha de conocer los estilos de aprendizaje de cada alumno para acompañarlos en dicho proceso. Debe hallar el modo de ser acompañante del desarrollo de sus chicos, hacerles sentir que no están solos en ese paso hacia la madurez.

Pero nosotros como docentes si no conociéramos como podríamos enseñar? En respuesta a esta cuestión debemos saber que los docentes que eligen acompañar el desarrollo de sus alumnos, por lo general lo hicieron sin esperar una invitación, porque sintieron que era lo que debían hacer, esto es porque Implica un compromiso personal.

Cuando el bienestar emocional de los alumnos en la escuela no es una prioridad institucional, se corren importantes riesgos; por ejemplo, que el desarrollo de la individualidad de muchos se vea oscurecido, se sientan aislados y solos, acosados, vulnerables, que no sean capaces de vincularse con sus compañeros, docentes y padres.

El niño y el adolescente entran a la escuela con su sociabilidad, rivalidades y modos de resolver las dificultades ya aprendidos en la familia, el barrio. La escuela, al hablar de prevenir las conductas violentas, parece muchas veces hacer mención a la única estrategia de intentar controlarla. Pero, ¿debe la escuela resignarse solamente a “atajarla” para poder desarrollar su propuesta educativa, o acepta el desafío de ofrecer una propuesta formativa superadora?

Hasta la década de los 80 la inteligencia se consideraba como un conjunto de capacidades esencialmente intelectuales (capacidad de análisis, de síntesis, de razonamiento, de memoria, etc.), siendo el Cociente Intelectual (CI) su medida más aceptada.

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