FAMILIA Y DIVORCIO: EL ROL DEL PSICOLOGO EN LOS TRIBUNALES DE FAMILIA.

La familia: sus funciones y problemáticas.

La familia es un grupo humano presente en todas las culturas, atravesado por lo natural y por lo cultural. Por lo natural, debido a la necesaria reproducción a través del intercambio sexual entre el hombre y la mujer y a la prematures e indefensión de los hijos, que necesitan del cuidado de los padres para un adecuado desarrollo. Por lo cultural, a través de la Ley de prohibición del incesto, que regula el intercambio sexual entre los miembros de la familia y obliga a la exclusividad sexual entre los esposos. Así los hijos deben resolver su sexualidad en una trama exogámica.

La familia cumple tres funciones básica:

• Sostenedora: ya que provee los medios de subsistencia a sus miembros, brindando suministro alimentario, protección y cuidados materiales.

• Placentaria: al proveer el clima emocional y afectivo imprescindible para vivir. Humaniza al hijo en el intercambio con él, es la responsable de una adecuada maduración, proporciona modelos de ser, organizando así la personalidad y la definición de la identidad sexual.

• Socializadora: en tanto trasmisora de las pautas sociales imperantes. Además permite que el niño aprenda a actuar y a relacionarse con otros (figuras de autoridad, padres, mayores, personas del sexo opuesto, etc.). y proporciona una identidad familiar generadora de sentimientos de pertenencia.

Es una entidad con una dinámica generada por tres “motores”:

• Pareja conyugal: es constitutiva del grupo familiar, implica intercambio sexual exclusivo, conlleva la fantasía de realización del si mismo y la planificación de un proyecto futuro.

• Pareja parental: se constituye con la llegada de un hijo. A partir de ese momento se ponen en juego los ideales, valores y creencias de lo que significa ser padres para la pareja. Genera un proyecto de “como ser padres”. El hijo implica la posibilidad de trascendencia, como portador de los valores e ideales de sus padres.

• Pareja tutelar: implica plasmar en los hechos todos los ideales, valores, expectativas y deseos que configuran la identidad familiar. Y cuidar del proyecto vital de cada miembro, que debe ser compatible con el proyecto conjunto familiar.

El paso de una función a otra genera crisis normales y esperables que la familia debe ir atravesando y superando. Pero también pueden aparecer crisis no esperables, una de ellas es la separación de la pareja conyugal y el divorcio, que implica el reacomodamiento de las funciones y la dinámica familiar.

El divorcio genera conflictos en todos los términos de la estructura familiar, porque rompe con los ideales de completud, fusión, continuidad, estabilidad, éxito y unidad. Conlleva una reestructuración intra e intersubjetiva e introduce a la pareja en un trabajo de duelo que será paradójico si hay hijos de por medio, ya que un vértice del vínculo no se rompe jamás, el de la parentalidad. Hay lugares que se vacían de significación y otros que no se ejercen y hay nuevos lugares que no tienen nombre. Sobre todo si luego se conforman nuevas familias.

En casos muy conflictivos se puede dar un proceso destructivo que culmina con la exclusión de uno de los progenitores.

Por eso es importante que los Tribunales de Familia al intervenir en procesos de divorcio implementen un sistema de apoyo, orientando a los padres para una reorganización familiar post divorcio beneficiosa tanto para ellos como para sus hijos. En algunos juzgados se cuenta con un equipo interdisciplinario, donde Juez, psicólogo y asistentes sociales trabajan conjuntamente. Mediante una serie de entrevistas y medidas tratan de apoyar a los padres en el tránsito por esta crisis, ayudándolos a ver cuales son las necesidades de sus hijos, y a pensar en las verdaderas motivaciones de sus conductas. Es una intervención preventiva y de orientación.

El rol del psicólogo en el Tribunal de Familia:

Como perito en el Tribunal de Familia el psicólogo debe intervenir a través de la escucha del relato familiar, que expresa la configuración familiar manifiesta y la estructura inconsciente, a la que se llega a través del análisis del relato y de lo observado. Realizando estudios parciales del grupo familiar, que suponen entrevistas individuales y conjuntas, y la confección de un informe pericial.

Su intervención se debe dar en dos niveles: por un lado asesorando al Juez a través del esclarecimiento de la situación, y por otro lado interviniendo operativa o transformadoramente sobre la familia, por el efecto movilizador y promotor de reordenamiento que produce su inclusión.

Al llevar adelante su función, el perito psicólogo, debe tener presente que se encuentra en una encrucijada de expectativas:

• Por un lado, los menores traen sus expectativas, que habrá que indagar a través de preguntas tales como ¿Por qué crees que estas hoy aquí?

• Por otro lado, las expectativas de los jueces, quienes esperan que la evaluación psicológica de los menores ponga de manifiesto las preferencias de los niños respecto de su guarda y custodia, y si estas preferencias

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