FUNCION EJECUTIVA

La función ejecutiva (FEj) es un conjunto de habilidades cognoscitivas que permiten la anticipación y el establecimiento de metas, el diseño de planes y programas, el inicio de las actividades y de las operaciones mentales, la autorregulación y la monitorización de las tareas, la selección precisa de los comportamientos y las conductas, la flexibilidad en el trabajo cognoscitivo y su organización en el tiempo y en el espacio (Harris, et al. 1995), lo que recrea que todas estas propiedades de la FEj, son una herramienta fundamental para resolver conflictos, tomar decisiones, corregir errores, regular cognitiva y emocionalmente el comportamiento, relacionarse con los demás al atribuirles mente propia, y ejecutar tareas nuevas, infrecuentes y complejas que requieran de procesos de pensamiento reflexivo, sin embargo si incide algún factor en su desarrollo en este proceso de metacognición y autorregulación que va dirigido por metas presentes y futuras, se verá determinado en su accionar regular, viendo limitado su desempeño, en este caso los factores de riesgo prenatales y perinatales podrían tener una incidencia directa en la función ejecutiva y posiblemente en las funciones elementales de regulación de conductas como son la planificación, inhibición y flexibilidad cognitiva, que se ven expresadas en el día a día de cada individuo sin descartar la incidencia sociocultural sobre el mismo; siendo imprescindibles para el desenvolvimiento cotidiano.

Dentro del desarrollo neuropsicológico del niño en general, se considera que hay una incidencia directa entre factores de riesgo prenatales y perinatales en el desarrollo de la función ejecutiva, parece haber relación con las amenazas de aborto, el bajo peso al nacer, el sufrimiento fetal entre otros, los cuales establecen una relación significativa en problemas de orden comportamental, aprendizaje y en sí en el sistema ejecutivo de los niños, es en tanto que esta relación incluye la definición de prevención de problemáticas mayores en la niñez, adolescencia y adultez considerando que muchos de estos niños que han pasado por cuidados intensivos no son referidos a control periódico neurológico y menos aún neuropsicológico, que permita ejercer una intervención primaria reconociendo las posibles dificultades que le pueden subyacer.

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