Fundamentos psicológicos. Integridad y Autonomía

UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR[pic 1][pic 2]

FACULTAD DE CIENCIAS PSICOLÓGICAS

LICENCIATURA EN PSICOLOGÍA CLÍNICA

CÁTEDRA DE EVALUACIÓN PSICOLÓGICA

Nombre: Alan Leonardo Flores Cajamarca

Curso: PC5-001. S5-P1

Fecha: 12 de Junio de 2021

Docente: MSc. Estefanía Tarapués

La integridad y la autonomía como fundamentos de la evaluación psicológica

Para una evaluación psicológica eficaz y óptima, es indispensable que el profesional psicólogo considere todos los principios éticos en el desarrollo de esta práctica. Aquellos principios conllevan una actividad que coloca a los psicólogos en situaciones en las que se ven comprometidos a tomar decisiones sin tener toda la información necesaria, circunstancias por las que este se debe plantear si se actúa de manera correcta y cuáles podrían ser las consecuencias de su actuación sobre las personas. Por ende, el código ético es un instrumento que garantiza la protección para quienes recurren a los servicios de estos, el cual ofrece un apoyo al psicólogo tanto en la toma de decisiones (Mendoza, 2013). Algunos de los principios básicos que rigen el comportamiento ético son la integridad en las relaciones y la autonomía.

Por un lado, en la integridad de las relaciones se demuestra precisión y honestidad; apertura y sinceridad; máxima objetividad y mínimo prejuicio, evitando de conflictos de interés.  Como este principio considera la veracidad y transparencia de las acciones personales, lo que genera confianza en el ejercicio profesional;  los psicólogos, se esfuerzan por hacer lo correcto en el cumplimento de sus deberes, por tanto, se oponen a la falsedad o el engaño. De esta manera, el psicólogo representa los más altos estándares de calidad, con conocimientos actualizados, usando técnicas validadas científicamente, y con el conocimiento legal, respetando y aplicando todas las leyes que cobijen tanto su labor como su acción ciudadana. Además, para actuar con integridad en la actividad profesional se evita, las relaciones duales, múltiples o confusas. Además de corresponderse con el principio de justicia, evita que las acciones puedan tener una motivación ajena a la conducta profesional; por lo cual, se busca conservar la fidelidad hacia la naturaleza y las intenciones de las relaciones profesionales (Amaya, Berrío, & Herrera, 2018). Por lo tanto, respetar el principio de integridad garantiza la credibilidad y confianza de los usuarios en la psicología (Ética psicológica, 2016).

Por otro lado, el principio de la autonomía, consiste en que los psicólogos reconocen el derecho de las personas a su privacidad, confidencialidad y autodeterminación. También se relaciona con la dignidad de las personas, dado que, se considera  y se respeta la forma en cómo cada uno concibe su propia vida. De la misma manera, la autonomía considera el respeto del consentimiento informado, lo que la convierte en un derecho  y una capacidad. Como derecho hace referencia a la potestad que tienen las personas para decidir sobre sus propios asuntos; por lo cual, exige a los profesionales no intervenir sin el consentimiento de la persona sujeto de atención, así dicha intervención sea en su beneficio. Como capacidad, tiene que ver tanto con las habilidades intelectuales y afectivas del usuario como también de las oportunidades para ejercer dicha autonomía. Por lo tanto, el principio de autonomía obliga a los profesionales a informar de forma adecuada, procurar y asegurarse de la comprensión de la información técnica que ofrecen y defender la voluntariedad de las personas, grupos o comunidades en la toma de decisiones (Amaya, Berrío, & Herrera, 2016).

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