Heterogeneidad sintomática (TOC)
Enviado por davit1991 • 16 de Mayo de 2012 • Trabajo • 2.150 Palabras (9 Páginas) • 731 Visitas
RESUMEN
CUADRO 1
Heterogeneidad sintomática
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por una va-
riedad sintomática diversa que parece reflejar varias regiones cere-
brales. La hipótesis de trabajo indica que a mayor número de sínto-
mas menor localización cerebral. Es decir se considera que la hete-
rogeneidad sintomática no puede ser reducida a una sola área cere-
bral. Por lo tanto se precisa encontrar las correlaciones entre los
hallazgos a nivel anatómico-histoquímico, y la semiología corres-
pondiente al diagnóstico del trastorno del espectro TOC. Se presu-
pone que el teorema se confirma por las lesiones cerebrales de
diferente localización en pacientes con TOC. Además, la progresión
histoquímica de los neurotransmisores desde la parte posterior del
cerebro (locus coeruleus y rafe) hacia adelante, y los circuitos putativos
cerebrales del TOC, constituyen un factor corroborativo agregado a
la hipótesis del teorema.
• Obsesiones
• Compulsiones
• Dudas
• Ansiedad
• Depresión
• Dismorfia corporal
• Disorexia
• Automutilación
• Tics
• Estereotipia
• Somatización
• Parkinson
• Convulsiones
• Psicosis
• Hiperactividad
• Lentificación
Palabras clave: Trastorno obsesivo-compulsivo, teorema, sintomato-
logía, lesiones, neurotransmisores.
*Bio-Behavioral Institute, Department of Biopsychosocial Research, 935 Northern Boulevard, Great Neck, NY 11021. (516-487-7116).
Biobehavny@aol.com
Recibido: 9 de febrero de 2001. Aceptado: 1 de marzo de 2001
Salud Mental, Vol. 24, No. 2, abril 2001
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clasificaciones del TOC en etiológicas, sintomáticas,
orgánicas, neurológicas, psicológicas y mixtas (Luys,
1883; Rüdin, 1953; Ingram, 1961; Cabaleiro Goas,
1966; Costa Molinari y cols., 1971; Yaryura-Tobías y
Neziroglu, 1991; DSM-IV, 1994). Todo esto ha servi-
do para exponer un panorama que más que aclarar,
oscurece el problema.
2) el sistema límbico que resume las conexiones del
sistema autónomo y endocrino ligados a la
emocionalidad; 3) los ganglios basales que son el
contralor de la motri-cidad e, indirectamente, de los
aspectos emocionales, y 4) la amígdala relacionada con
la agresión, el apetito y el miedo.
El aspecto orbitofrontal está relacionado con el TOC
Para poder explicar la magnitud sintomática se pro-
y es crucial para la integración de los conceptos
valorativos; el anillo límbico, principalmente el giro
cingulado, es el asiento del cerebro práxico, mientras
que la base cortical del cerebro modula los aspectos
ventrales o pragmáticos. Estas zonas son fundamenta-
les para el funcionamiento del TOC, cuyos trayectos
nerviosos son afectados por el tratamiento neuroqui-
rúrgico (Goldar y cols.,1998).
pone el teorema de a mayor sintomatología clínica
menor localización anatómica. Para demostrar dicho
teorema se precisa de evidencias corroborativas que
deben buscarse en la operabilidad fisiológica, la locali-
zación anatomoquímica y la ubicación en el tiempo y
el espacio cerebral.
La operabilidad fisiológica indica que el TOC es una
experiencia del pensamiento y la conducta, que precisa
del movimiento, el afecto, la volición y la acción soma-
tosensorial para expresarse. Esta operabilidad se lleva
a cabo a través del mundo interior y circundante del
paciente. Para que esto ocurra se activan perceptos in-
ternos y externos que movilizan recepciones y descar-
gas intelectuales y somatosensoriales. La idea es con-
trolar la acciones y los objetos que rodean al paciente.
El objeto que provoca el acto, y el acto que provoca el
objeto obliga al paciente a prevenir o evitar el daño
que el mundo exterior pueda provocarle. Al comien-
zo del proceso, el TOC es reversible, sin embarg o, la
experiencia clínica indica que en la progresión del TOC
se instala el estado de for ma maligna prog resiva. Es
decir, que el TOC avanzado no difiere de otros tipos
de enfermedades clínicas que conducen, en algunas
formas (por ejemplo en la maligna), a una fase termi-
nal.
Los ganglios basales, como reguladores del aspecto
motor cerebral, se conectan al tálamo y a la corteza
cerebral estableciendo un loop que incluye funciones
oculomotoras, límbicas y prefrontales (Alexander y
cols., 1990). Se han propuesto algunos aspectos emo-
cionales al considerar la presencia de numerosísimas
conexiones, por ejemplo, con la depresión mayor (Lafer
y cols., 1997).
Se han propuesto varios modelos anatómicos del
TOC. Uno es el modelo de la patología de los ganglios
basales (Rapoport y Wise, 1998), que se manifiesta
clínicamente por medio de la lentitud motriz observa-
da en el TOC, los tics, los movimientos estereotipados,
las disquinesias, los temblores, la rigidez, etc., que apa-
recen también en otros trastornos, como en el síndro-
me de Gilles de la Tourette, la corea de Huntington, el
parkinsonismo y la enfermedad de Parkinson.
En el cerebro posterior también se localizan sínto-
La anatomía y la histoquímica serían entonces las
mas compartidos con la sintomatología animal, que
puede presentar estados compulsivos (Insel, 1988).
Cuando estos síntomas son iterativos, se consideran
como compulsiones. Entre ellos tenemos: acopiar, aci-
calarse, fijar la mirada en objetos brillantes (en el sol,
en el foco de luz, en la luminosidad de las compu-
tadoras), olfatear, tocar, golpetear, mostrar agresivi-
dad, emitir sonidos guturales, masturbarse, copular,
hacer movimientos masticatorios, labiales y linguales;
automutilarse, hacer movimientos rotatorios con la
cabeza, mostrar lentitud e hiperactividad.
herramientas precisas para modificar el funcionamiento
del TOC, y para manifestarse anatómicamente utiliza-
rán millones de células y fibras ner viosas que se
interconectan (Creasey y Rapoport, 1985) formando
circuitos cerebrales o loops regionales o generalizados
(Alexander y cols., 1990). El cerebro
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