INCONMENSURABLE MELANCOLIA
Enviado por Leidy GARCIA SUAREZ • 30 de Abril de 2019 • Monografía • 802 Palabras (4 Páginas) • 88 Visitas
INCONMENSURABLE MELANCOLIA
La oscuridad engalanaba aquel 19 de marzo, era una de esas noches sombrías, donde la luna se oculta y la neblina entorpecía la vista, Juan y sus 2 Hijos, Nico y Mateo, se dirigían apresurados al encuentro con Tania, esposa de Juan y madre de los pequeños. Había pasado más un año desde la última que estuvieron juntos, fueron separados a causa de la guerra que tuvo lugar en su pueblo natal, a Tania le había tocado buscar un refugio seguro para su familia en otro país, por tanto esperaba ansiosa que los seres que más amaba llegaran a su lado. El día por fin había llegado, la noche más esperada por aquella familia, ya casi era una realidad, nada podía salir mal.
Ella como de costumbre hacía alarde de su vanidad, había empezado a arreglarse desde hacía más de 2 horas, se hizo un peinado alto que resaltaba sus expresiones faciales, lucía el vestido más hermoso que tenía, cubrió todas las imperfecciones de su rostro con cuanto maquillaje encontró en su neceser y se perfumó, debía estar glamurosa, despampanante, esa era su noche, debía ser perfecta. Por otro lado Juan empezaba a notar fallas técnicas en el vehículo en el que se transportaban, un viejo chevy que había rentado, era para lo único que le había alcanzado, la guerra había causado estragos en la economía de aquel hombre, algo le impedía bajar la velocidad, no entendía que pasaba, pero intentaba conservar la calma, sus manos sudaban, comenzó a angustiarse, más aun cuando sus intentos por detenerse fallaron. Su serenidad se vio perturbada, cuando se topó de frente con una señalización de precaución, que advertía sobre una curva peligrosa que se avecinaba, la desesperación se ocupó de él, Juan tenía la certeza de que todo saldría mal, la tragedia era inminente, le pidió a los niños que se sujetaran fuerte a sus asientos, ellos empezaron a gritar aturdidos, todos rogaban que ocurriera un milagro. Al tomar la curva, el automóvil salió disparado hacia el vació, dentro el, la esperanza, sueños e ilusiones de aquella familia, que sólo anhelaba reencontrase.
Aquella noche fría se hacía más espesa, Tanía empezó a notar que los hombres de su vida, estaban tardando más de lo que debían, pero aun así no permitió que aquel palpito nublara su felicidad, era consiente que la espera pronto terminaría. Las horas siguieron pasando, ya casi amanecía y esta mujer seguía perpleja, pegada a la ventana con la esperanza intacta de que pronto llegaría su familia. Cuando el sol se encontraba en el punto más alto, llegó a casa de Tania una visita inesperada, un vecino que estuvo transitando por el area se dio cuenta lo que había sucedido, de inmediato se apresuró a contarle, pues era posible que las personas que habían fallecido en aquel accidente, fuesen las mismas que ella esperaba. Tanía escuchó con atención, sus ojos se llenaron de lágrimas, sin dudarlo corrió a comprobar lo que le habían contado, era una noticia terrible y aunque seguía aséptica, cabía la remota posibilidad de fuese cierto, eso la destrozaba por dentro. Cuando llegó al lugar de los hechos supo que en efecto que la desdicha había llegado su vida, su llanto desbordante no se hizo esperar, sus fuertes lamentos se escuchaban kilómetros a la redonda, era un suceso lamentable, la agonía se hizo presente, lo que más amaba en este mundo ya no estaba, se había ido para siempre, empezó a recordar, todos esos bellos momentos vividos, que nunca más podía disfrutar. Que duro golpe de la vida había recibido la pobre Tanía, tuvo que sacar fuerzas de donde no las tenía para dar cristiana sepultura a su esposo e hijos, merecían al menos una despedida digna.
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