Ideacion Suicida
Enviado por engady • 26 de Noviembre de 2014 • 1.351 Palabras (6 Páginas) • 214 Visitas
La ideación suicida debe ser tan antigua como la existencia humana. Los primeros textos abundan en referencias a los actos suicidas o a los claros deseos de muerte. La Biblia, por ejemplo, registra una decena de suicidios, desde el de Abimelec, en el libro de Jueces, hasta el de Judas Iscariote, en el evangelio de Mateo. No era raro el suicidio en la antigua Grecia o en el Imperio Romano, según se desprende de los textos de Heródoto o las Vidas paralelas, de Plutarco. Los mitos griegos, los poemas homéricos y las tragedias de Sófocles y de Eurípides nos ilustran también sobre las prácticas suicidas, las ideas de muerte y las actitudes sociales hacia la muerte por la propia mano. Podemos mencionar que en la Europa antigua, en Roma particularmente, el suicidio se consentía e incluso era considerado un acto honroso al que se le adjudicaban muchas razones legítimas para su práctica, El filósofo romano Séneca lo ensalzaba como el acto último de una persona libre expresando: “el vivir no es un bien, si no se vive bien”. Pero en oposición podemos mencionar que en la edad media la Iglesia católica romana condenó expresamente esta práctica., tanto así, que en las legislaciones medievales se ordenaba la confiscación de todas las propiedades del suicida y el cadáver sufría todo tipo de humillaciones (Silva, 2012).
El suicidio es sin duda, un fenómeno social que ha cautivado a escritores de diferentes épocas y lo han tomado como tema de novelas consideradas obras maestras de la literatura universal, que podemos evocar sin menor complicación como son: Romeo y Julieta, de Shakespeare; Calixto y Melibea, de Fernando Rojas, en donde nos narran el suicidio como un acto de amor y sacrificio o “Los sufrimientos del Joven Werther, de Goethe, que ha sido una de las obras de mayor impacto social y cuya lectura influenció a muchos jóvenes de la época quienes se identificaron con el personaje principal al grado de imitar desde la vestimenta, hasta su acción suicida, con características similares (Lastra, s/a).
Como se puede observar, a lo largo de la historia, el suicidio se ha presentado como un fenómeno que varía de acuerdo con la época y condiciones del país. En el tiempo prehispánico, por ejemplo, era considerado un acto de honor y veneración. Por el contrario, en la actualidad es visualizado como una decisión que proyecta debilidad, vergüenza o repudio. A pesar del rechazo generalizado en la sociedad, esta causa de mortalidad ha mostrado un incremento considerable a nivel internacional así como nacional. Por esta razón, existe la necesidad de obtener algunas aproximaciones sobre el mismo, e inclusive de generar índices que permitan una interpretación de los acontecimientos o factores que dan pauta a dicho crecimiento. Cabe destacar que dentro de su complejidad y multifactorialidad, el suicidio es sólo la manifestación más visible de un conflicto relacionado a aspectos personales, psicológicos, biológicos y sociales (Jiménez y Cardiel, 2013), por lo que se ha analizado desde todo tipo de perspectivas —llámense históricas, médicas, psicológicas, psiquiátricas, psicoanalíticas, antropológicas, sociológicas, económicas y geográficas— que muestran la complejidad teórica del tema (Ballesteros, et.al., 2010).
Antes de situarlo en el contexto mexicano, el suicidio debe pensarse como una problemática mundial que se presenta con mayor frecuencia en las cifras de defunción. De acuerdo con la OMS (2010: 6), se ha convertido en la undécima causa de muerte a nivel mundial, situándose entre las tres primeras entre la población de 15 a 35 años de edad. Esto significa que al año mueren alrededor de un millón de personas en el mundo a causa de este fenómeno. Dicho de otro modo, lo equivalente a 1.8 por ciento del total de las defunciones, o a un suicidio por cada 40 segundos y a 20 intentos de suicidio por cada uno consumado. Con esta tendencia, para el año 2020 aproximadamente un millón y medio de personas fallecerá por este motivo (OMS, 2010: 5). Las tasas de suicidio más elevadas se encuentran en países europeos como Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Polonia, Finlandia, Bélgica, Francia, Austria
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