Importancia del juego

Importancia del juego

Investigaciones acerca del desarrollo y del aprendizaje temprano, muestran que cuando los niños participan en juegos acordes a su edad, el juego no disminuye su capacidad de aprendizaje, más bien contribuye a ello.

Contribuye a los avances en:

• Verbalización

• Vocabulario

• Capacidad de concentración

• Imaginación

• Control de impulsos

• Curiosidad

• Cooperación

• Participación en grupo

Además se evidenciaron conexiones fuertes entre la calidad del juego en los años de preescolar y la preparación de los niños para ingresar a la escuela, pues promueve el aprendizaje de destrezas y conceptos preacadémicos.

Otras investigaciones enlazan directamente el juego imaginario con la habilidad del niño para dominar contenidos tales como la lectoescritura, habilidad matemática y comprensión de lectura.

Cerca del 95% de la enseñanza en las escuelas actuales están enfocadas en los procesos mentales de bajo nivel (repetición maquinal de reglas gramaticales, tablas de multiplicación, nombres y fechas históricas). La mayoría de los profesores gastan muy poco tiempo en los procesos mentales de alto nivel (solución de problemas y análisis). Estos procesos de alto nivel son exactamente aquellos que se están ejerciendo mediante el juego. Por ejemplo si tratan de conseguir un premio de una caja que esté fuera de su alcance, tienen que analizar e interpretar la situación, intentando varias soluciones que eventualmente los conducirá a solucionar el problema.

El que los niños brinquen, corran, se revuelquen, den vueltas, se ensucien… Hace que creamos que sólo lo hacen por diversión, pero además de eso están practicando su instinto para sobrevivir. Les proporciona la oportunidad de practicar rutinas especiales y secuencias del comportamiento, que luego van a formar un conjunto de habilidades para resolver los problemas de la vida.

Los que están en aulas donde se le da importancia al juego desarrollan mejores destrezas sociales y aprenden cómo regular sus comportamientos físicos y cognitivos. Les permite interactuar con sus iguales y funcionar de forma autónoma. A través de él, los niños obtienen gran satisfacción al mostrar a los otros lo que son capaces de hacer y se interesan en los efectos que pueden hacer en su entorno.

Cuando los niños participan del juego imaginario pueden discutir, negociar o cambiar las reglas, ser lo que ellos quieran, idear diferentes situaciones, lugares y personajes… Este tipo de juego es muy importante porque permite que se proyecten en otras personalidades, interpreten diversos roles y experimenten amplias emociones. Una emoción positiva puede provocar que el material cognitivo se integre mejor a la memoria y la representación de roles facilita el conocimiento de las personas y una definición más clara de él mismo. Además permite ensayar conductas y experimentar sus reacciones y consecuencias.

Cuando este tipo de juego se reemplaza por un juego estructurado, como los juegos de mesa, de computadora o la televisión, los niños poco a poco van perdiendo esa facilidad y habilidad para analizar y usar sus mentes creativamente, debido a su costumbre de absorber imágenes pasivamente, en lugar de generarlas. Por más educativo que sea un juego de computadora o programa de televisión, no podrá reemplazar los juegos en vivo.

Mediante el juego constructivo, los niños hacen sus propias creaciones utilizando objetos,

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