Inteligencia Emocional
Enviado por Lherna01 • 19 de Octubre de 2012 • 354 Palabras (2 Páginas) • 393 Visitas
RESÚMEN – “EL SÍNDROME DEL CRECIMIENTO”
Las habilidades que el empresario desarrolla al hacerlo determinan su capacidad de dirigir el crecimiento de sus negocios.
Se debe vencer la inercia de nuestra organización, que nos aferra a fórmulas de negocio e inhibe nuestra creatividad, convirtiéndose en un enemigo mortal que paraliza y anula nuestra capacidad de adaptación
Los hombres de empresa debemos aprender a dirigir el cambio en nuestras organizaciones, para lograr esto existen dos grandes opciones: mejorar la capacidad de juego en los tableros competitivos en los que estamos, o hacer modificaciones radicales a nuestra posición en esos tableros. La primera alternativa se interpreta como procesos de mejora continua y se traduce en esfuerzos de optimización de calidad, de productividad, de servicio, de costo, etc. A la segunda le hemos denominado procesos de mejora discontinua que determinan en cambios estratégicos en nuestros enfoques competitivos en nuestras combinaciones producto – mercado
La inercia nos lleva a mantener recursos y oportunidades del pasado, limitando nuestra evolución y matando nuestra FLEXIBILIDAD
La inercia nos lleva a mantener recursos y oportunidades del pasado, limitando nuestra evolución y matando nuestra FLEXIBILIDAD
Sólo cuando nos exigimos un creciente desempeño podemos contender contra la tolerancia, y eso requiere de la orquestación de una estructura con un alto nivel de compromiso, una cultura de optimización y, sobre todo, un liderazgo enfocado al ALTO RENDIMIENTO
Los cuatro lastres: Inercia, Desenfoque, Soledad y tolerancia apuntan todos al proceso vicioso que más distorsiona el crecimiento empresarial: la DISPERSIÓN.
Entendemos por dispersión el proceso a través del cual toda empresa exitosa que crece tiende a diluir sus energías y deteriorar sus rendimientos al pretender manejar más recursos y oportunidades de las que puede aprovechar óptimamente.
Todo tiende a dispersarse si no dirigimos el crecimiento: productos, mercados, negocios, procesos, estructuras, sistemas, actividades, etc.
La dispersión genera grasa y conduce a rendimientos decrecientes. Es la madre de los vicios naturales del crecimiento.
Dirigir el crecimiento de nuestras empresas con maestría es un arte que toma mucho tiempo aprender. Este arte, sin embargo, puede desarrollarse más efectivamente si contamos con los elementos para dominarlo: unos principios, unas herramientas y una metodología.
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