LA ETICA Y LA BIOETICA

LA ETIUCA Y LA BIETICA

Por: Francisco Atencia Gómez

La ética es algo tan antiguo como el hombre y, gracias a ella, el hombre tiene la opción de portarse bien o de adoptar un comportamiento repugnante y deshonesto obedeciendo o no a unas reglas preestablecidas para la convivencia en sociedad, con los otros seres humanos y con la naturaleza en su conjunto. Pero es obvio que la ética no es un artículo de cocina que se consigue en la tienda de la esquina, por metros o por kilogramos, por eso es tan difícil sostenerla y ponerla en práctica y muchos ni tan siquiera la conocen, a pesar de que todos tenemos una ética, aunque sea arrastrando por el suelo. La ética es individual de cada quien porque es el ser humano quien decide, según su concepción ética, si hace o no hace una cosa por mala o buena que parezca: Nadie obliga a otro a robar, a portarse mal, a pasarse días enteros sin hacer nada productivo y si muchas cosas des obligantes.

A cada ser humano se le brinda la oportunidad de actuar dentro de la sociedad, de la manera que crea conveniente porque, aún en los momentos más apremiantes, el hombre puede decidir si hace una cosa o no la hace. Sócrates se tomó la Cicuta porque él, así lo decidió. Para él fue más importante tomarse la sustancia venenosa, siendo inocente, que habérsela tomado siendo culpable. La ética entonces, no es lo que está escrito en el papel, es lo que el hombre decide hacer para conservarla o deteriorarla. Por tal razón, Confucio decía: “No es la verdad la que engrandece al hombre, es el hombre quien engrandece a la verdad” Claro, porque la verdad también es intangible y se puede usar como escudo en muchas ocasiones. Todo esto que hacemos o dejamos de hacer, por cobardía o por interés, lo que hace es evidenciar las limitaciones que le asisten a la realidad humana para poder cumplir las reglas que le han impuesto los estudios científicos que, cada día, se implantan dentro del conglomerado social. En filosofía, se suele llamar “modernidad” a la época en la que el predominio ideológico de la teología dio paso a la revolución científica que comienza en el siglo XVII, de modo que la filosofía moderna sería el conjunto de teorías que darían paso a la aparición de las ciencias naturales, y se opondría a la filosofía medieval basada en la teología. Esta nueva concepción del mundo, como era de esperarse, dio un nuevo rumbo al concepto y se produjo una ruptura con los filósofos de la teología medieval, quienes investigaban la realidad basándose en la fe como fuente de conocimiento y tenían a la filosofía como búsqueda de la verdad mediante la razón, pero al servicio de la teología; que era la búsqueda de la verdad mediante la fe, en busca de confirmar sus creencias religiosas.

En la primera mitad del S-XX, se producen grandes descubrimientos, de distintas índoles, y se produce la llegada del hombre a la luna y el descubrimiento de nuevos componentes del espacio universal. Posteriormente se entrega a la humanidad los resultados de grandes investigaciones en: Genética y neurociencia. Estos descubrimientos, aunados a muchos otros como la globalización de las comunicaciones, cambian el concepto de la Ética, que, si se quiere, queda reducido ante la eclosión de una ética más compleja pero más interesante, por lo que se trata de la salvaguarda de la vida del ser humano y la conservación de la naturaleza. A esta nueva variante del concepto se le denomina Bioética. Esta se mira desde un ángulo distinto y se le define como la talanquera que evita ciertos desmanes que se venían cometiendo a nombre de las religiones y ciertos criterios políticos y de rezagos culturales de épocas salvajes. “Es el estudio sistemático de las ciencias y del cuidado de la salud, examinada a la luz de los valores y de los principios morales” Encyclopedia of Bioética (Nueva York, 1978 Vol. 1, Pág. XIX). “Es el estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de atención a la salud, examinando esta conducta

...