La Ansiedad En El Asma
Enviado por maru_va • 12 de Abril de 2013 • 1.843 Palabras (8 Páginas) • 398 Visitas
LA ANSIEDAD EN EL ASMA
La ansiedad, la ira y la tristeza-depresión son reacciones emocionales básicas que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable o negativa y alta activación fisiológica. Son las tres emociones más estudiadas hoy en día y se les conoce como "emociones negativas". Estas reacciones son experimentadas por todos los seres humanos en múltiples situaciones, son bastante independientes de la cultura, preparan al individuo para dar una respuesta adecuada a las demandas de la situación, etc. Por todo ello, se consideran adaptativas para el individuo.
Existen dos caminos principales por los que la ansiedad puede afectar al asma, el primero de ellos es a través de la hiperventilación, o respiración agitada, y está muy relacionado con aquellas respuestas que acompañan a todo estado emocional intenso, como llorar, reír, etc. El segundo camino responsable es la respuesta broncoconstrictora, que se incrementa a través de los cambios del sistema nervioso autónomo que se dan en toda reacción emocional.
Además, debido a la intermitencia de la enfermedad y la multitud de estímulos que pueden provocar una crisis, se favorece una gran actividad cognitiva por parte del asmático, el cual está muy pendiente de los estímulos de su entorno, generando multitud de creencias y expectativas en cuanto a la aparición de las crisis, esto hace que se genere en el sujeto una ansiedad de carácter crónico con la consiguiente activación fisiológica, que puede aumentar los síntomas asmáticos e incluso provocar una crisis asmática.
Las respuestas fisiológicas automáticas se pueden condicionar. Todos recordamos los experimentos clásicos de Pavlov. En humanos, la capacidad cognitiva de representación de la realidad, nos lleva a anticipar con mucho tiempo lo que puede suceder en una determinada situación, especialmente si el resultado esperado es muy aversivo.
En cuanto a las emociones que generan algunas enfermedades como el ASMA LA MAYORIA DE LAS personas que desarrollan una fuerte reactividad fisiológica (por ejemplo, taquicardia, dolor relacionado con tensión muscular, síntomas de mareo relacionado con ansiedad, etc.) cometen algunos tipos de "errores" o sesgos cognitivos. Los dos más importantes son el sesgo atencional y el sesgo interpretativo. El primero consiste en prestar excesiva atención a las respuestas fisiológicas emocionales, de manera que se incrementa su frecuencia y su intensidad. El segundo tiene que ver con una interpretación deformada y exagerada de las consecuencias negativas que dicha respuesta puede tener para el individuo.
En el asma La ansiedad, además de alterar el funcionamiento pulmonar del paciente, puede afectar a los juicios médicos, a la repuesta al tratamiento, a la conducta del paciente,... en resumen, a la evolución de la enfermedad. Pero no debemos olvidar que, a su vez, las personas que tienen un problema de salud lógicamente se preocupan, le dan muchas vueltas a su problema, a veces lo valoran de manera muy amenazante, e incluso catastrofista, le dedican mucha atención, etc. Todo ello va a provocar una respuesta emocional de alerta, que es la ansiedad. De manera que nos encontramos con un modelo en espiral, en el que la activación emocional puede alterar la disfunción fisiológica, y a su vez, la disfunción o enfermedad física puede producir más ansiedad.
Niveles altos de ansiedad pueden interactuar con las características individuales en la forma de reaccionar con ira, irritabilidad, enfado, o enojo, de manera que es más probable encontrar altos niveles de ira en muchos individuos que presentan altas puntuaciones en las pruebas psicológicas que miden ansiedad. Y si a la larga no se resuelve un determinado problema que preocupa mucho a un individuo, suele aparecer una nueva reacción emocional que es la tristeza, el estado de ánimo bajo o deprimido, que puede ir incrementándose con el paso del tiempo y la ausencia de esperanza de resolución del problema.
Los pacientes asmáticos presentan niveles muy altos de ansiedad, ira y tristeza-depresión. Sus puntuaciones en las pruebas psicológicas que miden estas reacciones emocionales son significativamente más altas que en las personas sin problemas de salud. Y, como hemos explicado, ello no ayuda nada al manejo y control de esta enfermedad. Por el contrario, el entrenamiento en las técnicas psicológicas, de tipo cognitivo-conductual, para reducir la ansiedad y en general manejar mejor las emociones negativas, dirigidas por un especialista, pueden ser muy útiles para reducir también la sintomatología asmática y mejorar la calidad de vida de estos pacientes.
Autor: Antonio Cano Vindel (Facultad de Psicología. Universidad Complutense de Madrid)
Técnicas concretas de manejar las emociones de ansiedad e ira:
Técnica n.° 1: Respiración profunda
Esta técnica es muy fácil de aplicar y es útil para controlar las reacciones fisiológicas antes, durante y después de enfrentarse a las situaciones emocionalmente intensas.
• Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta 4
• Mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta 4
• Suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta 8
• Repite el proceso anterior
De lo que se trata es de hacer las distintas fases de la respiración de forma lenta y un poco más inten¬sa de lo normal, pero sin llegar a tener que forzarla en ningún momento. Para comprobar que haces la res¬piración correctamente puedes poner una mano en el pecho y otra en el abdomen. Estarás haciendo correctamente la respiración cuando sólo se te mueva la mano del abdomen al respirar (algunos le llaman también respiración abdominal).
Técnica n.° 2: Detención del pensamiento
Esta técnica puede utilizarse también antes, durante o después de la situación que nos causa problemas.
Esta estrategia se centra en el control del pensamiento. Para ponerla en práctica debes seguir los siguientes pasos:
• Cuando te empieces a encontrar incómodo, nervioso o alterado, préstale atención al tipo de pensamientos que estás
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