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La Imaginacion En La Vida Mental


Enviado por   •  7 de Abril de 2013  •  11.212 Palabras (45 Páginas)  •  483 Visitas

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CAPITULO I

La Imaginacion En La Vida Mental

1.1 LA IMAGINACION

La actividad imaginativa se caracteriza por la capacidad de crear mundos fantásticos íntimos y propios donde el sujeto es generalmente el protagonista y donde no existe ni límites ni restricciones de ninguna clase para el impulso de su libertad. Fundamentalmente consiste en formar representaciones de objetos, cosas situaciones o afectos, etc. en ausencia de esos objetos o cosas. Pero la actividad imaginativa no es sólo una representación y actualización del pasado, sino que abarca también la posibilidad de proyección en el futuro de anticipación en ese mismo futuro, de la construcción de utopías y de la liberación del estrecho horizonte del presente.

Definiremos descriptivamente la facultad de imaginar como “el empleo constructivo o creativo de las experiencias perceptivas pasadas, revividas como imágenes en una experiencia presente de nivel ideativo, el cual no es totalmente una reproducción de la experiencia de pasada, sino una nueva organización del material derivado de las experiencias pasadas”.

Parece ser que fue Aristóteles quien introdujo por vez primera, en la filosofía, el término de "imaginación" (phantasia), para señalar el proceso mediante el cual una imagen se presenta a nosotros. De acuerdo con el filósofo griego, el alma nunca piensa sin una imagen mental; es por ello que representa un rol esencial en todas las formas de pensamiento; es más, se encuentra conectada con nuestro deseo, en la medida en que ese deseo es algo que no se encuentra presente y para lo cual se requiere de una imagen. La imaginación quedará vinculada al pensamiento de cosas que no ocurren en el presente, o que no se presentan de manera inmediata a los sentidos.

“Muchos siglos después, Kant situará a la imaginación como mediadora entre la percepción y los conceptos, entre el sentido y el pensamiento. De hecho, el conocimiento fenoménico del mundo es posible gracias a la imaginación como poder de síntesis espontánea operando en la barrera trascendental de la conciencia. La imaginación consiste entonces en una capacidad intuitiva espontánea de colocar lo que se nos presenta bajo la forma de una experiencia coherente espacio-temporal, la cual se encuentra intelectualmente ordenada y sensorialmente basada.

Ya Hume había sostenido que la imaginación era la responsable de la manera en que "categorizamos" los cosas en clases. Se refiere a la forma de atrapar los objetos sometiéndolos a un "esquematismo" por el cual son puestos en el camino del entendimiento. De alguna manera, dicha facultad nos previene del caos; es la condición mínima para "experienciar" el mundo, mientras que, por otro lado, en el plano más elevado de una escala hipotética, se presenta como un poder inventivo libre, propio de mentes excepcionales.

Para Kant, “la imaginación reflexiona la forma del objeto, en oposición al elemento material de las sensaciones que ese objeto provoca en tanto que existe y actúa en nosotros. La representación reflexionada de la forma en la imaginación constituye el placer superior de lo bello. La imaginación remite entonces a los objetos particulares en cuanto a su forma; es por ello que no remite a un concepto determinado del entendimiento, sino que remite al entendimiento en cuanto facultad de los conceptos en general, es decir, está relacionado con un concepto indeterminado del entendimiento”

La imaginación hace algo más que "esquematizar": manifiesta su libertad más profunda al reflexionar la forma del objeto; se desenvuelve en la contemplación de la figura; se vuelve imaginación productiva y espontánea "como causa de formas arbitrarias de intuiciones posibles" (Kant). La imaginación es un ejercicio de la libertad. Formas sin concepto; juego libre. Es la facultad especulativa más libre. Hay un acuerdo entonces entre la imaginación libre y el entendimiento no determinado, es decir, un acuerdo libre e indeterminado entre las facultades. Libre juego de la imaginación que se realiza sin la conducción de un concepto determinado.

Acuerdo que define un sentido común propiamente estético (el gusto). Juego que no puede ser intelectualmente conocido, sino tan sólo sentido.

En el caso de las artes, la imaginación trabaja para la elaboración de objetos únicos, los cuales tienen, de cualquier manera, la forma de los objetos en general. Aquí, la imaginación opera de manera libre de acuerdo con sus propias leyes para producir belleza. La imaginación inventa, fuera del caos del mundo ordinario, el orden único de los objetos del arte, la experiencia de la belleza, es decir, una segunda naturaleza (nuevos seres). Producción de objetos no conceptuales. Kant entiende la imaginación como una actividad interior de los sentidos, de ahí que no se trate tan sólo del problema del entendimiento, sino de la forma en que opera y se construye nuestra consciencia. De ahí que, para muchos, la crisis de la modernidad pueda verse también como una crisis de lo imaginario (lo cual incluya tanto al mito como a la metafísica). Una idea de la imaginación siempre supone una idea de la conciencia. Detrás del problema de la imaginación deberíamos entonces reconocer el problema de la actividad pensante-sensible de la mente. Por su parte, Hegel distingue dos sentidos de la imaginación

“El primero se refiere a su carácter "reproductivo", en la cual la inteligencia se vale del "fondo" o "fuente" de reserva inconsciente, formado por todos los contenidos de la inmediatez sensible. A partir de un proceso de "rememoración", la intuición deviene imagen, se separa de la inmediatez y de la singularidad para permitir el pasaje al concepto. Imagen interiorizada en el recuerdo. Es reproductiva puesto que se vale de imágenes de la "interioridad propia del yo". Es a partir de este dominio idealizante que la inteligencia se produce como fantasía, imaginación simbolizante, alegorizante, poetizante. Todas las formaciones de que es capaz provienen de ese trabajo de síntesis sobre un dato intuitivo, pasivamente recibido del exterior, dado en un reencuentro. El trabajo de la inteligencia estricto, este tipo de imaginación no crea nada, no imagina nada. Sin embargo, es el paso necesario para la imaginación "productiva".

En la segunda forma de imaginación la intuición de si, la relación inmediata consigo mismo, tal como se forma en la imaginación reproductiva, deviene un ente o "cosa”.

El signo es entonces engendrado por una producción fantástica, por una imaginación haciendo al signo, saliendo fuera

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