La Importancia del Psicólogo Educativo

La importancia del psicólogo educativo
Rodríguez Tabares Carlos Alberto

La educación siempre ha sido algo fundamental para la progresión de una sociedad y para medir la riqueza de un país. Actualmente existen una gran cantidad de centros educativos, para todas las edades, que están haciendo de las nuevas generaciones personas que dejan atrás el analfabetismo e incultura de otras épocas donde había menos recursos y acceso a estudios. Si bien es cierto que durante mucho tiempo, desde la democracia, se ha implantado una educación pública para todos, también se ha mantenido durante bastante tiempo la misma filosofía en lo que a transmisión de conocimientos por parte de los maestros, se refiere. Sin embargo, desde hace un par de décadas, ha habido muchos movimientos que dudaban sobre el planteamiento de sólo escuchar a un profesor, tomar apuntes, hacer unos exámenes y poco más, ya que consideraban que no era el método más adecuado para el aprendizaje.

       Esto produjo que se buscara una forma más efectiva de transmitir esos conocimientos, pero de una manera más atractiva para el alumnado y, al mismo tiempo, que animara al propio profesor para comunicar mejor sus conocimientos. Esto crearía una dinámica de retroalimentación entre el alumno y el profesor, sin embargo, aún es cuestionable la eficacia total de dichos métodos para transmitir conocimientos a los educandos. Entrando en materia de esta situación actual respecto a los métodos de enseñanza-aprendizaje que imparten actualmente y bajo demanda de los modelos sociopolíticos y culturales impuestos por los gobiernos y sociedad actual, podría destacarse el papel de la psicología en la educación, más específicamente, el rol que despeña el psicólogo educativo dentro las instituciones de enseñanza, papel al que más adelante se le dará un punto de análisis de sus competencias y oportunidades en el campo de la educación para lo cual es necesario abordar primero los conceptos base de la ciencia teórico-práctica del psicólogo educativo.

Una Psicología Educativa

Según Castejón (2010), la psicología de la educación, como disciplina científica, forma un cuerpo de conocimientos teórico-prácticos de gran relevancia en el desempeño profesional de maestros y profesores, pues se erige como punto de partida para la fundamentación del diseño y desarrollo de cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje.

Sin embargo, a pesar de su importancia, no podemos llegar a pensar en dicha disciplina con delimitaciones conceptuales, objetos de estudio y principales contenidos propios bien establecidos o acordados. Cabe mencionar el surgimiento de la Psicología Educativa, el cual se da bajo la pretensión de unificar el trabajo del psicólogo y el educativo en una sola disciplina, esto es más o menos el tomar en consideración ambos dominios simultáneamente y que las perspectivas de cada una se mezclen en un todo coherente (Grinder, 1989), pero actualmente el desarrollo histórico y la situación actual  de la disciplina no pueden celebrar el haber logrado ese objetivo, la cual a pesar de esto ha mantenido su vigencia como ciencia en la actualidad y se rescata por la demanda actual, por escasa que se mantenga, en ciertas instituciones donde se ha dado lugar al desarrollo de la disciplina.

       Es apreciable la falta de identidad de la disciplina situando una primera causa en su propio origen. La Psicología de la educación nace por la confluencia de intereses de psicólogos y pedagogos para ofrecer un marco teórico explicativo de los procesos de enseñanza-aprendizaje (Castejón, 2010). Esta especie de ubicación intermedia entre lo psicológico y lo educativo convierte a la Psicología de la Educación en una disciplina puente que intenta promover el interés de los psicólogos de aplicar los principios psicológicos al ámbito de la educación, y de los pedagogos de buscar una fundamentación psicológica a la teoría y práctica educativas. No obstante, es necesario considerar el abandonar ciertos modelos teóricos que no se apegan a las exigencias y necesidades actuales que las instituciones educativas han manifestado en las últimas dos décadas, esto es, más o menos, el dar una mirada más práctica a dichas exigencias y permitir contemplarlas como posibles áreas de oportunidad para el trabajo del psicólogo en sí dentro de las instituciones educativas. Lo anterior puede propiciar el surgimiento de nuevas y más útiles teorías acerca del aprendizaje, cognición y desarrollo humano, bases que la psicología proporciona para tomar decisiones mejor fundamentadas respecto a la práctica educativa. Mialaret (1976) afirma que el psicólogo educativo

   “aprehenderá las situaciones educativas con la ayuda de los métodos y de los conceptos de la psicología y podrá de este modo aportar un conjunto de nuevas informaciones que serán útiles tanto para el conocimiento psicológico como para la práctica educativa. Sin simplificar en exceso, podemos, pues, decir que es un psicólogo si consideramos su forma de actividad, pero que es un pedagogo si consideramos sus ámbitos de investigación” (Mialaret, 1976, p. 20).

El rol del psicólogo educativo

Actualmente, las funciones atribuidas al psicólogo educativo presentan escasa novedad en relación a las ideas divulgadas en las últimas décadas ya que no es muy apreciable un cambio en el contenido básico de dichas funciones. Sin embargo, debido a las recientes exigencias y necesidades que se han manifestado como una realidad latente en las instituciones educativas, los cambios en cuanto a las funciones atribuidas al psicólogo educativo comienzan a desempañarse al entrar en un punto de análisis en cuanto a su contenido específico.

1. Enseñanza-aprendizaje.

       El amplio y a la vez vago concepto que se tiene por aprendizaje en la actualidad permite fijar la atención del psicólogo educativo en algunos aspectos que son imprescindibles en su objeto de estudio: las forma de construcción del conocimiento, la dinámica de la cual se sirve el educando para aprender y adaptarse a la realidad escolar y los sistemas de ayuda con los que debe contar en su formación (Forns, 1994).

       Podemos tomar como punto de referencia el cómo enseñar a un alumno una materia y el cómo el alumno la aprende. Este ejemplo viene acompañado de ciertos puntos clave tratados por la Psicología Educativa y puestos a prueba por el psicólogo educativo. Uno de ellos es estudiar detenidamente la materia que se pretende impartir, analizándola y adecuándola a cada etapa educativa lo mejor posible, de forma que ésta sea digerible por el educando. Parcialmente, también será de suma importancia un análisis del alumnado desde su punto de vista como receptor, es decir, el saber cuáles son los mecanismos que el alumno utiliza para aprender la asignatura impartida, esto implica también el reconocimiento de lo que le motiva con el fin de establecer una comunicación activa y directa entre educando y educador.

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