La Inteligencia
Enviado por singerdic • 1 de Abril de 2013 • 3.033 Palabras (13 Páginas) • 352 Visitas
Introducción:
A menudo se oye en las conversaciones entre amigos: “se requiere mucha inteligencia para lograr esa nota”; “tengo que aprovechar al máximo la inteligencia”; “esa persona sí que es inteligente”, etc.
Sin duda que constatamos que, en nuestro alrededor, hay mucha inteligencia. Cualquiera que sea su dimensión, la inteligencia es, de todas maneras, solo uno de los factores que convierten a un individuo en un ser humana excepcional.
No hay acuerdos unánimes para definirla; sólo ideas que intentan acercarse a ella, tales como:
-capacidad de adaptación a las circunstancias.
-capacidad de reflexionar y razonar.
-capacidad de aprender y adquirir nuevos conocimientos.
-capacidad de analizar, sintetizar y tomar decisiones.
La inteligencia:
Es la capacidad que posee la persona para aprender, comprender, razonar y sintetizar los conocimientos para permitirle responder y adaptarse a las circunstancias.
La inteligencia parece estar ligada a otras funciones mentales como la percepción, o capacidad de recibir información, y la memoria, o capacidad de almacenarla.
Etimología:
La palabra inteligencia proviene del latín que proviene de intellegere, termino compuesto de inter “entre” y legere “leer, escoge”, por lo que, etimológicamente, inteligencia es quien sabe escoger. La inteligencia permite elegir las mejores opciones para resolver una cuestión.
La palabra inteligencia fue introducida por Cicerón para significar el concepto de capacidad intelectual.
Estructura de la inteligencia:
La dificultad que han tenido los psicólogos es decidir si la inteligencia es “una” o si, hay varias clases de conducta inteligente.
La aproximación más común ha sido la del análisis de los elementos o factores básicos, llamado “Análisis de factores”.
Consiste en la administración de un determinado número de test a un grupo de personas. Esto permite a los psicólogos identificar las características de la inteligencia. Estos análisis proporcionan informaciones sobre las modalidades y la estructura de los elementos de la inteligencia.
Luego, surge otra teoría conocida como la “teoría bifactorial”; en este se plantea que el rendimiento en cada test es posible por la activación de los dos factores de inteligencia, el general “g” y el específico “s”, que depende de la índole del test.
Más adelante surge la teoría de los “factores de inteligencia”. Lo que había llamado factor “g”, podía descomponerse en un número determinado de factores, y las diferencias individuales entre las aptitudes cognoscitivas se pueden expresar en función de un número de aptitudes mentales primarias distintas, pero no totalmente independientes entre sí.
Los factores o elementos de la inteligencia son:
*Habilidad verbal: definición y comprensión de palabras.
*Habilidad numérica: ser capaz de hacer y resolver problemas aritméticas.
*Fluidez verbal: capacidad de pensar palabras rápidamente.
*Perceptual: captar similitudes, diferencias y detalles.
*Espacial: comprender relaciones espaciales.
*Mecánica: capacidad de memorizar y recordar.
*Razonamiento: comprender principios y conceptos para resolver problemas.
Distribución de la inteligencia:
Todos los seres humanos, afortunadamente, contamos con la inteligencia; ella nos distingue de los animales y demás seres. Por lo general, no todos poseen los mismos niveles, es decir, que puede suceder que unos individuos tengan mayor capacidad que otros. Los niveles van, desde muy alto a muy bajo; la gran mayoría se ubican en las zonas medias o promedio.
La inteligencia puede clasificarse por niveles, del siguiente modo:
Muy superior
Superior
Brillante
Promedio
Normal lento
Fronterizo
Deficiente mental
Medidas de la inteligencia:
Fue Alfred Binet el primer psicólogo que diseño una prueba formal de la inteligencia.
Edad mental: (ED=EM)
La edad mental será determinada por la media de cuestiones de un test, resuelto por el promedio de sujetos de una misma edad cronológica.
Cociente intelectual:
Viene siendo la medida de la inteligencia que toma en cuenta la edad mental y la edad cronológica de un individuo y multiplicarla por cien para eliminar decimales.
Percentiles:
Ellos indican en nivel en que se encuentra una persona en relación con cien personas de la misma edad cronológica o grupo comparativo. El sujeto promedio queda en el centil cincuenta; el mejor ubicado, en el noventa y el peor situado, en el centil uno.
Determinación de la inteligencia:
La herencia de las capacidades mentales o de la inteligencia es uno de los problemas más importantes y difíciles de la genética humana. La interpretación de los datos genéticos puede desfigurarse fácilmente por teorías educativas, políticas, sociales y psicológicas, sin contar que es complicado formular pruebas medidoras de la inteligencia sin estar influenciados por las previas enseñanzas del sujeto. Las pruebas psicológicas, como la de Binet y Stanford, se preparan mediante preguntas a los niños, con las respuestas esperadas para los de cada edad. A cada uno se propagan preguntas cada vez más difíciles hasta que, naturalmente, se llega a un nivel en que no se responden.
Cuando se practican estas pruebas se obtiene una amplia gama de capacidades mentales desde la ineptitud más absoluta hasta la más clara comprensión. El niño de seis años que puede resolver problemas que ordinariamente pertenecen a los niños de su grupo. La “edad mental” obtenida con esta prueba se divide entre la edad cronológica, cuyo cociente se multiplica por 100 para obtener el cociente de inteligencia que comúnmente se conoce por I.Q. si se miden los cocientes de inteligencia de muchas personas, se podrá trazar una curva de distribución normal que va desde cera hasta 140 con el mayor número de calificaciones dentro de lo normal, y cada vez en menor número a medida que nos alejamos de la normalidad.
El hecho de que las capacidades mentales formen una serie continua que vas desde el idiota al genio, con distribución del I.Q en curva ascendente, sugiere que la inteligencia se hereda por un sistema multifactorial, hecho que se apoya aun en otras pruebas. La debilidad mental puede depender de ciertos padecimientos como sífilis o meningitis, de traumas obstétricos y de factores
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