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La Pseudociencia


Enviado por   •  9 de Marzo de 2012  •  2.340 Palabras (10 Páginas)  •  2.896 Visitas

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PSEUDOCIENCIA

SU SIGNIFICADO

Introducción

Una pseudociencia es cualquier cuerpo del conocimiento que pretende ser efectivo y científico, o bien brindar un nivel de conocimiento mayor y uniforme, pero que no admite confrontación con el método científico.

Los motivos para la aceptación o rechazo de la pseudociencia como tal, son relativamente simples de analizar, a la luz de lo que ofrece la ciencia o el método científico, nunca emparentado con el engaño deliberado, las ventajas de orden financiero, o artilugios por el estilo.

Muchos consideran a algunas o a todas las pseudociencias como de una acción inofensiva. Otros, tales como Richard Dawkins, (autor de “El gen egoísta”, publicado en 1976) estiman que todas las formas de pseudociencia son dañinas, ya sea que produzcan o no daño inmediato a sus seguidores.

Cómo interpretar a la pseudociencia

Una pseudociencia no puede típicamente dar solución a los criterios generalmente resueltos por la ciencia (método científico mediante), pero sí se la puede identificar por una combinación de las siguientes características:

• cuando afirma demandas sin el aporte de evidencia experimental

• cuando afirma las demandas que contradicen resultados experimentales establecidos

• cuando no puede proporcionar la reproducción experimental de resultados

• cuando afirma demandas que violan la falsificación

• cuando recurre al principio de elegir la explicación más simple cuando las explicaciones viables múltiples son posibles (cuánto más notoria la violación, más probable).

Una pseudociencia se distingue de la revelación, de la teología o de la espiritualidad en que reclama ofrecer la inserción en el mundo físico por medios “científicos” (es decir, lo más general posible de acuerdo con el método científico). Los sistemas del pensamiento en los cuales se “adivinan” o que remiten al conocimiento “inspirado”, no se consideran pseudociencias, si no demandan ser científicos o se vuelcan a la ciencia establecida.

Pseudociencia versus protociencia

Una pseudociencia también se diferencia de una protociencia.

Una protociencia se puede definir como la especulación o hipótesis que todavía no ha sido aprobada adecuadamente por el método científico, pero que es de otra manera consistente con la ciencia existente, o que, en contraste, ofrece la cuota razonable de inconsistencia.

Una pseudociencia, por el contrario, es característica por demandar la aceptación de sus pruebas o la posibilidad de ellas, tal vez en forma poco consistente al principio, pero que sus seguidores se encargarán de demandar en forma estridente aún bajo la insitencia de que resultados científicos existentes fueran incorrectos. Una pseudociencia es a menudo inconsistente a los procedimientos científicos ordinarios (por ejemplo, confrontación de resultados, publicación en diarios estándares, etc.). En algunos casos, ningún método científico de aplicación podría refutar una hipótesis pseudocientífica (es decir demandas inconsistentes), por faltar a la verdad, citándose en consecuencia como evidencias de la verdad de la pseudociencia.

Los límites entre una pseudociencia, una protociencia y la ciencia “verdadera”, son a menudo confusos a los observadores novatos eventuales, pudiendo ser oscuros incluso a los expertos. Mucha gente ha intentado ofrecer criterios objetivos para el término, con un éxito dudoso. A menudo, el término pseudociencia se lo utiliza como peyorativo para expresar la endeble opinión del portavoz en un determinado campo, sin importar, en realidad, la objetividad de la medida.

Si las demandas de una determinada pseudociencia dada pueden ser probadas en forma experimental, podría transformarse en una ciencia “verdadera”, o al menos extraña, asombrosa o aceptablemente intuitiva. Si las demandas no pudieran ser probadas, entonces solo sería una pseudociencia probable. Si las demandas fueran contrarias a los resultados experimentales ya existentes o con la teoría establecida, se podría presumir a priori que es una pseudociencia. Inversamente, si los requerimientos o demandas de alguna “ciencia dada” no pudieran ser probadas en forma experimental, podría tratarse de una ciencia “no-verdadera”, por lo que se la podría considerar como al menos extraña, asombrosa o intuitiva aceptable.

En tales circunstancias puede ser difícil distinguir que entre “dos ciencias en oposición”, siendo éstas válidas. Por ejemplo, los autores y los opositores al tratado de Kyoto que trataran el calentamiento global, solicitaron la ayuda de científicos, para endosar posiciones “científicas” contradictorias, debido a las diferencias políticas que las diferenciaban. Este aislamiento de la ciencia al servicio de la política ha sido dado en llamar “ciencia de la chatarra”.

Los campos tales como la acupuntura, se podrían categorizar como protociencias. Hay una expectativa razonable de esperar el modo en que se examinan los datos experimentales que llevan a pensar que pudieran arrojar resultados científicos válidos. O, al menos, asequibles al examen experimental .

El problema de la demarcación

Después de más de un siglo de diálogo activo, la cuestión de las marcas que delimitan los umbrales de la ciencia siguen sin ser resueltos. Por consiguiente, la aplicación de lo que constituye una pseudociencia continúa siendo polémica. No obstante, el consenso razonable existe en ciertas ediciones secundarias. Los criterios para la demarcación se han asociado tradicionalmente a una filosofía de la ciencia o a otra. El positivismo lógico, por ejemplo, expuso una teoría buscando el significado que sostuvo que: solamente las declaraciones sobre observaciones empíricas son significativas , dicho con tal énfasis, que afirmaba que las declaraciones que no se derivaran de éste modo (incluyendo a todas las declaraciones metafísicas), serán sin sentido. Más adelante, Karl Popper (1902-1994), un filósofo austríaco abocado al estudio de las ciencias naturales y sociales, quien estableciera que el conocimiento se produce a partir de la experiencia de la mente, y cuya principal contribución a la filosofía lo representara el hecho de haber rechazado el método inductivo en las ciencias empíricas, atacó el positivismo lógico e introdujo su propio criterio para la demarcación, que la denominó “habilidad para la falsificación” (literal: falsifiability). Lo anterior fue duramente criticado por Thomas Kuhn (1922-1996), historiador americano de las ciencias, famoso por su obra “La estructura de las revoluciones científicas”,

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