La baja estima y la rebeldia

PARTE V:  LOS VALORES Y LA VIDA DIARIA.

EJERCICIO I.  La Baja Estima

La dignidad es la capacidad de amar sin recibir daño. La herida se produce cuando queremos llenar un vacío interno, esperando que la otra persona valore lo que estamos invirtiendo en ella.

El deseo y atractivo son complementos, el amor supera lo visual y la lujuria. El amor cubre las faltas de la persona que se ama si esta no tiene la capacidad de amar.

Cuando no conozco la estima que produce la dignidad entonces se genera:

• La coquetería
• El orgullo
• Las rabietas para llamar la atención

La gente toma el aprendizaje como una acumulación de datos, ya que no existe una propuesta de aprendizaje basada en el cambio de conducta.

En las escuelas se nos enseña que los tipos de aprendizaje son los siguientes:

El cognoscitivo o intelectual. Es toda la recolección de información para ser manipulada por medio de símbolos hablados, escritos o pensados que, pueden o no, afectar la conducta de un ser humano.

El afectivo o emocional.  Consiste en la grabación cultural en el sistema neurofisiológico del ser humano de: los valores, las experiencias, los refuerzos y la información que se ha tenido en la vida. El aprendizaje es el resultado de las reacciones corporales ante los estímulos recibidos, para poder cambiar de conducta se necesita saber leer las reacciones ante los estímulos externos y romper con las conductas basadas en meros reflejos o condicionamientos. Esto produce sufrimiento.

El sicomotor. Comprende las destrezas neurofisiológicas que actúan en el aprendizaje de las labores físicas. El aprendizaje deriva de la reflexología, o sea, de tener conciencia de las reacciones corporales que dan origen a nuestra manera de pensar.

El aprendizaje espiritual (o de la identidad), cuando la persona recupera los valores con que fue creada, tiene la posibilidad de formarse para la renovación de su entendimiento y gestando el inicio de un nuevo tipo de aprendizaje que:

1. Rompe con las ataduras emocionales
2. Renueva la manera de pensar
3. Produce la capacidad de renovar las emociones

La incapacidad de poder trabajar con el aprendizaje cognoscitivo nos impide evaluar, efectivamente, las situaciones que enfrentamos. Porque al no poder entender las causas, los mecanismos y las consecuencias de nuestra inteligencia emocional, nos hace destruir nuestro propio cuerpo. El no identificar los valores fundamentales nos impide comprender las consecuencias de los tres primeros tipos de aprendizaje.

El no desarrollar la inteligencia espiritual significa renunciar a nuestra identidad; es lo que hace que actuemos bajo el poder de los disparadores de las emociones, condicionados por nuestros instintos, nuestros impulsos y los condicionantes sociales.

Los disparadores de las Emociones Reactivas

Los patrones de pensamientos son el resultado de las emociones internalizadas que van unidas al sistema neurofisiológico del ser humano, por lo que el aprendizaje es eminentemente emocional.

Hay tres situaciones que disparan las emociones reactivas, que inciden en las actitudes y conductas de la persona. Estos son:

1. La traición o violación a la integridad. Es la violación de una persona a la confianza depositada en ella. La violación produce un dolor que se incorpora como una emoción de ira, y produce un deseo de venganza, este puede ser consciente o inconsciente y su objetivo es castigar. Este deseo mantiene a la persona herida dañando su salud espiritual y material.

2. La falta de agradecimiento o violación a la dignidad. Consiste en la violación de la entrega emocional que una persona hace de si misma a otra mediante favores, aprecio, amor, esperando que la otra persona le corresponda de igual manera. Cuando la persona no recibe reconocimiento se entristece y siente lastima por si misma, que no vale nada porque no se parecía lo que hace.

3. El desengaño o violación a la libertad. Consiste en crearse expectativas de conductas sobre una persona a la que se aprecia y a la que se le asigna un papel, que se espera cumpla en la vida de uno. El incumplimiento de esas expectativas produce un dolor inesperado, porque tenemos ese deseo inconsciente de que la persona cumpla con esa expectativa, aunque aquella persona no tenga la capacidad, ni la ética, ni la madurez emocional para cumplir y esto produce amargura y nos vuelve esclavos emocionales de esa persona.

En estos tres casos el no conocer el concepto del perdón fija en el sistema neurofisiológico sucesos como emociones negativas.  Estas emociones crean los sentimientos asociados que actúan sobre los estados de animo que se producen por estímulos exteriores. Estos sentimientos son:

Enojo: Es un deseo de castigo, contra todo el que se le parezca a quien produjo la traición, un estado de rebeldía que lleva a la persona a:

• Actuar con maldad
• Atreverse irresponsablemente
• Castigar

2. La herida.  Es la amargura de no sentirse alguien, por la culpa que atribuye al otro al no haber cumplido con la expectativa depositada en él. Es un miedo interior profundo de que se le vuelva a engañar y que lleva a pensar:

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