La salud mental según el Departamento de Salud de Puerto Rico (2014)

Zuleinie Y. De Jesús Collazo                                        4 de octubre de 2016

        La salud mental según el Departamento de Salud de Puerto Rico (2014) es el estado de bienestar resultante de la interacción funcional entre la persona y su ambiente, y la integración armoniosa en su ser de un sinnúmero de factores, entre los que se encuentran; su percepción de la realidad y su interpretación de la misma; sus necesidades biológicas primarias y la forma de satisfacerlas; su potenciales psíquicos, mentales y espirituales. También es el  modo de elevarlos a su máximo nivel; su sentido del humor y su capacidad para disfrutar de los placeres genuinos que la vida nos ofrece; su confianza en sí́ mismo y el reconocimiento de sus limitaciones; su satisfacción ante sus logros y su entereza ante sus fracasos; su reconocimiento de sus derechos y obligaciones sociales como necesidades básicas para la convivencia sana y pacifica; su solidaridad con los valores en que cree y su respeto y tolerancia con los que discrepa; su capacidad para crecer y madurar a la luz de las experiencias de su propia vida y la de otros; su resonancia afectiva ante los sucesos alegres y tristes; y finalmente, su capacidad para dar y recibir amor generosamente.

El servicio de la salud metal en Puerto Rico es uno de los más influenciados con el desarrollo biopsicosocial, cultural y económico de la Isla. Los inicios de los servicios mentales en Puerto Rico se pueden ubicar a partir del 1820 al 1828. Los llamados “locos” estaban juntos con los presidiarios lo cual, gracias a los esfuerzos de médicos, iglesia y otros recursos pudieron construir lo que se llamaría el “Asilo de Beneficiencia” separándolos por edad y sexo. La demanda por servicios de salud mental creció más rápido de lo que pensaban. Siendo así que luego comenzaron a celebrar actividades recreativas, ejercicios gimnásticos y distracciones útiles de saludables.

En el 1992 por primera vez se escoge un gobernador médico, el cual entonces le dio cara al asunto y creó en el 1993 lo que hoy conocemos como la “Administración de Seguros de Salud” (ASES). Esto fue diseñado para contener costos y maximizar las ganancias. Siendo así que este parte de la premisa de que el asegurado puede compensar con sus propios recursos o reservas económicas no cubiertos por su póliza. De no ser así el sistema descansa sobre los recursos de los servicios gubernamentales.

No podemos deducir que el atraso del desarrollo de la salud mental privada es influenciado por la industria del seguro. Aunque sabemos que en Puerto Rico todo es influenciado por los grandes intereses monetarios. Por otro lado, en los Estados Unidos muchos de los hospitales mejoraron los servicios de salud mental y psiquiátricos.

Ciertamente en Puerto Rico hay una gran cantidad de problemas que nos amargan. Uno de los más controvertibles es la salud mental, que por años ha sido un sector marginado y de atención vaga.  En Puerto Rico, aproximadamente 310,000 personas entre 18 a 64 años cumplen con los criterios de trastorno mental leve, moderado o severo. En el 2000 se realizó un estudio donde solo el 24% de los que se reportan como pacientes de salud mentales incapacitantes, recibieron servicios para su condición.

Las noticias de violencia y matanzas en nuestro país nos hace reconocer en el estado crítico en la que nos encontramos. Estos van en un aumento constante diariamente. Son muchas las opiniones y los diálogos los cuales se realizan para buscando posibles soluciones. Pero, las limitaciones de presupuesto, la distribución inadecuada de recursos, la pobre participación de la ciudadanía nos hace reincidir y/o nunca ver cambios aún con todas las ayudas que nos brindan.

En el 2011 un grupo de médicos psiquiatras de distintas organizaciones se levantaron para llamar la atención sobre la crisis de salud mental en Puerto Rico. Ya que se denota la necesidad de que la ciudadanía tenga mayor acceso a información, tratamientos farmacológicos y terapéuticos. Así como a que se nos brinden las herramientas que nos permitan hacer frente al estrés diario.  La prevalencia de enfermedades de salud mental en Puerto rico es totalmente preocupante y alarmante ya que se estima que un 50 por ciento de la población se ve afectada por alguna condición. La cual es muy importante resaltar que el país tiene una gran crisis de salud mental y emocional a la cual se debe de prestar más atención.

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