La venus de las pieles

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PSICOSIS Y PERVERSIÓN

Nombre: Sofía Robalino
Curso: Octavo Clínico 1
Fecha: 2015-03-29

El masoquismo masculino desde una posición femenina

“En el hombre lo reprimido inconsciente se reconduce a mociones pulsionales femeninas; y a la inversa en la mujer” (Freud, 1976)

El actuar es interpretar un papel en una obra teatral, para términos más específicos es la representación o reproducción de actos  libres y conscientes que se los toma de un guion predeterminado, o simplemente las personas improvisan conforme se produce la escena dentro del teatro. (Española, S/F). En la película “La venus de las pieles”, podemos encontrar como se escenifica esta obra de literatura; en la cual se representa un papel masoquista de parte del protagonista, por lo cual debemos tener una definición de este término, la cual es la siguiente: “Perversión sexual en la cual la satisfacción va ligada al sufrimiento o a la humillación experimentados por el sujeto.” (Plon, S/F). A partir de estas definiciones en el siguiente escrito trataremos de desentramar los diferentes papeles que ocupan los actores y definir el tipo de masoquismo que reproduce esta película.

Existen tres tipos de masoquismos que Freud propuso a lo largo de su teoría. El primero el masoquismo erógeno, el cual es el placer de recibir dolor, al cual se le atribuyen bases biológicas y constitucionales; el segundo, el masoquismo moral, es apreciado como un sentimiento de culpa inconsciente donde la persona debe expiarse mediante procesos dolorosos y martirizadores; por último tenemos al masoquismo femenino, donde la persona se ubica en una situación de feminidad, es decir ser castrado, ser poseído sexualmente o parir. (Freud, El problema económico del masoquismo, 1976)

Al principio de la película podemos ver como el director de la obra esta buscando a una actriz que logre interpretar a Wanda von Dunajew, al final del día cuando no logra encontrar alguien que cumpla sus expectativas aparece esta mujer, que curiosamente se llama Wanda, la cual incita al director a representar el papel de Severino, durante la representación de la obra el director asume completamente la posición de Severino, representando a una persona sumisa y que cree firmemente que por sus acciones debe recibir un tipo de castigo y a partir de este saca placer; es aquí donde podemos encontrar entremezclados la primera y segunda forma de masoquismo, donde la persona expresa un sentimiento de culpa que debe ser expiado, lo que diferencia de otros masoquismos es que esta expiación ya no parte solamente de la persona amada, el castigo puede ser infligido por cualquier tipo de persona, ya sea amada o no.

Esta representación que realiza el director de Severino, nos produce una duda, hasta que momento solamente es una interpretación de un papel o si es la demostración de esta necesidad de castigo que realmente posee el director y puede obtenerla mediante la interpretación de su personaje. Este sentimiento de culpa se produce por una tensión entre el yo y el superyó, donde el sadismo del superyó devine conscientemente mientras que el masoquismo del yo permanece en general oculto para la persona y se lo puede descubrir por su conducta. (Freud, El problema económico del masoquismo, 1976). A través de esta afirmación podemos encontrar que el papel masoquista que representa el director es una expresión de este masoquismo oculto de su yo, donde deja a un lado el masoquismo de Severino y empieza a representar su propio masoquismo.

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