Lectura.

Analizando los documentos, libros y escritos que nos ponen al tanto de la situación de la mujer en Mesopotamia y en Egipto, podemos apreciar que ambas civilizaciones contemplaron los derechos femeninos. Parece ser que en el caso de Mesopotamia, estos derechos se consagraron desde muy antiguo tiempo, ya durante el Imperio Sumerio, a juzgar por el Código de Hammurabi, que data de 1760 a.C y que constituye una recopilación de códigos anteriores. Pero la condición de la mujer según la historia no evolucionó a su favor con el correr del tiempo. Efectivamente, para cuando se produjo la conquista de toda Mesopotamia por el Imperio Asirio, la situación de relativo privilegio, dentro del segundo plano que siempre ocupó la mujer en esa sociedad, cambió hacia la pérdida de algunos de sus derechos y a partir de entonces, la mujer queda casi relegada a un papel secundario dentro de la sociedad y leyendo y buscando yo mas información se dice que los derechos de las mesopotámicas no eran iguales a los de los hombres. Pero en períodos tempranos, las mujeres podían comprar y vender, atender asuntos legales en ausencia de los hombres, tener sus propias propiedades, prestar y pedir prestado, y realizar negocios por sí mismas. Las mujeres de alto estado, como las sacerdotisas y las componentes de las familias reales, aprendían a leer y escribir. El poder y la libertad femeninos fueron “recortados” en época Asiria. La primera evidencia de leyes que “ordenaban” que las mujeres de la élite llevasen velo es de ese período. La situación de la mujer egipcia, es totalmente distinta. Estamos en condiciones de afirmar que las egipcias gozaron de los derechos y libertades mas amplios dentro de las culturas del mundo antiguo, incluidas Grecia y Roma y que su realidad, sería incluso mejor que las de mujeres de algunas sociedades actuales, donde la mujer todavía es consideraba un objeto. En Egipto, marido y mujer se hallan ubicados en un plano de igualdad. La mujer tiene su propio patrimonio, lo administra y dispone de él con total libertad. No hay autoridad marital ni tutela del esposo sobre la mujer. La igualdad sucesoria confirma la igualdad jurídica entre ambos sexos y la aptitud de la mujer para adquirir la propiedad inmobiliaria, tal como los hombres. Los derechos femeninos se extendían a la igualdad para testar, para pedir el divorcio, tener un culto independiente del esposo, lugar de entierro propio, etc. Podían ejercer casi todos los oficios, desde los mas elementales hasta el de reina, como revelan varios testimonios en la Historia del Antiguo Egipto. En Egipto antiguo a la mujer se le reconocía todas las prerrogativas de las que gozaba el hombre, podía divorciarse, heredar, culpar, juzgar, etc., tenía la oportunidad de ejercer sus derechos cumpliendo los requisitos que se le exigían. Antes de mencionar las exigencias, es importante tener en cuenta, que la posición de la mujer egipcia al igual que la mesopotámica variaba

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