Los Niños De Seis Y Siete años

Como parte de su crecimiento el niño va pasando por diversas etapas, en las cuales enfrenta un sinfín de cambios y situaciones propias al momento que está viviendo. Poco a poco aquel niño que en un principio dependía completamente de un adulto para desenvolverse y realizar las actividades cotidianas se va convirtiendo en un ser con necesidad de independencia y poder para tomar decisiones.

En el texto de Dorothy Cohen se plasman los primeros momentos del niño en búsqueda de esa independencia propia del proceso de maduración, el cual, según la autora comienza a los seis años. La autora menciona que en el periodo de los seis a los 12 años existen tres impulsos que llevan a los niños a presentar los cambios antes mencionados. Las situaciones que en este caso se analizan, por estar en relación a lo que acontece entre los seis y siete años están relacionadas con el impulso de “la liberación de la influencia del hogar hacia una mayor influencia de los compañeros”.

Es en estas edades donde los niños comienzan a presentar situaciones en las que se ve destacado el individualismo como persona. En el texto se mencionan dos factores que destacan esta situación, los cuales son: el reclamo de la individuad y la introspección. El primero se manifiesta en comentarios como: yo puedo solo o pidiendo que no se le moleste en espacios que siente propios (recamara, rincones de juego, etc.). El segundo aspecto se manifiesta en la actitud sutil del niño de ignorar a los adultos cuando lo crea conveniente.

Situaciones como el defender sus puntos de vista mediante argumentos que para él son validos, declararse capaz de realizar un sin número de actividades e incluso reconocer a sus padres como un ser no perfecto son parte de este proceso, dentro del cual el niño poco a poco irá adquiriendo un grado mayor de autoestima a percibirse a sí mismo de una manera diferente. Sin embargo, aunque los pequeños reclaman cada vez con mayor insistencia su separación de los padres esta situación no implica que el niño tenga aun este poder de ser completamente independiente y autónomo. Si bien, está en camino a serlo, es necesario que los padres afronten de manera correcta este momento en el desarrollo del niño pues de ello dependerá el grado de autonomía que el menor tenga en un futuro.

Otro de los cambios que suceden en esta etapa, y en mi percepción uno de los más importantes para los padres de familia es la nueva visión que el pequeño tiene de sus padres a quienes anteriormente veía como alguien perfecto, casi comparándolo con un superhéroe. Ahora los niños se dan cuenta de que sus padres son personas que pueden cometer errores, aun sigue viéndolos como modelo, sin embargo comprende que no son perfectos y aspira a ser mejores que ellos. En este momento, debido al grado de madures de los hijos, los padres tienen la oportunidad de comenzar con a emplear con ellos las negociaciones como medio para resolver algún conflicto, pues será la mejor vía ante la actitud que el niño tiene de “yo todo lo sé”. De esta manera el cambio de perspectiva es ambivalente: el padre reconoce al niño como un sujeto con más madurez y el hijo percibe al padre como algo más real.

Todos los cambios en relación a la independencia del niño lo llevan a la búsqueda de nuevas emociones mediante la experimentación y la prueba de sí mismos, es por esto que los menores comienzan a intentar realizar actividades o juegos que han visto practicar a niños mayores, aun y cuando físicamente no están preparados

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