Los Valores

CAPÍTULO I

TÓPICO DE LA INVESTIGACIÓN

Idea Central

El análisis de la educación en el mundo permite plantear la necesidad de reforzar la formación de valores desde la escuela, donde el docente, la familia al igual que todos los agentes de la comunidad juegan un papel esencial. Los valores contribuyen a establecer fines y metas; de igual manera a fijar conductas que se derivan de la experiencia propiciando la realización de la persona, para así activar el bien social y elevar la calidad de la educación.

En este sentido, se buscan solventar problemas humanos como la práctica de antivalores en los adultos sin la prudencia de que los niños y niñas no estén de alguna manera involucrados en dichas actuaciones, como por ejemplo: mentir para encubrir a los padres, observar peleas y actos agresivos de sus adultos significativos, escuchar orientaciones equivocas sobre agresiones en caso de que otro niño y niña los agreda, entre otros; todo lo antes planteado, puede en todo caso fomentar en los niños y niñas conductas inadecuadas que los conduzcan a actuar sin el respeto por los valores familiares, sociales y comunitarios.

En tal sentido, las investigadoras se proponen a observar en el aula el comportamiento de los actores del acto educativo y de los adultos significativo. Para interpretar y comprender los significados que emergen de los escenarios naturales del contexto institucional del CEIN Bolivariano “La Pradera”, relacionados con las estrategias pedagógicas para educar en valores morales en niños y niñas en edad preescolar desde una perspectiva más humana, entendida como la formación de una personalidad integral.

Las investigadoras tienen la intención de observar, describir e interpretar los significados de los diferentes eventos ocurridos dentro y fuera del aula donde interactúan lo cognitivo-racional con lo afectivo-emocional, todo esto con el propósito de lograr la alineación de un individuo que piense, sienta y actúe en este complejo proceso, desempeñando un papel central.

En este mismo orden de ideas, se busca comprender los fenómenos sociales de estos eventos para reflexionar y activar los mecanismos necesarios que conduzcan a formar el hombre justo, equilibrado y ético. En relación a lo planteado, Chávez (2000: p.63) expresa: “el fin de la educación tiene que estar encaminado a la formación del hombre en su amplio y elevado concepto. El hombre integral que piense, sienta, valore, haga, actúe y sobre todo hable”.

De este modo, se puede expresar que la educación es una responsabilidad compartida por el estado, la sociedad y la familia, ésta última constituye el escenario principal de desarrollo integral de los niños y niñas; Igualmente los docentes, y otros adultos que participan activamente en la vida del niño, así como el entorno en el cual se encuentran, juega un papel fundamental en su desarrollo físico, emocional, social, de lenguaje, cognitivo y moral. En afecto, los valores, el aprecio brindado por los adultos, así como la transmisión de sentimientos positivos, generan en los niños y niñas el desarrollo de la autoestima necesario para el afianzamiento de la personalidad como un elemento esencial e imprescindible para una adecuada formación integral.

En definitiva, es aquí donde la educación inicial debe contribuir con las familias en la formación de valores, como: respeto, solidaridad, justicia, identidad, cooperación, entre otros, para que los niños y las niñas sean los ciudadanos que necesita la sociedad venezolana. En este nivel se propone favorecer a la formación integral del niño y la niña enmarcada dentro de una labor conjunta interactiva, cooperativa y coordinada por parte de los distintos actores que concurren en el hecho educativo.

Por otro lado, según el Diseño Curricular de Educación Inicial (2005: p.68), se concibe el rol del educador como mediador de experiencias de aprendizajes, que asume su función desde dos ámbitos como son: El pedagógico, cuando interviene en los ambientes de aprendizaje; y el sociocultural cuando su acción se proyecta a la familia y

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