MODELOS NEUROPSICOLOGICOS

Durante siglos la principal preocupación de filósofos y científicos era la relación que existía entre el funcionamiento del cerebro y la conducta humana, la relación de nuestra vida cognitiva y afectiva; labor que fue bastante laboriosa debido a la complejidad de nuestra conducta al igual que los procesos cerebrales. A finales de la segunda guerra Mundial en Rusia se inicia el trabajo de la presentación de los modelos siguiendo una secuencia temporal. Alezandr Luria ( 1902-1977).

Uno de los objetivos principales de la neuropsicología es describir el funcionamiento de pacientes con patologías cerebrales y trastornos en el desarrollo, realizar diagnósticos diferenciales, determinar necesidades de rehabilitación y terapia, evaluar la efectividad de las intervenciones e investigar para contribuir a incrementar el conocimiento acerca del sistema nervioso central, la evaluación es uno de los aspectos básicos del ejercicio de la neuropsicología, la cual implica la exploración de las funciones motoras, Visio espaciales, verbales, memoria intelectual y ejecutiva.

Durante los años 60 en Norteamérica y Argentina surgieron dos métodos que permitieron tener conocimiento de la relación cerebral con la conducta humana que fueron el MODELO NEOCONEXIONISTA en donde la neuropsicología era la materia intermedia entre la neurología y las neurociencias y era el método que en psicología utilizaba redes neuronales para comprender y explicar la psíquica y la conducta.

El MODELO NEUROFISIOLOGICO O NEUROPSICOLOGICO DEL APRENDIZAJE este método fue influenciado por Pavlov, el contacto con éste ámbito del conocimiento, es proporcionado por los síntomas, metodológicamente pone especial interés en la desviación de procesos funcionales de los sectores superiores del cerebro. Con conceptos básicos como la Asimetría cerebral funcional, Asimetrías funcionales y el Sistema Somestèsico.

A partir del desarrollo de estos métodos la neuropsicología ha avanzado en la descripción de la especificidad que cada una de esas funciones constituidas por los sistemas cognitivos. Paralelamente hemos asistido al diseño o revalorización de recursos de evaluación que nos permiten acceder a un diagnóstico diferencial del grado de estructuración de las funciones (gnosias, praxias, lenguaje, atención, memoria). Es evidente que lo antedicho justifica la necesidad de que la formación que tenemos como psicólogos no desconozcamos estos desarrollos, pues son necesarios para una buena comprensión de los trastornos en el aprendizaje y la adaptación del ser humano en su entorno social. Esto implica que debemos incorporar en la formación curricular y social no sólo los desarrollos teóricos de la neuropsicología, sino también el conocimiento de aquellos recursos técnicos que aportan a la tarea diagnóstica, dando como principal instrumento de trabajo una formación

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