Modelo Ecológico De Bronfenbrenner

D. El macrosistema. Por último, el nivel de análisis que afecta transversalmente a todos los demás niveles (micro, meso y exo) y tiene una incidencia más global y totalizante es el macrosistema.

El ámbito de la sociedad y la cultura corresponde al macrosistema. Tratamos los fenómenos que explican la conducta del individuo por las influencias y condicionamientos culturales y de la estructura social. El sujeto vive en grupos sociales, pertenece a un grupo étnico, a una cultura, a mundos sociales y a grupos diferentes como puede ser una clase social, es hombre o mujer, anciano o joven, etc. También podemos situar aquí los grupos de percepción, las ideologías, ya que éstas definen la realidad, orientan los juicios de valor y los integran en un sistema de representaciones más amplio, legitimador de “esa realidad” (la sociedad y la cultura). Aquí, en el macrosistema, nos situamos a nivel de las matrices socioculturales del individuo. Es la “gramática” que hace funcionar al resto de sistemas.

Se trata de las influencias culturales en forma de valores y creencias sociales que sustentan las diversas conductas de sentido que subyacen a los comportamientos de las personas. Las aspiraciones de futuro, los modelos de éxito social, las relaciones humanas, las normas que hay que contemplar en diferentes situaciones, etc., son manifestaciones del macrosistema.

También se trata de las estructuras socioeconómicas que impactan las vidas de las personas (el sistema económico: el desempleo y el empleo, el mundo laboral) Aspectos como el género, la clase social, la edad, el grupo étnico y la religión, la orientación sexual… -, que son formas en los que una sociedad organiza sus diferencias -, son elementos del macrosistema que influyen los comportamientos y que dan lugar a fenómenos de exclusión social cuando esas diferencias comportan privilegios y desigualdades en el acceso a recursos cognitivos (culturales, educativas y formativas), sociales (servicios y políticas sociales adaptadas a las situaciones diversas) y materiales (economía y satisfacción de necesidades materiales).

Un ejemplo de las relaciones entre el macrosistema (valores y creencias) y su influencia en los microsistemas de la gente son los intereses encontrados entre la salud pública y el mercado, que producen discursos contradictorios. Por ejemplo, mientras que continuamente se promueven discursos de rechazo al consumo de drogas ilegales, el alcohol o el tabaco son ofrecidos masivamente a los jóvenes y no jóvenes en sus propios contextos, vendidos con excelentes campañas de marketing que los maquillan hasta convertirlos en productos completamente integrables en nuestra cultura. Sufrimos las contradicciones entre el mercado del cuerpo (cirugías, dietas, cuidados corporales, etc.) y los productos de la alimentación basura.

El asunto de las influencias psicosociales de las clases sociales es de máxima importancia para las profesiones sociales y de ayuda.

La clase social configura identidades sociales y se constituye a partir de mundos sociales compartidos donde sus miembros tienen, a su vez, percepciones o esquemas de percepción de la realidad similares que forman su propio habitus de clase social.

Los sociólogos han descubierto, con éxito, múltiples diferencias entre las clases sociales, en el estilo de vida y sus consecuencias; sin embargo, han progresado mucho menos en la explicación de estas diferencias, que es muy importante. Consideremos, por ejemplo, la salud mental de las diferentes clases sociales: está claro que la clase trabajadora posee una salud mental peor que aquellos que pertenecen a la clase media, pero si no se puede hacer nada al respecto, debemos saber el motivo. Si es debido

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