ORIENTACION

SOCIEDAD: La escuela es un tipo de grupo social dentro de la sociedad. Por lo tanto, la sociedad ejerce algunas influencias sobre la escuela, mientras que la escuela -a su vez- ejerce algunas influencias sobre la sociedad. Así, cuando una sociedad no valora la educación y pone la prioridad en otras cosas como los bienes, la orientación hacia la seguridad, el éxito a cualquier costo y el nivel social es probable que el niño deteste la escuela De manera similar, cuando la sociedad no recompensa el talento, la creatividad y la ingenuidad, los niños seguramente verán la escuela como irrelevante, de este modo la sociedad que afecta al medio escolar puede incrementar el riesgo de deserción.

FAMILIA- PADRES: El hogar representa una perspectiva muy importante en la vida de todo niño. De ahí que el hogar podría informar la decisión de los adolescentes de abandonar la escuela. De acuerdo con esto, la investigación (Adedeji, 1985, Carvantees, 1965; Fafunso, 1994; George, 1997; Ikechukwu, 2000) indica que ciertas características del hogar pueden influir en los niños para abandonar la escuela. Estas características del hogar incluyen: situación familiar infeliz, más cantidad de niños de los que los padres pueden mantener; se vuelve difícil para los hogares pobres, entonces, atender a sus hijos y así se provoca que, en definitiva, a los niños les desagrade la escuela, puesto que no pueden obtener los materiales escolares necesarios. Por en encima de estas circunstancias, existe el hecho de que un padre muy exigente pueda crear miedo en sus hijos con respecto a los altos estándares y el miedo a ser reprendido en caso de fracasar puede hacerlos sentir desagrado por la escuela y, en muchos casos, abandonar la escuela prematuramente

ESCUELA – MAESTRO: La orientación no debe ser considerara como una función más que debe cumplir el docente, esta es parte de la función docente. Frank W. Miller asegura que, “cuando se aborda el problema de la enseñanza desde el punto de vista de la orientación, ésta resulta más eficaz”.

La orientación “humaniza” la educación porque convierte la relación estudiante maestro en una relación de “personas” atendiendo sus problemas y necesidades. Esto hace que la orientación esté presente en el proceso educativo, no solo como un servicio de apoyo, sino como parte integral del mismo, y que la labor del docente sea considerada como tal.

El docente es quien tiene mayor oportunidad de influir en el alumno y de proveer el ambiente adecuado y las actividades necesarias para que se dé la interacción de orientación; para cumplir estas funciones orientadoras deberá recibir asesoramiento de los especialistas, y deberá, conocer sobre las características del crecimiento y desarrollo del niño, en las diferentes etapas evolutivas.

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