Obesidad.
Enviado por crm74731 • 29 de Noviembre de 2014 • Ensayo • 388 Palabras (2 Páginas) • 146 Visitas
Según estudios científicos recientes, los niños con obesidad tienen una tendencia mayor a presentar desordenes psicológicos como la depresión. Esta tendencia se da en ambos sexos, aunque, al contrario de lo que se podría pensar, se presenta más en los varones.
Si analizamos los efectos psicológicos que la obesidad puede ocasionar en la personalidad del niño, encontraremos una fácil explicación a la presencia de la depresión. Los niños obesos suelen desarrollar una autoestima pobre, inseguridad y dificultades para relacionarse con la gente de su edad, sufren el rechazo o las burlas de sus compañeros de colegio… El niño se siente inferior a los demás, cree que no posee cualidades por las que pueda ser valorado, se siente incapaz de participar y destacar en los juegos y actividades de los demás niños… Todo esto le lleva a ir abandonando actividades y contactos, a ir evitando someterse a situaciones en los que puede despertar las burlas de los demás y en las que le gustaría participar… Poco a poco puede ir asilándose de los demás, decidiendo que es más seguro quedarse en casa, a salvo de las valoraciones negativas de los otros. Su índice de actividad irá descendiendo, sus contactos sociales irán desapareciendo… Con este planteamiento de vida, es muy fácil que la depresión aparezca. Si esto ocurre, no deben ignorarse los síntomas del niño, pensando que “ya se le pasará”. La depresión es un problema grave, incluso en estas edades. Por ello hay que estar muy atento si el niño presenta algunos de los siguientes síntomas:
El niño parece triste, falto de energía o llora con facilidad.
No muestra interés por sus juegos preferidos ni por la escuela. Se aburre y se cansa con facilidad por actividades que antes le gustaban.
Tiene pocas relaciones sociales y va separándose de las que tenía. Se muestra muy sensible frente al rechazo o el fracaso. Si sucede, llora, se muestra agresivo o tiene rabietas con mucha facilidad.
Expresa desprecio hacia sí mismo.
Se queja de síntomas físicos, como dolores de cabeza o estomago, con mucha frecuencia.
Sus hábitos de vida no son “normales”: duerme mucho o muy poco, come demasiado o casi nada.
En casos extremos, su depresión puede hacerle desear dejar su vida tal y como la conoce, como la única salida que ve a su estado, por lo que puede hablar de suicidio o de escaparse de casa
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