Observar Una Sala De Espera

Eran las 16:00 horas del viernes 9 de agosto del 2013, me dirigí al servicio médico SNTE 50 que se encuentra en la avenida Juan José Hinojosa, es el centro de salud más cercano a mi casa, cuando llegué finalmente lo primero que observé fue un piso muy brillante que reflejaba prácticamente el techo , y ese olor tan típico de un centro de salud ¿Usarán todas las clínicas los mismos productos de limpieza?, fue lo primero que me pregunté en silencio. Me senté en una silla lo más alejada que posible, para tratar de camuflajearme con el entorno, no llevé libreta, ni pluma, tampoco mochila, no quería alterar el orden o incomodar a nadie, así que me quedé 20 minutos observando a todos, desde la secretaria en la entrada que te atiende para asignarte un turno, hasta la señorita que atiende en la ventanilla de la farmacia. Comencé a mirar la sala de espera, la clínica realmente era pequeña, pero las personas parecían cómodas, excepto a aquellas en cuyo rostro se notaba prisa por salir de ahí, levanté la mirada y encontré una televisión pequeña de pantalla plana, sintonizando un canal de la televisión local, algunas personas miraban la tv entretenidas, yo también por inercia de ellas, la observé, no me parecía un programa educado ni mucho menos educativo, no me detuve ahí y quise mirar a las demás personas, la mayoría con sus teléfonos móviles, la cabeza agachada y el tiempo de espera, me hizo inferir que en el futuro estarían padeciendo de una torticolis o de una cervicalgia, sin embargo ellos parecían bastante entretenidos y eso amenizaba el tiempo de su espera en la sala; había pocos niños, ellos eran los más inquietos en la sala, jugaban y se movían a través de ese piso brillante y que parecía muy resbaloso, ante la mirada de otras personas que denotaban en silencio una incomodidad por el ruido de los infantes, sus mamá se veían nerviosos, parecían tener miedo de que se cayeran, alteraran el orden o que el personal les llamara la atención; otras personas se movían y observaban el entorno, incluso me observaban a mi, y eso lo pude notar, mover las piernas o los brazos en señal de un tic, también denotaba su impaciencia por ser atendidos. Realmente podría quedarme aquí horas y horas observando lo que pocos observan.

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