PERSONALIDAD

ENSAYO DIALECTICO

(NORMALIDAD Y ANORMALIDAD)

La normalidad es actuar dentro de un contexto definido por la sociedad, es estar de acuerdo con las normas o reglamentos dentro de una constitución, de ajustarse a los valores dentro de variables determinadas La normalidad depende claramente de la persona que quiera medirla, porque sólo esta persona sabe con qué datos construye su normalidad, lo que puede derivar en que esa normalidad no sea más que un punto de vista específico e individual, en ese momento, es donde puede llegar la confusión, porque para dos personas diferentes, y con la hipótesis de que cada uno tenga un punto de vista válido, lo que para uno es normal, puede que para el otro no lo sea. Cada uno define su normalidad cómo y cuando quiere. Sin embargo, si esa normalidad no es favorecida con las personas a las que se pretende catalogar o evaluar, no es válida para éstos. Las personas solicitan de normalidad general, no de normalidad egoísta y especial.

La anormalidad es todo lo contario, es actuar fuera del contexto, es realizar actos que se creen no están bien hechos, que violan todas las normas sociales y que pueden ocasionar amenazas o preocupación en las personas que la observan, además se realiza con poca frecuencia, Para mí la conducta anormal es la resultante de inestabilidades biológicas y psicológicas, en donde estos invadirán la distribución moral del individuo, liberando actuaciones hostiles fundados en ideas insensatas, que lo lastimaran personal y socialmente en su salud mental, aislándolo de todo contacto familiar, de amistad y muchas veces terminando en las calles como desadaptados sociales.

“La razón humana tiene el peculiar destino de cargar con cuestiones que no puede repudiar pero que tampoco puede responder.”

I. Kant - Crítica de la Razón Pura

La preocupación por la conducta anormal ha sido una constante histórica en todas las civilizaciones, entendiéndose desde el pensamiento imperante en cada época.

Posiblemente, partiendo de la definición de normalidad podríamos definir los criterios de anormalidad, pero nos encontraríamos ante un problema, ya que las dificultades para definir lo anormal derivan de la dificultad a la hora de establecer los límites de la normalidad.

Las conductas o comportamientos tratan de ejercer una función cultural y biológicamente esperada respecto a otros comportamientos.

Dicha función puede ser o no ser satisfecha, lo que puede llegar a generar malestar, desestructuración o desconexión respecto a lo que consideramos normal.

La misma mirada es la expresa B. Vicente (1996) al concluir:

“que son los valores y no los hechos los que determinan el estatus de enfermedad de cualquier condición. Y, puesto que nuestros valores determinan el estatus de enfermedad, ninguna investigación científica de los hechos puede determinar en último término qué

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