PSICOLOGIA
Enviado por diego250211 • 5 de Febrero de 2015 • 1.724 Palabras (7 Páginas) • 186 Visitas
Origen del humanismo clásico
El humanismo es un movimiento intelectual, filosófico y cultural europeo estrechamente ligado al Renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo XIV en la península Itálica (especialmente en Florencia, Roma y Venecia) en personalidades como Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Buscan la Antigüedad Clásica y retoma el antiguo humanismo griego del siglo de oro y mantiene su hegemonía en buena parte de Europa hasta fines del siglo XVI, cuando se fue transformando y diversificando a merced de los cambios espirituales provocados por la evolución social e ideológica de Europa, fundamentalmente al coludir con los principios propugnados por las reformas (luterana, calvinista, etc.), la Contrarreforma católica, la Ilustración y la Revolución francesa del siglo XVIII. El movimiento, fundamentalmente ideológico, tuvo así mismo una estética impresa paralela, plasmada, por ejemplo, en un nuevo tipo de letra, la redonda conocida como letra humanística, imitada de la letra uncial latina antigua, que vino a sustituir poco a poco a la letra gótica medieval.
El humanismo renacentista
El ingreso de América Latina a la modernidad, la obliga a ocupar un sitio de vanguardia cultural. Ya conocemos los desafíos que tienen nuestras sociedades, uno de ellos, tal vez, el más importante por resolver es la desunión de las naciones americanas. Con tantos factores comunes como la lengua, la historia, la tradición, la diversidad étnica y cultural, los deseos de transformación, la superación de los conflictos internos. En consecuencia Humanismo y cultura, al servicio de la integración y el desarrollo material, moral y espiritual de América.
Los derechos humanos son reivindicaciones históricas. A lo largo de los siglos, su contenido ha ido evolucionando y ampliándose gradualmente en respuesta a las demandas de hombres y mujeres que buscaban transformar las condiciones políticas, económicas y sociales de una época determinada. En este sentido, los derechos humanos “no son el producto de una reflexión racional sobre el individuo y su dignidad sino respuestas a situaciones concretas en las que éstos estaban siendo menoscabados o disminuidos
Dentro del proceso de concreción y consolidación de los derechos humanos es posible distinguir varias etapas. La primera de ellas se desarrolla durante los siglos XVI y XVII en respuesta a los desmanes cometidos por los regímenes absolutistas durante los siglos previos. Al amparo de las luchas libradas por una burguesía en ascenso que reclamaba la supresión de los privilegios nobiliarios y la igualdad ante la ley20, surge un ideario profundamente liberalista e individualista que proclamaba el derecho de toda persona a hacer todo aquello que no perjudique a los demás y el deber del Estado de abstenerse de intervenir arbitrariamente en el ámbito de autonomía individual y de garantizar, al mismo tiempo, la convivencia pacífica entre los individuos.
Así, bajo el influjo de las declaraciones de derechos proclamadas en Inglaterra, Estados Unidos y Francia durante la época, se estructura un concepto de derechos humanos que opera como límite a la acción de poder político y reivindica el valor supremo de la libertad, entendida como no interferencia, y de la autonomía individual. Los derechos humanos se concretan, entonces, en las llamadas libertades individuales (libertad religiosa, libertad de pensamiento, libertad de expresión), en las garantías procesales (debido proceso, presunción de inocencia, derecho de defensa), en algunas dimensiones de la igualdad formal (igualdad ante la ley), y en el derecho de propiedad como garantía de la autonomía individual21.
Conquista histórica de los derechos humanos
Uno de los logros más importantes del derecho internacional y de la organización política interna de los países son los llamados derechos humanos, o derechos de las personas. Desde los lejanos días de la Declaración de Virginia en los Estados Unidos (1776) y la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano de Francia (1789), hasta el presente, se ha producido una progresiva toma de conciencia sobre la importancia de declarar y, en la medida de lo posible garantizar, los derechos y libertades que las personas deben disfrutar en sociedad. Un momento crucial a nivel mundial fue la Declaración Universal de Derechos Humanos, aprobada el 10 de diciembre de 1948, emergida desde las ruinas de la Segunda Guerra Mundial como una forma de superar los males del pasado reciente, para construir una sociedad más respetuosa de sus miembros. La fecha 10 de diciembre fue señalada poco después como Día Internacional de los Derechos Humanos.
Es evidente que el desarrollo de este tema no comienza con las declaraciones formales ni tan tarde como en el siglo XVIII. En el mundo occidental los avances de Grecia y Roma fueron importantes al respecto, así como el cristianismo representó un punto de inflexión y progreso al comprender la igualdad de todas las personas como hijos de Dios, o en sus reflexiones sobre el derecho natural, por ejemplo. Sin embargo en la práctica persistieron muchas injusticias en el mundo, derechos para unos y exigencias para otros, avances y retrocesos en todas partes. Las declaraciones en Estados Unidos y sobre todo en Francia tuvieron el impacto de fijar un marco, pues declarar era aclarar (aunque muchas veces fueran declaraciones meramente formales y sin consecuencias prácticas), permitían ir avanzando, aunque con discusiones sobre su contenido, su significado y límites.
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