Pedagogia
Enviado por dcastrochapi • 25 de Abril de 2013 • 4.214 Palabras (17 Páginas) • 216 Visitas
A este proceso de aprendizaje cooperativo.
Es mi deseo, al igual que el de ustedes, elevar la calidad de la educación, pues creo firmemente que esto significa un avance hacia el ideal que nos junta: hacer de este Ecuador un semillero de gente feliz, realizada y que ame a su tierra.
En este documento propongo algunos contenidos para procesarlos a través de técnicas de trabajo que permitan construir aprendizajes.
GENERALIDADES DEL HECHO EDUCATIVO
EDUCACIÓN
La educación es una actividad vital. Los agentes de la educación son el educando y el educador, son seres vivos y sus acciones y reacciones recíprocas representan operaciones vitales. De ahí que, en educación no se proceda como en las artes mecánicas por elaboración y transformación de una materia prima que se entrega inerte en manos del artífice, sino que necesariamente se debe proceder de forma deliberada y consciente sobre la voluntad. No todos los actos que se realicen entre educando y educador son actos educativos. Para que lo sean necesitan estos requisitos esenciales:
a) Que sean deliberados y voluntarios
b) Que produzcan una modificación persistente en la personalidad del educando (ser funcionales)
Educar y ser educando son funciones correlativas. Si la primera no produce el efecto previsto en la segunda, aquella no llena su cometido, es decir, no se realiza, o al menos es de efectos nulos, como si no se realizara.
A. Educación para un humanismo cosmopolita
Las nuevas generaciones latinoamericanas deberán aprender a "pen¬sar globalmente" y a "actuar localmente", es decir, a mantener un sano equilibrio entre apertura al pluralismo universal y respeto a los valores autóctonos. Deberán sentirse ciudadanos y ciudadanas del mundo.
No podemos, por consiguiente, los educadores seguir formando sólo para la provincia ni para la Nación. Hay que formar para nuestro continente y para el mundo personas con mentalidad amplia y flexi¬ble, pero al mismo tiempo con convicciones profundas; personas dispuestas a servir a la humanidad en cualquier parte del globo y que profesen el dogma fundamental del credo universal: "Creo que toda mujer y todo hombre es mi hermana y mi hermano". Un encomiable ejemplo de esto lo tenemos en Farzam Arbab, notable físico iraní', quien confiesa en uno de sus libros: "Pronto aprendí que un patriotismo sano debía manejarse en un contexto de lealtad hacia toda la raza humana".(34)
B. Educación para una ciencia y tecnología típicamente latinoamericanas
Ha llegado la hora de la ciencia y la tecnología para América Latina, pero una ciencia y una tecnología, no al estilo de los países industrializados llamados del "primer mundo", sino al estilo y la ma¬nera prehispánicos: una ciencia con conciencia (ecológica y social), una ciencia holística (integral-integrada-íntegra), una ‘ciencia a es¬cala humana’, y una ciencia desde y para nuestros pueblos.
El prestigioso físico iraní ya mencionado, que vivió y trabajó 40 anos en Colombia y que aprendió a amar nuestro continente, nos dejó un libro muy valioso (citado en la nota 31) y dos fundaciones muy im¬portantes: La Universidad Rural y la Fundación para la Aplicación y Enseñanza de las Ciencias (Fundaec).
En el capítulo V de su libro, Arbab hace unos planteamientos funda¬mentales sobre el tema que nos ocupa, que vale la pena transcribir. Dice: "Desde cualquier punto de vista que se examine el progreso científico de Latinoamérica, hay que concluir que en ninguno de sus países la ciencia ha recibido la atención que verdaderamente mere¬ce (...) El conocimiento tecnológico no puede separarse de ese as¬pecto del sistema de conocimiento de un pueblo que de alguna manera se podría llamar su cultura científica y tecnológica (...) El progreso sostenido de un pueblo es imposible si no se le presta atención cuidadosa al avance de su cultura científica".(32)
Por otra parte, habrá que tener en cuenta, por lo menos hasta el 2030, el crecimiento de la naciente Cuenca del Pacifico, Esto impli¬ca una revisión y reorientación de los planes de estudio de nuestras instituciones educativas, que parecen concebidos más para perpe-tuar las cosmovisiones del Mediterráneo y del Atlántico que para potenciar nuestras concepciones amerindias.
C. Educación para el pluralismo, la participación y la coopera¬ción
En nuestros pueblos ha predominado durante mucho tiempo la "ló¬gica de la exclusión", proveniente de nuestro inconsciente colectivo hispánico, así como la intolerancia y el individualismo insolidario, producto éste último del capitalismo criollo, que han entorpecido el desarrollo de una "cultura de convivencia", en nuestras ciudades y de "intercomunicación" entre nuestras naciones.
Esta situación se ha visto agravada por los continuos atentados de las potencias occidentales contra la unidad y la integración latinoa¬mericanas. Atentados perpetrados a través de la industrialización y comercialización de armamentos, que fomentan las guerras fratricidas, y mediante la invasión de sectas (acuerdo de Santafé, 1980), que pretenden desarticular la unidad religiosa continental, base de cualquier posible resistencia colectiva.
Tenemos mucho que
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