Posible Análisis De Lacan
Enviado por anapaolamr • 15 de Febrero de 2013 • 7.924 Palabras (32 Páginas) • 354 Visitas
POSIBLE ANÁLISIS DE LACAN
El tener que hacer una lectura del pensamiento Lacaniano me permite entrar en una nueva lectura de Freud, es de esta forma como lo plantea Lacan, ahora bien querer decir algo nuevo no lo creo, pero sin duda podríamos hacernos muchas preguntas con lo que nos permite una mayor profundidad del estudio del psicoanálisis, de cómo se conforma el síntoma y de su estructura, de cómo podemos elaborar un posible abordaje terapéutico, de cómo la transferencia actúa en el análisis, de cómo el concepto de fantasma se desarrolla a través de una serie de observaciones que van mas allá de simples análisis, sino que se construye una nueva lógica del fantasma.
De cómo Lacan analiza el concepto de goce y de síntoma, y de cómo el concepto del fantasma lo profundiza para que en la escucha clínica nos permita adquirir mayor sentido del lenguaje. Al hablar de Lacan tenemos que entender que él plantea que el inconsciente humano es inteligente que es dinámico y tiene una lógica más perfecta que la conciencia. Lacan plantea que el criterio del Yo, o sea, aquello que nos comunica con el mundo exterior, aquello que nos da el gesto, la palabra, aquello que nos vincula el uno con el otro, era un intruso, era una astilla metida en el psiquismo humano que no servía para mucho, que había sido adquirido y que no era lo auténtico del hombre.
Lo auténtico para Lacan era su concepto de «sujeto del inconsciente», es decir, una instancia mucho más profunda que el Yo y que estaba muda, que no podía hablar por que el Yo se había intromisado en el centro del ser y no permitía que esas voces profundas se expresaran. El a su vez se opuso permanentemente a plantear un psicoanálisis creyendo en que lo que uno le dice al otro es lo auténtico y lo verdadero. El siempre pensaba que había algo más allá de las palabras. En este sentido fue criticado por los círculos analíticos de ese entonces, pero como este trabajo se trata de desarrollar algunos aspectos de su gran aporte a la psicología podemos decir que logra dar sentido al lenguaje en el psicoanálisis.
El sujeto para el psicoanálisis está determinado por un discurso en el que debe situarse antes de ser amo del sentido de las palabras que emplearía a su conveniencia, es decir no es que pueda a través del lenguaje plantear la cuestión de su ser, pero ningún termino viene a asegurarle una respuesta sin equívocos.
Lo que aparece claramente en una cura es que el lenguaje, tiene efecto de sentido; cosa que ocurre con la metáfora. Y en este sentido los términos del psicoanálisis no son solo conceptos tienen un valor de significante, es decir, juegan sobre diversos registros, toman valores diferentes en la función de su historia, de su contexto, de los campos semánticos en los que se originan, y en función también de las analogías y derivaciones relacionadas con lo que constituye su vertiente fonética, Lacan se empeño en hacer entender en sus escritos o en sus seminarios que la elaboración teórica misma podía tomar caminos señalizados por el significante con las diversas lecturas que de este se puede hacer.
Desde esto podemos decir que Lacan siempre se pre-ocupo por el fin del análisis e hizo de este numerosas presentaciones, como introducción del sujeto al lenguaje de su deseo, llega a establecer que si el psicoanálisis deshace las identificaciones, las idealizaciones a las que el sujeto se aferraba al fin este encuentra su ser bajo la forma del objeto a Este objeto que venía a hacer de tapón al vacío de su deseo era en definitiva él mismo al término del proceso, el sujeto puede verificar (hacer real, concreto y darse cuenta) que él se había hecho objeto, desecho, del Otro. Ello al menos en su fantasma, pero para el hombre, es el fantasma el que organiza la realidad , y el psicoanálisis podría ayudarlo en definitiva a desprenderse de esta posición. Por lo tanto el fin del analista sería un atravesamiento del fantasma.
El develar a Lacan en su discurso sobre las diferentes instancias de proceso en el sujeto nos permite adentrarnos en su apreciación del síntoma, ya que el síntoma es un producto de elaboración psíquica, un derivado de la estructura cuya identidad no ofrece ninguna garantía concreta para el diagnóstico. Ya que para el psicoanálisis no es el signo de una enfermedad, sino la expresión de un conflicto inconsciente, como diría Lacan va en el sentido de un deseo de reconocimiento, pero este deseo permanece excluido, reprimido. Interesándose en lo real en tanto está comprometido en una relación singular con lo simbólico y lo imaginario. Por lo tanto Lacan destaca que el síntoma no es el signo de un disfuncionamiento orgánico, como lo interpreta comúnmente el médico que es su supuesto saber.
Si bien el síntoma en su estar allí es por naturaleza puramente contingente, existe siempre una cierta necesidad en la elaboración inconsciente que trabaja para producirlo, el síntoma es sobre todo una forma de cumplimiento del deseo, es el síntoma es efecto de lo simbólico en lo real, ya que el síntoma es lo que la gente tiene de más real.
Debemos entonces entender que el síntoma es siempre el producto de una elaboración psíquica sobredeterminada como lo planteo Freud inicialmente en los estudios de la histeria , si bien el síntoma se estructura por capas significantes sucesivas, en esta estratificación la selección de significantes no obedece a ningún principio de elección fijo.. Es decir los componentes significantes constitutivos del síntoma resultan directamente tributarios de las fantasías del inconsciente que operan su selección bajo la acción de los procesos metafóricos y metonímicos.
El goce en el campo psicoanalítico se relaciona con la satisfacción que un sujeto deseante y hablante puede esperar y experimentar del usufructo de un objeto deseado.
Como lo plantea Lacan que el sujeto deseante hable, es decir un serhablante lo cual implica que la relación con el objeto no es inmediata y esta no inmediatez no es reductible al acceso posible o imposible al objeto deseado, así como la distinción entre goce y placer.
Para lacan el concepto de goce está constituido por nuestra relación con las palabras. Se diferencia así del uso común del termino que confunde el goce con las suertes diversas del placer, por lo tanto de esto se desprende que el goce concierne al deseo más precisamente al deseo inconsciente, lo que muestra que esta noción desbordada ampliamente toda consideración sobre los afectos, emociones y sentimientos para plantear la cuestión de una relación con el objeto que pasa por los significantes inconscientes.
El goce se opone entonces al placer, que disminuiría las tensiones del aparato psíquico al nivel mínimo. Pero cabe preguntarse si la idea de un placer puro de este tipo conviene para hablar de lo
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