Prejuicio

Los prejuicios constituyen una de las actitudes con más agravante y a las ves más comunes en cualquier sociedad. Los mismos consisten en la precoz evaluación positiva o negativa de determinado grupo social y de sus miembros.

La mayoría de las personas tiene prejuicios debido a la existencia de los factores cognitivos y sociales los cuales contribuyen a la creación sustentación de estos. Aunque; algunas ciencias sociales proponen que “el prejuicio” tiene sus raíces en los conflictos internos de quienes tienen personalidades autoritarias. Es decir, personas que no pueden aceptar su propia hostilidad, y ven sus defectos en los otros; ven todo como “un problema que los otros tienen”. A nuestro parecer estas últimas tesis sobre el prejuicio, pueden o no, estar muy bien fundamentadas, pero creemos importante señalar el factor tolerancia. Así como los deportistas tienen mayor fuerza de voluntad y uno de cada cien logra llegar primero a la meta, los individuos pueden tener en sí mismos defectos y frustraciones que, gracias a la tolerancia, no arremeten contra otros.

Los factores pueden ser de tantas índoles como filosofías, credos, partidos políticos, costumbres y formas antropológicas existan en el mundo. Un mundo dividido en grupos sociales constituye un marco ideal dentro del cual es más favorable que surja el prejuicio. Cualquier grupo con una característica socialmente significativa puede ser objeto de prejuicio. Trayendo esto consigo la evidente incomunicación entre las personas. Según la cultura, los gitanos andaluces, por ejemplo, han sufrido por siglos el desprecio arraigado a los prejuicios de la sociedad española. Los musulmanes del mundo medio-oriental han sido “la otra mano” (la negra) para la religión cristiana occidental. Por cuenta de razas (aunque las nuevas teorías antropológicas optan por denominar a los diferentes grupos como etnias, eliminando así el término y la propuesta de raza) se han incinerado centenares de afro-americanos en toda la rivera del Mississippi. Por la religión se han llevado a cabo exterminios en toda la historia de la humanidad. En fin que otras tendencias actuales como: el sexo, la edad, la inclinación sexual, el estatus social y el entorno cultural son importantes detonantes en algunas sociedades.

Muy cierto es que esta nueva etapa histórico-social que vivimos (me refiero a la postmodernidad) viene caracterizada por un proceso de desprejuicio, así como de abolición de los estereotipos; al menos los más clásicos en cuanto a sociedades, la mayoría impuestos por los conceptos cristianos de la iglesia católica occidental.

Y así bajo novedosos preceptos de eliminar la regla y con la ayuda de movimientos, teorías y fórmulas comerciales, como la moda, se han aceptado toda una serie de prácticas sociales que van desde el sencillo y antropológico tatuaje hasta la ambiciosa revolución sexual.

Ya el movimiento

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