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Primer Habito


Enviado por   •  23 de Agosto de 2012  •  1.470 Palabras (6 Páginas)  •  474 Visitas

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P r i m e r H á b i t o

PROACTIVO

Principios de la visión personal

El primer hábito ser proactivo se refiere que como seres humanos somos responsables de nuestras propias vidas, tomar nuestras propias decisiones con responsabilidad, es decir desarrollar la habilidad de tener respuesta ante cualquier estimulo.

Por naturaleza somos proactivos, es decir que tenemos el poder de controlarnos a nosotros mismos. Tenemos la libertad interior de elegir (autoconciencia, imaginación, conciencia moral, voluntad independiente) y llegar a una respuesta.

El espejo social

Si la única visión que tenemos de nosotros mismos proviene del espejo social de las opiniones, percepciones y paradigmas de las personas que nos rodean, la concepción que tengamos de nosotros será por ejemplo como la imagen reflejada en los espejos deformantes. Vemos algunos ejemplos:

"Siempre te retrasas."

" ¿Por qué no puedes mantener las cosas en orden?"

"¡Tienes que ser un artista!"

"¡Comes como un cerdo!"

"¡Me parece increíble que hayas ganado!"

"Esto es tan simple... ¿Por qué no lo comprendes?"

Estas imágenes están y carecen de proporción. A menudo son más proyecciones que reflejos: proyectan las preocupaciones y las debilidades de carácter de las personas en las que se originan, y no nos proporcionan un reflejo correcto de lo que somos.

Hay en realidad tres mapas sociales, tres teorías deterministas ampliamente aceptadas, que independientemente o en combinación, pretenden explicar la naturaleza del hombre. El determinismo genético, el determinismo psíquico y el determinismo ambiental. Todos estos mapas se basan en la teoría de estímulo/respuesta que solemos asociar con los experimentos de Pavlov. La idea básica es que estamos condicionados para responder de un modo particular a un estímulo concreto.

Entre estímulo y respuesta. Modelo Reactivo

En las más degradantes circunstancias imaginables, Frankl usó el privilegio humano de la autoconciencia para descubrir un principio fundamental de la naturaleza del hombre: entre el estímulo y la respuesta, el ser humano tiene la libertad interior de elegir. Si vivimos como animales, sobre la base de nuestros instintos, condicionamientos y condiciones, siguiendo los dictados de nuestra memoria colectiva, también nosotros seremos limitados.

Tomar la iniciativa

Nuestra naturaleza básica consiste en actuar, no en que se actúe sobre nosotros. Tomar la iniciativa significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.

Muchas personas esperan que suceda algo o que alguien se haga cargo de ellas. Las personas que llegan a ocupar los buenos puestos son las proactivas, aquellas toman la iniciativa de hacer siempre lo que resulte necesario.

Desde luego, debe tenerse en cuenta el nivel de madurez del individuo. No podemos esperar una gran cooperación creativa de quienes se hallan en una profunda dependencia emocional.

Actúe o deje que los demás actúen por usted. Estar alerta

Hace falta iniciativa para desarrollar los siete hábitos. Al estudiar los otros seis hábitos, el lector verá que cada uno de ellos depende de la iniciativa. Si espera que los demás actúen sobre usted, actuarán sobre usted. Y las consecuencias en cuanto al desarrollo y las oportunidades que tenga dependen de que se siga una u otra ruta, ruta que usted no marca.

Las organizaciones de todo tipo (incluso las familias) pueden ser proactivos. Pueden combinar la creatividad y los recursos de los individuos proactivos para crear una cultura proactiva dentro de la organización. La organización no tiene por qué estar a merced del ambiente; puede tomar la iniciativa para llevar a la práctica los valores compartidos, y alcanzar los propósitos compartidos de todos los individuos implicados.

Escuchando nuestro lenguaje. Así es tu lenguaje, así es tu actitud

Dado que nuestras actitudes y conductas fluyen de nuestros paradigmas, si las examinamos utilizando la autoconciencia, a menudo descubrimos en ellas la naturaleza de nuestros mapas interior. Nuestro lenguaje, por ejemplo, es un indicador muy fiel del grado en que nos vemos como personas proactivas. Las personas reactivas utilizan un lenguaje que las absuelve de responsabilidad.

El problema del lenguaje reactivo es que la gente se siente cada vez más impotente y privada de su autocontrol, alejada de su vida y de su destino. Culpa a fuerzas externas, a otras personas, a las circunstancias, incluso a los astros, de su propia situación.

Si nuestros sentimientos controlan nuestras acciones, ello se debe a que hemos renunciado a nuestra responsabilidad y que permitimos que los sentimientos nos gobiernen.

Las personas proactivas subordinan los sentimientos a los valores. El amor, el sentimiento, puede recuperarse.

Círculo de preocupación y círculo de influencia

Control directo, indirecto e inexistente

Los problemas a los que nos enfrentamos caen en una de tres áreas que se

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