Procrastinación

“LA PROCRASTINACIÓN”

Para comenzar a hablar un poco sobre este tema, un poco desconocido para algunos, pero que afecta a un gran número de personas en la sociedad, primero hablaré de donde se origina esta compleja palabra que está relacionada con nuestro diario vivir.

El termino proviene del latín (Pro: Adelante y Crastinus: Referente al futuro) y aunque es un concepto relativamente nuevo que la RAE define como diferir o aplazar, su práctica se remonta al origen de los tiempos. 

En la Bhagavad Gita, uno de los textos más importantes del hinduismo, escrito hace más de 2500 años, se advertía de este mal hábito. En su decimoctavo discurso se dice “En verdad, renunciar a las acciones prescritas no es adecuado; tal abandono propio de la ignorancia, es considerado como tamásico.” Este último término (tamásico), se refiere a algo mortecino, ignorante u oscuro. Y poco después prosigue diciendo, “Quien por miedo al sufrimiento corporal abandona la acción por dolorosa, efectúa un abandono del cual no obtiene ningún fruto.”

Estas son claves de sabiduría antigua que nos ayudan a comprender que no podemos vivir aplazando tareas, propósitos o metas. No dejes las cosas para mañana, vive en el presente fluyendo, al tiempo que acometes las acciones que te propones.

En este sentido, el hábito de “PROCRASTINAR” no es más que aplazar o entorpecer actos que debemos hacer posponiéndolo de forma irracional cuando pensamos que podemos dejarlo para más tarde, y resulta que, cuando nos damos cuenta no termina alcanzándonos el tiempo para hacerlos de manera correcta, ya que al dejar todo para última hora no nos va a quedar conforme a lo que debió haberse hecho si le hubiésemos dedicado el tiempo suficiente para hacer un excelente trabajo, esto realmente lo venimos haciendo desde niños, como estudiantes y más tarde como adultos, principalmente por la era digital en la que vivimos que nos ofrece tantas distracciones, para después llenarnos de culpas, baja auto-estima y depresiones, lo que nos hace sentir mal y afectará de manera significativa nuestra vida, pero esto tiene solución y les explicaré algunos consejos para superar este mal hábito.

Lo primero y principal es “ORGANIZARNOS”, debemos saber priorizar nuestras actividades por importancia, teniendo en cuenta el tiempo, la productividad y nuestro biorritmo, ya que a algunos nos resulta mejor trabajar por las mañanas y a otros en horas de la noche. Tener en cuenta las metas a corto, mediano o largo plazo para poder alcanzar las metas propuestas.

Segundo, “METAS ASEQUIBLES” debemos colocarnos metas que sean fáciles de cumplir, porque de lo contrario estaríamos condenándonos al fracaso.

Tercero, saber “DELEGAR”, es decir que si tenemos tareas que fácilmente puedan ser cumplidas con la ayuda de terceras personas, no podemos creernos tan imprescindibles o superiores pensando que solo nosotros somos capaces, debemos hacer uso de esta herramienta que nos facilita enormemente la vida.

En conclusión, todo esto quiere decir que por aplazar o posponer una actividad o tarea importante que debemos hacer, ya sea por miedo, pereza, fuerza de voluntad o rabia en algunos casos, la vamos aplazando por otras que nos generan mayor placer o satisfacción y no nos damos cuenta que con ello nos estamos haciendo daño a nosotros mismos, así que, en adelante, vamos a tener presente que debemos alejar de nuestra vida la “PROCRASTINACIÓN” para que no afecte irracionalmente lo que nos conviene y hace bien para nuestro futuro, como es nuestra estabilidad emocional y beneficio propio y el día de mañana no seamos unos mediocres con metas inconclusas.

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