Psicologia Bien Vivir
Enviado por conchismr • 11 de Septiembre de 2013 • 331 Palabras (2 Páginas) • 252 Visitas
Si éste es tu estado civil, ¡aprovéchalo! Estaba en la fila del super con mi mamá. Agarré una revista porque me llamó la atención lo que decía en la portada: “Las soltereñas llegan para quedarse” (o algo así). No les hago el cuento largo, terminé comprándola.
Tengo un grupo de amigas increíble (todas norteñas) y muchas (ya no todas porque se nos casaron tres y dos ya tienen novio) tenemos algo en común: estamos en los ‘tas’, somos independientes, profesionistas, emprendedoras, exitosas y muy lindas (modestia aparte) por dentro y por fuera. ¿Otra característica que compartimos? Estamos solteras. Y podría ser motivo de drama, créanme, porque somos de provincia (norteñas) y allá, en nuestras ciudades de origen, si no te casas antes de los 30, pues ni modo, como dice Shakira, “vestirás santos aunque así no lo quieras”.
Pero si les soy sincera, nada más alejado de la realidad. Claro que se nos antoja de repente tener a ese alguien especial, con quien compartirlo todo, pero tampoco es como que estamos en un valle de lágrimas esperando ser rescatadas por el príncipe azul (a quien hay que ahorcar primero para que se ponga de ese color #jaja). A como yo lo veo, estamos en una etapa súper padre que hay que aprovechar al máximo. Aquí, mis 15 razones para no desesperarnos en la búsqueda de nuestro Romeo.
1) PODEMOS CONSENTIRNOS.
Léase ir de shopping y comprarnos ‘la’ bolsa. Una de las razones por las que no me casé hace unos años fue porque me daba coraje que justo cuando me empezaba a ir bien económicamente, tenía que sacrificar mis lujos porque venía la boda, la luna de miel, la casa, el perro… ¡los hijos! ¿Y la bolsa carísima que siempre quise? ¿Y los zapatos de diseñador con los que siempre soñé? Y no es por el objeto material en sí, sino por lo que significa: que somos exitosas y ganamos lo suficiente como para darnos uno que otro lujo que claro que valemos ¡y disfrutamos!
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