Psicologia
Enviado por tina1890 • 17 de Septiembre de 2013 • 1.367 Palabras (6 Páginas) • 243 Visitas
Para usted qué significa "persona". Desarrolle el concepto y discútalo con sus compañeros de grupo colaborativo.
Es un Ser social, racional y consciente, el cual posee una identidad propia y se encuentra dotado de inteligencia y voluntad humana.
Persona es el “personaje”, y por eso “los personajes” de la
obra teatral son dramatis personae. A veces se hace derivar persona
del verbo persono (infinitivo, personare), “sonar a través de algo”
- de un orificio o concavidad -, “hacer resonar la voz”, como la
hacía resonar el actor a través de la máscara. El actor
“enmascarado” es, así, alguien “personado”, personatus”.
El término latino persona deriva de la voz griega prosopon (prósôpon), máscara, máscara que cubría el rostro de un actor al desempeñar su papel en el teatro. Persona significó también “sonar a través de algo”, “hacer resonar la voz”, como la hacía resonar el actor a través de la máscara, y también significó “desempeñar un papel”.
El vocablo persono también fue usado en el sentido jurídico como “sujeto legal”, sentido que se empleó en el derecho judío para el “patriarca” (propietario de bienes y esclavos) y en el derecho romano para los ciudadanos romanos plenos o ciudadanos romanos aliados. Ha sido muy discutido si los antiguos griegos tuvieron o no una idea de la persona en cuanto “personalidad humana”: si bien los griegos no elaboraron una noción de persona tan precisa como los autores cristianos, podemos afirmar que concibieron el ser del hombre como “parte del cosmos” o “miembro del Estado-ciudad”. Las escuelas helenísticas, como los epicúreos o los estoicos, buscaron también para el hombre una subjetividad propia pergeñada de una conducta intelectual y de una moral determinadas. La noción de persona dentro del pensamiento cristiano fue elaborada, por lo menos en su origen, en términos teológicos, a menudo por analogía con términos o conceptos antropológicos. En la noción participaron los teólogos que precisaron los dogmas establecidos en el Concilio de Nicea, en el que una de las cuestiones principales debatidas fue la cuestión de la relación entre “naturaleza” y “persona” en Cristo. Uno de los primeros autores que desarrolló la noción de persona en el pensamiento cristiano fue San Agustín, que, refiriéndose a las personas divinas, afirmó que no podían ser consideradas como simples substancias (impersonales) en el sentido “clásico” del término “substancia”. Boecio definió persona como “una substancia individual de naturaleza racional”. San Anselmo aceptó la definición de Boecio y subrayó el contraste entre “persona” y “substancia”: “persona refiere a una naturaleza racional individual, mientras que substancia se refiere a los individuos, la mayor parte de los cuales subsisten en la pluralidad”. Santo Tomás sostuvo que los individuos de naturaleza racional poseen, como primeras substancias, un nombre que los distingue de todas: el nombre “persona”. A diferencia de ‘hipóstasis’ (del griego hipokeimenon), la subsistencia, que designaba también a la persona -pero que acabó por referirse a la substancia como soporte de los accidentes-, ‘persona’ designaría el soporte individual racional. Los filósofos modernos tampoco eliminaron los elementos metafísicos implícitos en la noción de persona. Leibniz afirmó que “la palabra ‘persona’ denotaba la idea de un ser pensante e inteligente, capaz de razón y de reflexión, y que podía seguir considerándose a sí mismo como él mismo, aunque pensara en distintos tiempos y en lugares diferentes”. Los pensadores modernos emplearon, además, en su tratamiento de la noción de persona, elementos psicológicos y éticos. Actualmente existe una distinción, subrayada por muchos pensadores contemporáneos, entre la noción de individuo y la de persona. Las razones de esta distinción son varias. El término ‘individuo’ se aplicaría a una entidad cuya unidad, aunque compleja, es definible negativamente: algo, o alguien, es individuo cuando no es otro individuo. El término ‘persona’ se aplicaría a una entidad cuya unidad es definible positivamente y con elementos procedentes de sí misma. El individuo está determinado en su ser, mientras que la persona es libre. La contraposición entre lo determinado y lo libre como
...