Psicologia
Enviado por benitoaycaquispe • 9 de Julio de 2015 • 3.868 Palabras (16 Páginas) • 143 Visitas
1. Conclusiones
El psicoanálisis da cuenta de que todo en la naturaleza del hombre está pervertido por la palabra. Hablar, por tanto, de sexualidad humana es hacer referencia a las condiciones en las que se desenvuelve el sujeto en el lenguaje. Si el atributo natural del hombre es el lenguaje, es posible alcanzar una comprensión de la sexualidad más allá de la genitalidad. Una genitalidad que, por ser humana, también se halla incluida y modificada en una red de significantes, como plantea la escuela francesa.
En efecto, ni lo genital ni lo infantil son aquí lo que parecen. Lo infantil en cualquier caso no será aquello que ocurre en la infancia del hombre y que se ciñe a su memoria como una huella que le habla desde el pasado. Lo infantil será lo que de primario sigue habiendo en la sexualidad de todos los sujetos.
La vida sexual no se adquiere de repente en la pubertad, sino que implica un proceso de desarrollo que no es lineal, es un desarrollo libidinal que se va retomando varias veces, y que se encuentra en relación con la historia del sujeto
Se nace con una genitalidad ya constituida en cuanto a un cuerpo biológico, pero no siempre es semejante a si misma.
En base a ello Freud en “Tres ensayos sobre teoría sexual”, revela el entramado oculto de este bosque sombrío que constituye lo sexual.
Sostiene que en los primeros años de la infancia los niños exteriorizan sus afectos de forma natural; en la adultez no recordamos la carga de energía que poníamos en aquellas exteriorizaciones, pero de todos modos las huellas de aquellas vivencias están presentes en nuestro psiquismo. Esto significa que las impresiones infantiles no desaparecen y determinan todo el desarrollo de la sexualidad, Freud propone la existencia de una amnesia que convierte a la infancia de cada individuo en un tiempo anterior que queda oculto para la conciencia de la persona, tiempo en el que se encuentran los comienzos de la vida sexual, es por esa amnesia que no se le otorga valor al periodo infantil en cuanto a lo que allí ocurre con la sexualidad
Para Freud las manifestaciones de la sexualidad del niño no son externas ni patológicas, como muchos pediatras la consideraron en aquel momento, estas expresan que la sexualidad esta presente desde el nacimiento en adelante. Descubrir estas manifestaciones sexuales en el niño lo llevo a pensar el hecho de que la sexualidad adulta guarda relación con aquellas primeras formas
Freud se dio cuenta de que los teóricos y hombres de ciencia de aquella época habían omitido la sexualidad infantil. Lo cual tiene relación con a la represión que hace cada ser humano en su vida sexual.
Se consideraba en esta época que la sexualidad era exclusivamente ganancia de placer a través de la unión de los genitales propios con los de otra persona del sexo opuesto , por lo tanto la sexualidad era algo predeterminado biológicamente en dos sentidos: en primer lugar surgía a partir de la pubertad faltando en la infancia y en relación a un objeto y un fin predeterminado o sea se consideraba que existía una especie de instinto humano que hacia que el hombre en determinado momento de su evolución se sintiera atraído por el sexo opuesto con el fin de la realización del coito con fines de procreación.
Implicaba una concepción biologicista del ser humano y por ello Freud en el primer capitulo de tres ensayos, trato las aberraciones sexuales como forma de producir un quiebre en aquel orden preestablecido, e intento demostrar lo contrario, no hay nada preestablecido en el ser humano con relación a los objetos y metas sexuales.
El objeto sexual en el hombre no es siempre la mujer y viceversa, hay todo un recorrido complejo en relación con los objetos sexuales que son contingentes con la historia del individuo.
Clasifica al niño de perverso polimorfo, porque en el hay un polimorfismo a la hora de obtener la satisfacción sexual, que no va a lograrse a trabes de los genitales primeramente, sino que hay una expansión, pues se obtiene a trabes de distintas zonas erógenas en forma independiente.
Estas zonas erógenas, son zonas externas de organismo que tienen relación con la epidermis y mucosas corporales, cuya estimulación produce una sensación placentera, existen zonas erógenas predeterminadas en función de que se constituyen a través de la cobertura de necesidades biológicas, como lo evidencia el chupeteo.
Aunque todo el cuerpo puede tener la capacidad de erogeneizarce, aun los órganos internos, o sea cualquier rector corporal puede ser dotado de excitabilidad, agrega Freud que para que se produzca una sensación placentera es mas importante la cualidad del estimulo que la complexión de la parte del cuerpo involucrada.
Por tanto, la sexualidad como búsqueda de satisfacción, habita en el énfasis independientemente de la intervención más o menos perversa de un adulto. Freud introduce entonces el término pulsión en su teoría aludiendo a la energía psíquica diferente del instinto y en 1915 dedica íntegramente "Pulsiones y destinos de pulsión", a desarrollar la definición y el modus operandi de la misma.
Define a la pulsión como un concepto fronterizo de lo somático respecto a lo anímico y como el “representante psíquico de poderes orgánicos “, la define también como la “agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática”.
En su primera elaboración teórica del concepto de pulsión, Freud describe la íntima relación existente entre la pulsión sexual cuya energía es la libido y ciertas funciones corporales básicas.
Esta energía sexual llamada libido esta presente desde el nacimiento cuando el bebe se autosatisface chapándose el dedo o mamando la teta de la madre, luego con el desarrollo obtiene el placer a través del ano defecando, luego a trabes de los genitales con la masturbación. Y así ira recorriendo las diferentes zonas erógenas, hasta unificarse a nivel de los genitales, dichas zonas erógenas, son proporcionadas por la función corporal, este le señala a la libido desde un principio un objeto, por ejemplo el pecho; finalmente, procura un placer que no es reductible a la mera satisfacción del hambre, sino que es una especie de suplemento de placer, pronto la necesidad de repetir la satisfacción sexual se separará de la necesidad nutritiva. Así, pues, la sexualidad sólo secundariamente se vuelve autónoma y, una vez abandonado el objeto exterior, funciona en forma autoerótica, este es el primer tipo de satisfacción que caracteriza al narcisismo primario cuando el yo no se ha constituido por eso en este entonces, los objetos investidos por las pulsiones son las propias partes del cuerpo.
En la segunda teoría Freud postula una clasificación entre pulsiones de autoconservación que
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