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Psicologia


Enviado por   •  9 de Mayo de 2013  •  546 Palabras (3 Páginas)  •  212 Visitas

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Actividad física y la vejez

La capacidad de adaptación a los cambios físicos, psicológicos y emocionales que se producen en la “tercera edad” requiere de mucha voluntad y de incorporar ciertas prácticas cotidianas que tal vez en etapas anteriores de la vida pasaban a un segundo plano.

Una de esas nuevas prácticas cotidianas consistiría en redimensionar la importancia de la actividad física para posibilitar una vida saludable desde todo punto de vista, pero sobretodo para ayudar al funcionamiento del organismo en cuestiones como los riesgos coronarios y la presión arterial.

Las personas de más edad deben mantenerse activas en su vida cotidiana. A través de una caminata diaria de al menos unos cuarenta minutos, los paseos en bicicleta, la natación, las actividades en el jardín, los trabajos domésticos (ir de compras, cocinar, limpiar, etc.) se puede mantener un nivel adecuado de actividad.

Aunque la capacidad física disminuye con la edad, el grado de la reducción en la actividad física también se relaciona, en muchos casos, con falta de apetencia o estímulos debido a condicionantes sociales.

Hay que incidir en la generación de estímulos como medio de disminuir la degradación física prematura. La actividad física además de comportar beneficios para el individuo también los comporta para la sociedad por la reducción de costos en sanidad y cuidados asistenciales.

Los beneficios que comporta el ejercicio físico para el anciano son:

mejora la sensación de bienestar general,

mejora la salud física y psicológica global,

ayuda a mantener un estilo de vida independiente,

reduce el riesgo de desarrollar enfermedades,

ayuda a controlar enfermedades como la obesidad, diabetes, colesterol, etc.

ayuda a disminuir las consecuencias de ciertas discapacidades y puede favorecer el tratamiento de algunas patologías que causan dolor.

Sin embargo, es importante saber que muchos de estos beneficios requieren una participación regular y continua y pueden volverse rápidamente reversibles si se retoma a la inactividad.

En términos generales, el ejercicio físico moderado no comporta riesgos a las personas de edad. El problema suele originarse en el entendimiento de lo que para cada cual supone la moderación. Es evidente que la sobreestimación de las propias capacidades, la competitividad o el intentar mantener un tono físico similar al de otras épocas pasadas puede comportar serios peligros que deben ser tenidos en cuenta.

Los riesgos del ejercicio físico en esta época de la vida se sitúan principalmente en dos ámbitos:

existe un riego cardiovascular latente,

hay que valorar la existencia de osteoporosis ya que esta enfermedad, que se caracteriza por una disminución de la masa ósea, hace que los huesos afectados sean más porosos y se

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