Psicopatología Moderna

MILLON, Theodore

Psicopatología Moderna.

Enfoque Biosocial de los Aprendizajes Erróneos y de los Disfuncionalismos

Salvat Editores S.A., Barcelona, España, 1976.

Capítulo 1. p. 4-15

TENDENCIAS HISTÓRICAS

INTRODUCCIÓN

Las teorías y hechos actuales conocidos sobre la conducta humana son el producto de una larga y continuada historia de la curiosidad y los logros del hombre. Aunque no se puede negar la dependencia con el pasado, el progreso también se debe a la insatisfacción con las “verdades” de ayer que estimulan nuestra búsqueda de mejores respuestas actuales. Es de esperar que una perspectiva histórica nos capacite para decidir que logros pueden ser aceptados por su valor y cuales requieren posteriores investigaciones.

Cuando miramos atrás sobre la larga evolución de la historia científica vemos módulos de progreso y de regresión, saltos brillantes, que alternan con búsquedas absurdas y ciegos tropiezos. A menudo se conseguían descubrimientos importantes al poner de relieve una observación accidental; otras veces el progreso requería despojarse de creencias profundamente arraigadas, pero erróneas.

A pesar de estas erráticas sendas hacia el conocimiento los científicos han retornado una y otra vez hacia ciertos temas centrales. ¿Cuáles son las causas de la conducta anormal? ¿Cómo podemos conceptuar mejor la estructura de la psicopatología? ¿Existen sólo unos cuantos procesos básicos subyacentes a toda conducta? ¿Qué métodos son los mejores para aliviar estos trastornos?

A medida que el estudio de la ciencia de la Psicopatología progresaba, se despegaba de las diferentes y, en ocasiones, aisladas tradiciones y terminologías para contestar a estas preguntas. Las distintas disciplinas que se han desarrollado hasta nuestros días con procedimientos formativos y educativos especializados dividen los grupos profesionales interesados en el estudio de la Psicopatología; por ejemplo, la psiquiatría de orientación médica con su tradición en biología y fisiología; la psiquiatría psicodinámica con su interés por los procesos intrapsíquicos inconscientes; la psicología clínicopersonológica con su interés en la estructura y medida de la personalidad y la psicología académico experimental con su enfoque científico de los procesos básicos de la conducta. Cada una de ellas ha estudiado aquellas cuestiones complejas con un enfoque y énfasis diferente. No obstante, los aspectos centrales son los mismos, Si seguimos la historia de cada una de estas tendencias divergentes veremos de qué manera los distintos modos de pensamiento actuales tienen sus raíces en acontecimientos casuales, ideologías culturales y descubrimientos accidentales, además de en la innovación brillante y creativa.

DEMONOLOGÍA ANTIGUA

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El hombre primitivo y las civilizaciones antiguas parecidas consideraron lo infrecuente y extraño de un marco de referencia mágico y mitológico. La conducta que no podía comprenderse pensaba que estaba controlada por espíritus animados. Aunque tanto los espíritus buenos como los malos eran conjurados, la conducta extraña y a veces terrorífica de los individuos mentalmente trastornados dio lugar a que prevaleciera la creencia de que los espíritus demoníacos debían habitar en ellos. La posesión de los malos espíritus se consideró como un castigo por no haber obedecido las enseñanzas de los dioses y los sacerdotes. El temor de que los demonios pudieran prolongarse para afligir a otros a menudo, dio lugar a torturas crueles y salvajes.

Al dar estas explicaciones de la enfermedad mental el curso del tratamiento estaba claro. Si no era suficiente con aplacar a los dioses, entonces había que exorcizar a los demonios o arrojarlos del cuerpo. En primer lugar se intentaba echar fuera a los espíritus malos mediante oraciones, sortilegios, ruidos agudos, olores fétidos y cocciones amargas. Si esto fracasaba se consideraba que el cuerpo del afligido no era bien recibido por los espíritus y se le apaleaba o se le dejaba morir de hambre. En algunas sociedades se llevaron a cabo operaciones, que hoy denominamos trepanación, mediante las cuales se extirpaba un segmento circular del cráneo a través del cual los demonios podían escapar. Estas “terapéuticas”primitivas de choque, muerte por inanición y cirugía han tenido sus paralelos en la historia reciente, aunque los antiguos las basaban en la concepción más ingenua de la demonología. Aquí el enfermo se encontraba cómodo, bien alimentado, aseado y recibía masajes así como sustancias “nepénticas” y permanecía rodeado por música armoniosa. A pesar de estos prometedores interludios, la idea de los demonios persistió y los enfermos incapaces de beneficiarse tan sólo con un tratamiento humano eran arrojados al mal para ser apaleados y encadenados.

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