Psicoterapia Breve
monchoexpress3 de Mayo de 2014
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Debate empírico
Se trata de comprobar la realidad de las afirmaciones o creencias que mantenemos contrastándolas con la probabilidad de ocurrencia en la realidad.
Del mismo modo, se cuestionan los beneficios o perjuicios que obtenemos de seguir manteniendo nuestras creencias irracionales.
Preguntas:
¿Qué prueban los datos?
¿Cuál es la probabilidad de ocurrencia?
¿Qué resultados se obtienen emocionales y conductuales, de seguir manteniendo esa creencia?
Solución de problemas
Puede describirse como una habilidad compuesta de diferentes componentes. El proceso de solución de problemas está determinado principalmente por dos procesos parcialmente independientes: la orientación al problema y el estilo de solución de problemas.
La orientación al problema es un proceso metacongnitivo determinado por el funcionamiento de esquemas cognitivo-emocionales (creencias, emociones, etc.) que reflejan en gran medida la percepción del individuo sobre los problemas que ocurren en su vida y sobre su propia capacidad para resolverlos.
Estilo de solución de problemas haciendo referencia a la forma específica de articular las diferentes fases del proceso de solución de problemas y a la forma en que estas se llevan a cabo.
Es un proceso consciente, racional que requiere esfuerzo y de naturaleza cognitivo-conductual por que un individuo, pareja o grupo trata de identificar soluciones efectivas a problemas específicos que aparecen en la vida cotidiana. El proceso permite encontrar una variedad de soluciones efectivas e incrementar la probabilidad de seleccionar la más eficaz.
Debate racional
Tal vez, una de las artes más difíciles de pulir para todo terapeuta que se decide a trabajar desde el modelo racional emotivo es la destreza para establecer un debate adecuado con su consultante.
Se debe entender que el debate es la técnica preferencial de trabajo de la Terapia Racional Emotiva, y que es indispensable realizarlo de una manera adecuada, para
obtener algún resultado beneficioso para el cliente. Ello implica inevitablemente la existencia de una serie de características por parte del terapeuta, una serie de deberes y objetivo s que él debe de realizar; y finalmente la escogencia de un estilo de debate según la necesidad específica del consultante en el momento indicado.
Esta forma de entrevista psicológica, tiene dos finalidades primordiales:
1) explorar los sistemas de creencias que posee la persona que acude al servicio profesional de terapia.
2) una vez conocidos estos sistemas, abocarse a la refutación de los contenidos irracionales que generen y sostengan una perturbación emocional en el individuo.
Respecto al primer punto, la exploración, se parte de la base teórica propuesta por Albert Ellis, en la cual todas las personas hemos adquirido en el transcurso de nuestra vida, creencias que damos por válidas de forma indefectible, que las hemos internalizado, se nos han vuelto idiosincráticas; y que éstas generan malestar emocional. A estas ideas se les conoce como irracionales, pues desembocan en el desequilibrio entre la conducta, la emoción y la razón; o sea, que se actúa de una forma que no hace sentir bien, por razones absurdas que desde la lógica no se pueden sostener.
Esta fase de identificación de irracionalidades debe de ser realizada con mucha calma por parte del evaluador, pues en ella esta una de las claves importantes del abordaje: la selección de las ideas que deben de ser refutadas.
Una vez que han sido detectadas las principales ideas irracionales, se puede dar paso a la segunda finalidad del debate: la refutación o disputa. Ella consiste en desnudar ante los ojos del consultante la carencia de lógica y funcionalidad de su sistema de pensamiento. Esta es una labor difícil. Debe de realizarse una confrontación sutil, que no sea directa, pues si se realiza de esa manera el cliente se retraerá y cerrará las posibilidades de comunicación. Debe de plantearse como un proceso de preguntas y respuestas guiado, orientado a que la persona por sí misma pueda descubrir la falta de validez de su pensamiento. Ello conlleva a un cuidado particular: lograr que el individuo entienda que es su creencia la que es disfuncional, no su persona; pues si la disputa no seguía correctamente, el cliente puede resultar seriamente ofendido, y no desear acudir nuevamente a la consulta.
Esta serie de cuidados llevan a suponer que el terapeuta debe de tener objetivos y metas claras para realizar el debate; y ser una persona paciente y asertiva en su forma de comunicación.
Debate Socrático.
Es un método de preguntas dirigidas de parte del terapeuta y que tienen por meta lograr que el consultante descubra los verdaderos orígenes de su comportamiento y sentimientos. La finalidad es facilitar el autodescubrimiento por parte del cliente.
El Debate Satírico o Chistoso.
Es una modalidad de aplicación no muy frecuente que consiste en ridiculizar el pensamiento irracional de la persona. Lo que hace que sea de aplicación restringida es la particular pericia que ella demanda, pues se debe de ser particularmente habilidoso en diferenciar lo que es la persona de su conducta, pues fácilmente se puede ofender al cliente en caso de no lograr discriminarlas.
El Debate Didáctico.
Esta forma de debate se plantea como más explicativa por parte del terapeuta, pues su finalidad es instruir al consultante en algún tema específico que se esté tratando en el momento. Se debe de ser particularmente claro en esta fase, pues la información debe evitar ser confusa, en caso de que se pretenda erradicar un pensamiento disfuncional.
El Debate Autorrevelador.
En él se plantea el uso de las experiencias de vida del terapeuta. Evidentemente no se ahonda en detalles de la vida personal, simplemente se hace ver al consultante que no es el único a quien le ocurren problemas similares.
El buen terapeuta debe tener la habilidad de moverse, según sea la necesidad de su consultante, de un modelo de disputa a otro, logrando evidenciar sistemas irracionales y provocar con el debate nuevas creencias que sean racionales.
Presentación didáctica psicoeducativa.
La psicoeducación hace referencia a la educación o información que se ofrece a las personas que sufren de un trastorno psicológico, aunque este tipo de intervenciones psicológicas también incluyen el apoyo emocional, la resolución de problemas y otras técnicas. A menudo, el entrenamiento psicoeducativo involucra a los pacientes con esquizofrenia, depresión, ansiedad, psicosis, desordenes alimenticios y trastornos de personalidad. Así mismo, incluye cursos de entrenamiento para el paciente dentro del contexto del tratamiento de su enfermedad física. También están incluidos los miembros de la familia. La meta es que el paciente entienda y sea capaz de manejar la enfermedad que presenta. De igual manera, se refuerzan las fortalezas, los recursos y las habilidades propias del paciente para hacerle frente a su enfermedad, para así evitar una recaída y contribuir con su propia salud y bienestar, con un fundamento a largo plazo. La teoría es, cuanto mejor conozca el paciente su propia enfermedad, mejor puede vivir con su condición.
Debido a que, con frecuencia, es difícil para los miembros de la familia y para el paciente aceptar el diagnóstico del mismo, la psicoeducación también tiene la función de contribuir a la no estigmatización de los trastornos psicológicos y a disminuir las barreras para el tratamiento. La psicoeducación, a través de una opinión mejorada de las causas y efectos de la enfermedad, a menudo ensancha el punto de vista del paciente acerca de su enfermedad y este mayor entendimiento puede afectar al paciente de manera positiva. De esta manera se disminuye el riesgo de recaída. Los pacientes y los miembros de la familia que están mejor informados sobre la enfermedad se sienten menos impotentes. Algunos elementos importantes en la psicoeducación son: *Transferencia de la información (sintomatología de los trastornos, causas, conceptos del tratamiento etc.)
• Descarga emocional (entender para animar, cambio de experiencias con otros, preocupaciones, contactos etc.)
• Apoyo con medicina o tratamiento psicoterapéutico, al mismo tiempo que se promueve la cooperación entre el profesional en salud mental y el paciente, (conformidad, adherencia).
• Apoyo para la autoayuda (ej. entrenamiento tan pronto como se reconozcan las situaciones de crisis y los pasos que se deben emprender luego, para ser capaz de ayudar al paciente)
• El concepto de la psicoeducación fue comentado por primera vez en la literatura medica, en un artículo de John E. Donley “Psychotherapy and re-education” en The Journal of Abnormal Psychology, publicado en 1911. No fue sino hasta 30 años después que el primer uso de la palabra psicoeducación apareció en el título de un libro de literatura médica “The psychoeducational clinic” por Brian E. Tomlinson. New York, NY, US: MacMillan Co. Este libro fue publicado en 1941. En francés, el primer ejemplo del término psychoéducation
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