¿Quien es la persona?

¿Quién es la persona?

Atreves de estos temas, vamos aprender a irnos conociendo más, desarrollar nuestras capacidades al máximo, aprender a tratar a las personas con un mayor respeto. También darnos cuenta de que hay cosas que están fuera de nuestro control y de las cuales no tenemos que acomplejarnos y seguir adelante. Otra cosa es como tenemos que dejar de preocuparnos el futuro y por las cosas que queremos conseguir y en lugar de eso empezar a vivir día a día.

Tema 1. Atrévete a esculpir tu propia estatua.

La gran obra de nuestra vida en nuestra propia persona. Pero así bien mi propia persona es la gran obra de mi vida, no es ella su fin. Realizar un sentido, unos valores, unas posibilidades. La vida de la persona es realización de un sentido que va descubriendo y que está más allá de sí. Toda persona se percibe a sí misma como siendo alguien. Somos “energía”: Actividad. En la medida en que vamos haciendo emerger toda la riqueza que hay en nosotros o vamos haciendo fructificar toda la riqueza que vamos adquiriendo a lo largo de la vida.

Lo que somos cada uno se manifiesta en una constelación de capacidades, físicas y psíquicas. Nuestras capacidades son lingüísticas y comunicativas, destrezas mentales, intelectuales y abstractivas, capacidades de relación, capacidades afectivas, capacidades de acción, capacidades artísticas, capacidades físicas y psicomotoras, capacidades fisiológicas, capacidades morales o de gestionar la propia vida. Ante todo, somos porque hemos sido amados. Recibimos un material en bruto. Cada uno tiene que esculpir su propia estatua: cada uno tiene que acrecentar sus conocimientos, adquirir dominio de sí. Resultado final depende de lo que uno hace con lo que recibió. Somos lo que queremos ser en función de lo que estamos llamados hacer y podemos ser. También somos finitud, limitación. Cada ocasión irrepetible.

Tema 2. Persona no es aquel que es cosa.

Cualquier persona es indefinible porque sólo se pueden definir las cosas y la persona es justo aquello que no es una cosa. Somos un “quien” no un qué. La persona: nunca puede ser utilizada, La persona tiene una dignidad y merece un respeto absoluto. Dos personas tienen la misma dignidad personal, aunque no la misma dignidad moral. Toda persona es dueña de su vida. La persona es una realidad que es suya no significa que lo sea en plenitud desde el primer momento: la va adquiriendo libremente, mediante el dominio de sí, por la integración progresiva de todas sus dimensiones. Tiene que construirse: siempre puede crecer, mejorar, dar-de-sí. Por lo tanto no es conceptuable, etiquetable, no es sometible a categorías cerradas y definitivas. Pero las personas somos un quien, y estamos en continua auto creación. Nunca esta determinada y le queda siempre la responsabilidad última sobre su futuro, la persona tiene que decidir quién quiere ser y la persona tiene que forjarse a sí  misma. Y ¿quién es éste que quiero ser?: el tú diferenciado personal e irrepetible que llevas dentro y que merece ser planificado y perfeccionado. Los otros son los que permiten, posibilitan e impulsan a la persona a ser quien está llamada a ser. La persona, como ser individual es una unidad inescindible. Cada persona es una verdad absoluta. El ser humano es aquel que es capaz de construir su propia realidad. Lo que nos acerca al absoluto no es la la inteligencia sino la experiencia de la propia existencia. La persona es un ser permanente en conflicto, en tensión.

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