RELACIÓN ENTRE EL APEGO Y MALTRATO DE GÉNERO

RELACIÓN ENTRE EL APEGO Y MALTRATO DE GÉNERO

INTRODUCCIÓN

El apego es el vínculo emocional que desarrolla el niño con sus cuidadores o figuras de referencia y que le proporciona la seguridad emocional indispensable para un buen desarrollo de la personalidad, así como una buena disposición para el crear y mantener relaciones sociales o afectivas, saludables. John Bowlby, psicólogo británico de principios del siglo XX, elabora la Teoría del Apego, definiéndo el concepto como “estado de seguridad, ansiedad o temor de un niño, determinado en gran medida por la accesibilidad y capacidad de respuesta de su principal figura de afecto” (persona con que se establece el vínculo). Esta teoría servirá de marco teórico para el desarrollo del presente trabajo.

El concepto de género fue acuñado por John Money, quien sostuvo que la identidad del yo tenía un referente de carácter simbólico, desarrollado en el entorno familiar y social basado sobre la anatomía sexual. El término género, entonces, hace referencia a aquellos componentes psicológicos y culturales que forman parte de las definiciones sociales que categorizan las conductas en femeninas y masculinas (Money y Ehrhardt, 1982). Por otro lado, el concepto de violencia o maltrato, puede ser definido también como "toda situación en la que se produce abuso físico o psíquico, de una persona sobre otra que, con frecuencia, se encuentra en una situación inferior con relación a la primera" (Mesterman,1988). En esta línea, se han llevado a cabo diversas investigaciones donde se pone de manifiesto que existe una relación entre el desarrollo del apego y el maltrato de género.

JUSTIFICACIÓN

La violencia de género ha cobrado cada vez más peso gracias a la difusión en los medios de comunicación y supone una gran preocupación social, ya que es una dramática situación que en muchos casos, ocasiona la desestructuración familiar y en la peor de las situaciones acaba con la vida de mujeres. Según las estadísticas de los últimos años hay una media aproximada que oscila por encima de cincuenta mujeres que mueren anualmente por violencia de género. Esta problemática ha servido de base para el desarrollo de medidas y políticas sociales destinadas a la prevención y control de este tipo de conductas

Un desarrollo adecuado o inadecuado del apego, puede influir de manera significativa en las relaciones de pareja y por tanto en los sistemas básicos de las relaciones familiares y sociales.

OBJETIVO

Con este trabajo se pretende crear un documento base que sirva como herramienta que pueda incorporarse a un programa comunitario destinado a la formación de aquellas parejas que se encuentran en una situación previa al nacimiento de un hijo, con el fin de que los padres puedan conocer la relevancia de los distintos tipos de apego, y las posibles consecuencias de un desarrollo inadecuado de la conducta de apego, de tal forma que pueda servir de apoyo para ofrecer al hijo, en cierta medida, las condiciones necesarias que favorezcan su sentimiento de seguridad y un desarrollo de personalidad y autoconcepto apropiados que contribuyan a facilitar la creacióny mantenimiento de futuras relaciones sociales y personales satisfactorias.

DESARROLLO DEL TRABAJO

Desde la teoría del apego, se analiza cómo la cualidad de las conexiones emocionales del niño con sus padres o cuidadores, afecta a su desarrollo adulto. Ainsworth describió tres estilos de apego para la infancia ; seguro, evitativo y ambivalente. Existe cierto apoyo empírico que afirma que estos estilos de apego se mantienen en la edad adulta y pueden ser medidos mediante los distintos instrumentos diseñados al efecto. Los niños que reciben un estilo de cuidado seguro, serán adultos que podrán tener relaciones adecuadas, empatizar con otros y modular sus emociones sin perder el control.

Por otro lado los niños que reciben o perciben un estilo de cuidado en el que la figura de apego, ignora, rechaza o castiga los intentos de aproximación, serán adultos que dentro de las relaciones sociales, mostraran conductas desadaptativas, inseguras y con altos índices de ansiedad. La dimensión ansiedad, con sus dos estilos de apego (preocupado y temeroso) se ha relacionado con la violencia contra la pareja.

Las emociones de ansiedad y rabia suelen experimentarse cuando se percibe que una relación está en peligro, estas respuestas pueden servir para hacer frente a la amenaza de experimentar la pérdida de una relación.

Según algunos autores, el por qué algunos sujetos en determinados casos expresan la violencia en ciertas situaciones y otros no, se podría explicar a través del apego. En concreto, en los conflictos de pareja la inaccesibilidad, el intento de ruptura y el distanciamiento emocional pueden ser situaciones en las que se precipita la agresión.

Los miembros de una pareja cuando comienzan una relación, cada uno ya posee una larga historia de apego. Las experiencias de relaciones pasadas y presentes influyen, por ello existe una relación entre la experiencia con los cuidadores primarios y la forma cómo se experimenta la relación de pareja según el tipo de apego.

Al adentrarse en la relación existente entre violencia y apego es necesario revisar los principales aspectos relacionados con la violencia en la infancia.

En este sentido, los niños que han sido víctimas de maltrato suelen responder a situaciones sociales con modelos de violencia aprendidos durante la primera infancia, perpetuándose con ello el ciclo de violencia como conducta efectiva.

Según algunos autores, el niño puede experimentar violencia de diferentes maneras, ya sea de forma directa como víctima o indirectamente como testigo de episodios de abuso dentro de su familia. Por ello han señalado que los infantes que sufren agresiones tenderán a desarrollar apegos inseguros con sus cuidadores y desplegar modelos de funcionamiento internos que incluyen la violencia o la imitación de la conducta de sus figuras de apego.

Tras la realización de algunas investigaciones hay autores que afirman que los niños maltratados muestran un estilo de apego desorganizado, con una conducta retraída y resistente en la interacción con sus padres o cuidadores y, en otros contextos un comportamiento oposicionistas y fuera de lugar. Por ello los efectos del maltrato temprano pueden ocasionar graves daños en el estilo de apego del niño repercutiendo en su conducta futura. También señalan que estos niños pueden expresar su sufrimiento de manera indirecta o incluso contradictoria, pudiendo comunicar su contradicción mediante conductas que no pueden verbalizar,

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