Reflexion Docente
Enviado por ANGELAro • 28 de Octubre de 2012 • 1.234 Palabras (5 Páginas) • 429 Visitas
Hasta hace unos años el docente se limitaba a leer textos,
resumir ideas fundamentales, preparar una clase
e impartirla de manera “magistral” ante los alumnos
que lo escuchaban en considerable silencio y atención.
Muchos de nosotros tuvimos esa experiencia de “aprendizaje”,
en la cual, la retentiva del alumno jugaba un
papel decisivo en el éxito o fracaso del proceso.
Existe, en todos los aspectos de nuestra vida, una marcada
tendencia a repetir los modelos sobre los que no
hemos reflexionado y que, en ocasiones, ni siquiera hemos
hecho conscientes, es decir que así como fuimos
educados, de ese mismo modo, tendemos a educar.
Suelen, de ese modo, arrastrarse ciertos errores en esa
repetición involuntaria de modelos. Tanto en el alumno,
que muchas veces llega con modelos de métodos
arcaicos de aprendizaje, como en el docente, que está
acostumbrado a enseñar con los métodos convencionales
y poco innovadores.
La realidad que nos rodea cambia vertiginosamente
ante nuestros ojos a cada segundo. No es igual la forma
de enfrentar los problemas, de pensar ni de aprender
actualmente; ante tantos estímulos sensoriales que en
ocasiones nos desbordan.
Vivimos en una aldea global, como lo pronosticó acertadamente
Marshall Mc Luhan en los años 60. El acceso
a la tecnología nos permite modos mucho más fáciles y
rápidos de acceder a todo tipo de información en cualquier
parte del mundo y en el momento deseado.
Todo esto era impensable antes de que la “revolución
tecnológica” hiciera su aparición en las sociedades. Dichos
cambios, obviamente han afectado el mundo de la
comunicación, de la educación, los negocios, del trabajo
y de la forma de vida de las personas y los grupos.
No se puede actualmente separar a un ser humano del
mundo virtual. La tecnología es ya algo cotidiano para
todos. Desde retirar el dinero en un cajero hasta entrar
en un estacionamiento.
Las instituciones educativas enfrentan, por ello, varios
retos. Por un lado, tener un sustento tecnológico que
permita tanto a los alumnos como a los docentes estar a
la vanguardia de lo que sucede en un mundo en el cual,
la tecnología cambia y pierde actualidad en períodos
cada vez más cortos de tiempo.
Este reto exige en las instituciones de todo tipo de innovación
y no se puede hablar de educación en el siglo
XXI sin abordar a fondo este tema.
Ese renovarse permanentemente exige usar la creatividad
para aportar ideas con valor y obtener soluciones
a problemas cambiantes. El mundo virtual hace crecer,
cambiar y moverse al mundo real. Lo nutre de contenidos,
lo enriquece, lo relaciona, según cómo lo utilicemos,
para bien o para mal.
Es innegable que la experiencia del aprendizaje puede
pasar por varios lugares, el texto, el aula, los trabajos de
grupo, las presentaciones y otros. Sin embargo, un lugar
inevitable es el espacio de lo virtual; antes de que el
alumno internalice conocimientos y los maneje en sus
propios contextos.
La familiaridad del estudiante con la tecnología (celulares,
i phones, i pods, computadoras y otros) hacen que
esta manera de acceso al conocimiento se torne amigable
y atractiva para aprender.
La tecnología debe servir para reforzar el aprendizaje
y un aprendizaje a largo plazo y sobre todo, para sacar
al alumno del modelo pasivo y hacer que él mismo se
sienta “sujeto” de su propio el aprendizaje.
La tecnología permite que crezca la alegría y el gozo de
aprender. Me basta con ver a mi hijo menor con la computadora
tocando todo, cantando las canciones del cd
room y sumando y restando a través de programas de
juegos.
También al enfrentar las Tecnologías para la información
se plantea un reto triple para los docentes, las
instituciones y los estudiantes. Todos deben hacerse
acreedores de las competencias necesarias para el
aprendizaje continuo, la seriedad para elegir fuentes y
la capacidad para trabajar sobre el pensamiento de otros
y no acomodarse al famoso “copiar y pegar” sin sentido
ni criterio.
Volviendo a la idea de cómo enseñamos, el profesor en
el aula debe ser aquello que le aporte la calidez, espontaneidad
y sobre todo, humanidad a la educación.
Pero se requiere la participación, capacitación y reflexión
activa permanentes del profesorado para promover
producciones, investigaciones y creaciones originales
y que nazcan del descubrimiento del verdadero
potencial personal de cada estudiante.
El docente se enfrenta con algo cambiante
...