Reporte de muerte cerebral

Reporte de muerte cerebral

Introducción

La muerte encefálica (ME), es una condición anatomoclínica cuya aparición surgió como resultado de la introducción de las nuevas técnicas de reanimación cardio-respiratoria. La base anatómica de esta condición es la necrosis masiva de todas las estructuras que integran el encéfalo: hemisferios cerebrales, tallo cerebral y cerebelo.

Por tanto podemos decir que la ME es la ausencia irreversible de las funciones bioquímicas y electrofisiológicas del Sistema Nervioso, incluyendo el tallo cerebral es decir conciencia, respiración, reflejos del tallo cerebral, reflejos de nervios craneales están ausentes; (pueden estar presentes los reflejos de origen espinal) sin embargo la muerte encefálica es igual a “muerte” a pesar de que se mantenga la función orgánica durante largo tiempo.

Desarrollo:

La medicina es la encargada de establecer el diagnóstico y los criterios conductuales con respecto al fallecimiento de una persona, anteriormente se manejaba que la muerte se daba con el cese de la actividad del corazón y de la respiración, sin embargo actualmente esta situación y cese puede ser reversible manteniéndose la vida por medio de equipamiento médico de alta tecnología, por lo cual estos clásicos criterios sobre la muerte perdieron vigencia y fuerza porque aun cuando una persona tenga vida artificial  su cerebro, el que tiene íntima relación con la condición de irreversibilidad del daño no puede ser reemplazado por aparatos, los neurólogos argumentan que la muerte cerebral se inicia en la corteza cerebral propagándose y afectando todo el cerebro y el cuerpo del individuo.

La muerte cerebral o encefálica se presenta mayormente en los individuos que tienen una destrucción en la masa encefálica por traumatismo de cráneo a causa de un accidente o trauma, y son diagnosticadas con muerte cerebral, pues han perdido la totalidad de los mecanismos de conciencia que les permitía estar alerta ante sensaciones, sentimientos y pensamientos, que mostraban reflejos como respuesta o reacción hacia estos.

Una persona en estas circunstancias ha perdido todos los sistemas cerebrales, incluidos los de mantenimiento, los vegetativos: no es que no se mueva o no hable, sino que no regula su frecuencia cardíaca, no contrae sus pupilas, no mueve sus ojos si le giramos la cabeza, y respira porque está conectado a una máquina, carece de reflejos homeostáticos, presentes en alguien anestesiado o en coma pero no en una muerte encefálica.

La muerte cerebral ocurre cuando el daño irreversible es tan significativo que el organismo es incapaz de recuperarse e incapaz de mantener la homeostasis interna, y provoca la destrucción celular, a pesar de la existencia de dispositivos mecánicos que puedan preservar otros órganos y funciones por un tiempo. Un cuerpo “cerebralmente muerto”, a pesar de los cuidados, desarrollará insuficiencia de la circulación general, pérdida de los posibles órganos de trasplante y, de todas maneras, en unos cuantos días el latido cardíaco cesará. (Saez, 2010)

Independientemente de posibles lesiones primarias como traumatismos o hemorragias intracerebrales masivas, las principales características para determinar ME son la falta  completa de circulación en la totalidad de los vasos de la cavidad intracraneal, la falta de necrosis celular ya que al no haber circulación sanguínea no hay ni el aporte de energía ni el componente celular intrasanguíneo que se precisan para una reacción necrótica, la cual se encuentra solo en la medula espinal hacia el tercer segmento cervical, en la hipófisis se encuentra la circulación cerebral con la de los vasos que provienen de fuera de la cavidad craneana y están protegidos por la duramadre, que recubre la hipófisis y finalmente, en el nervio óptico, cuando este sale a la órbita, porque allí también se encuentra con la circulación de vasos craneales, en todos estos puntos, donde el tejido dependiente de la circulación intracraneal extracraneana, se produce una reacción necrótica de rechazo del órgano muerto, es decir, el cerebro se ha convertido en un cuerpo extraño para el resto del organismo. (Cervos, 2011)

La irreversibilidad o ME o cese de las funciones encefálicas se reconoce cuando la valoración del paciente demuestra otras tres categorías de datos:

1. Existencia de una lesión encefálica capaz de producir daño irreversible.
2. Ausencia de causas en las que puede haber recuperación
3. Persistencia de cese de las funciones encefálicas durante un apropiado período de observación y tratamiento.

Así que de acuerdo a los lineamientos de diagnóstico clínico para confirmar ME, es obligatorio comprobar la existencia de los siguientes hechos: 

1. Evaluación Clínica:

Establecer la causa inmediata e irreversible del coma: basarla en historia clínico, exploración, estudios de neuroimagen y de laboratorio.

Excluir la presencia de fármacos depresores del SNC, examen toxicológico, calcular el aclaramiento de los fármacos (asumiendo función hepática y renal normal).

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