Resumen de entrevista motivacional
Enviado por Bandos Gabriel • 23 de Octubre de 2021 • Resumen • 1.632 Palabras (7 Páginas) • 227 Visitas
Resumen:
La entrevista motivacional es un método clínico definido como una forma de guiar, colaborativa y centrada en la persona, con el objetivo de evocar y fortalecer la motivación para el cambio.
El modelo se sustenta en cuatro principios básicos:
Inhibir el reflejo de redireccionar al paciente:
Tratar de evitar, en la medida de lo posible, decirle al paciente lo que debería hacer: debería dejar la bebida cuanto antes; es imprescindible que haga ejercicio físico para mejorar su cansancio; deberá tomar esta medicación para siempre. Esto se extiende a tratar de atenuar las etiquetas como paso previo para poder trabajar una determinada conducta. Ese tipo de intervenciones tienden a generar en etapas iniciales de la entrevista, y en pacientes poco motivados o ambivalentes, resistencias a aceptar tales argumentaciones. Aparece a menudo la denominada reactancia psicológica, como respuesta a mantener su situación actual y, por lo tanto, dificulta que avance hacia un hipotético cambio. Es frecuente observar respuestas en el paciente del tipo “Sí, pero...”, "Tampoco se crea que sea yo”.
Para tratar de evitar resistencias, en general, convendrá buscar el momento más oportuno para ofrecer información, a ser posible solicitando permiso al paciente o, en el mejor de los casos, a petición de éste: ¿Le parece bien que dediquemos unos minutos a hablar sobre su consumo de tabaco?; a ¿Necesitaría más información acerca cómo tratar el problema de los bronquios?; ¿Quiere que le dé mi opinión acerca de su problema?»; En casos similares al suyo existen varias maneras de tratarlo que podrían irle bien, ¿desea que las comentemos?.
Explorar y entender las motivaciones del paciente:
Los pacientes pueden tener razones o deseos para cambiar una determinada conducta, pero también para mantenerla. Trabajar esta discrepancia, creando la denominada disonancia cognitiva en el paciente, ayudará a comprenderlo y orientarlo mejor en la dirección del cambio. Para llevar a cabo este trabajo, será necesario que el paciente pueda evocar el denominado diálogo o discurso del cambio. El objetivo es que pueda expresar sus deseos: "Me gusta fumar, aunque desearía mejorar la tos; Sé que la bebida me afecta, ojalá pudiera...; Debería cambiar para resolver este problema pero no sé cómo; sus aptitudes: "La verdad es que no tengo fuerza de voluntad; Estuve seis meses sin probarlo; Creo que con ayuda podría intentarlo; Sus motivos: Mi salud es lo más importante, Sé que seré un buen ejemplo para mi hijo; y sus necesidades de cambio: De esta manera no puedo seguir; Está en juego mi trabajo si no sigo el tratamiento; Lo más importante es mi salud.
Escuchar con empatía:
La escucha empática significa además aceptar al paciente, independientemente de la conducta que desarrolle o de los resultados que obtenga. Si percibe un juicio ético detrás de nuestras propuestas, podemos generar emociones de vergüenza, huida o incluso de rabia. También si ve que su relación con nosotros está condicionada a que deba cambiar, es posible que desaparezca. Empatizar comporta por lo tanto una aceptación incondicional del otro, tratando de ver su mundo interior y sus significados como si fueran los nuestros, pero sin perder nunca esa cualidad de como sí. La empatía ha demostrado ser la respuesta con un mayor poder para facilitar cambios en el paciente, más allá de las habilidades comunicativas o del modelo de entrevista que aplique el profesional. Lo contrario a la empatía sería la imposición de nuestra perspectiva, quizá con la asunción de que el punto de vista del otro sea irrelevante o equivocado.
Apoyar el sentido de autoeficacia:
Consiste en tratar de enfatizar las habilidades demostradas en intentos previos, evocando las propias aptitudes y capacidades del paciente para llevar a cabo el cambio. Se debe mostrar asimismo apoyo y confianza en la consecución de un plan de actuación con base en sus posibilidades: Le felicito por lo conseguido hasta ahora; Le agradezco que haya venido; usted ha demostrado que es capaz de volver a intentarlo.
En la entrevista motivacional subyace un espíritu colaborativo, evocador y de respeto por la autonomía del paciente. De esta forma se trabaja con las ideas, las creencias y las expectativas del paciente, tratando de que él mismo exprese en voz alta sus propias motivaciones para el cambio, en lugar de sugerirlas por parte del profesional, y respetando en todo momento sus últimas decisiones, sin perder de vista, por Otra parte, que se trabaja con un objetivo determinado de cambio, pactado con el paciente.
Preguntas abiertas:
Permiten conocer aspectos importantes para el paciente sobre una conducta determinada que sería difícil abordar a través de preguntas cerradas. En el ejemplo de la adherencia al tratamiento, no es lo mismo decir: Dígame, ¿se toma la medicación como le dije?; ¿Cuánto fuma, un paquete al día?; que abordar el tema con preguntas del tipo: ¿Cómo va con la medicación?; ¿Tiene alguna dificultad para seguir el tratamiento?; ¿Qué ventajas ve en el hecho de continuar así?; ¿Qué inconvenientes?; ¿Qué importancia tiene para usted la bebida en su vida?; «¿Cómo le hace sentir le gustaría que pasase?; ¿Qué piensa usted hacer? Con las preguntas abiertas se obtiene más información y éstas permiten conocer en profundidad la conducta del paciente, así como
aspectos relacionados con las emociones que ésta le provoca. Las preguntas abiertas se convierten en sí mismas en un facilitador del diálogo para el cambio, pues son el vehículo que permite evocar en el paciente cuáles son sus deseos de cambio, las aptitudes para dicho cambio, los motivos para hacerlo o las necesidades que tiene para conseguirlo.
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