SEXUALIDAD Y SINDROME DE DOWN

La educación sexual es aún un tabú en nuestra sociedad, es algo difícilmente de realizar, principalmente por relacionarse a una fase muy delicada en la vida como lo es la adolescencia. Así mismo, es muy compleja, pues no se limita a percibir la maduración física para la relación sexual que llega con la pubertad, sino que también involucra factores psicoafectivos, la prevención de enfermedades transmisión sexual, embarazo precoz y del abuso sexual.

La orientación sexual en el adolescente con Síndrome de Down, va a depender del desarrollo intelectual del adolescente y de lo que la familia percibe en relación con su interés sexual; debe hacerse sin prisa y por partes, evitando una gran cantidad de información. Para todos los padres, sus hijos serán siempre sus niños y evitan inclusive imaginarse a sus hijos manteniendo relaciones sexuales, lo cual es una necesidad del cuerpo humano y es totalmente normal.

En conclusión, las personas con este síndrome, tienen, sienten y pueden practicar su sexualidad, pues es una necesidad fisiológica del ser humano; son personas con dignidad, que requieren apoyo y acompañamiento para realizarse como seres humanos y vivir de la manera más plena posible. Así como también, los padres deben estar psicoeducados para captar sus necesidades, escucharlos y atenderlos de acuerdo a lo que requieras. Es por ello, que el objetivo de esta educación, es que lleguen a ser adultos y se integren en la sociedad, como miembros de ella, así podrán vivir, disfrutar y cumplir con sus derechos y deberes. Uno de esos derechos es formar pareja y tener una vida sexual.

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