Situaciones de duelo
Enviado por alejandra8527 • 17 de Noviembre de 2012 • Práctica o problema • 3.605 Palabras (15 Páginas) • 492 Visitas
INTRODUCCIÓN
La importancia de la implementación de servicios de atención inmediata al duelo no solo deriva en parte de que la efectividad de éste servicio aumenta de modo directo en función de su proximidad tanto al tiempo como al lugar del incidente (Ley de Hansel), sino también del hecho de que el contexto en donde se mueve el personal más inmediatamente en contacto con familiares de fallecidos (personal de funerarias, salas de velación, cementerios y tanatorios) es un contexto de gran dolor y angustia, correspondiente con la primera fase del duelo, momento crítico en el que pueden establecerse las bases necesarias para evitar el establecimiento de patrones disfuncionales y asegurar un cuidado continuado.
En situaciones de duelo, muchas personas necesitan una intervención temprana y urgente que pueda ofrecerle los primeros auxilios psicológicos. Es por ello que el personal que labora en estas ententidades conozca a fondo la fase inicial del duelo para poder emplear distintas estrategias para ofrecer la mejor ayuda posible a los deudos y a otras personas afectadas.
Por otra parte, y debido a que sabemos que la negación de la muerte y el duelo, y la simplificación de los rituales funerarios, se asocia a una mayor dificultad en la recuperación por la pérdida de un ser querido, debemos entonces recuperar, potenciar y/o rehabilitar aquellos rituales que ofrezcan al deudo mayor apoyo e información que facilite su reconocimiento de la realidadad
La muerte es algo que en ciertos casos no se puede predecir y es por ello que se genera un estado de shock emocional, muy similar a como ellos respondieron en situaciones previas de estrés, la conducta depende mucho de lo que se siente-. Incredulidad, negación-aceptación, confusión, inquietud, trastornos de memoria, oleadas de angustia aguda, pensamientos obsesivos, agresividad, agitación, aislamiento exagerado, pérdida de habilidades motoras pequeñas, pérdida de la capacidad para abrir una puerta, llamar por teléfono, tartamudeo y diversos síntomas físicos (por ejemplo, boca seca, respiración suspirante, debilidad muscular, trastornos del sueño y del apetito, manos frías y sudorosas, náuseas, bostezos, palpitaciones y mareos) son conductas frecuentes en respuesta a un incidente crítico como la pérdida de un ser querido. Las personas pueden ser fácilmente asustadas y llegan a ser muy reactivos conductualmente (irritables) a las amenazas percibidas. Si el significado del incidente involucra una amenaza sensorial (un sentir), real o percibido, la conducta cambiará acorde a ésta. Aunque la pérdida pueda ser superada, el sentido de que no puede serlo puede llevar a la persona a volverse muy temerosa, por ejemplo, como para dejar su casa.
La perdida de un ser querido afecta de manera integral nuestra existencia como personas, obligándonos a redefinir nuestros proyectos de vida. El carácter imprevisto, violento y masivo de la emergencia desborda la capacidad de los individuos y grupos para responder de una manera efectiva, generando miedo, angustia y diversas reacciones.De ahí la importancia de implementar servicios de atención inmediata al duelo.
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MARCO TEORICO
DEFINICION DE DUELO
Se define el duelo humano como la reacción natural, normal y esperable, de adaptación a la pérdida de un ser querido , que sufren familiares y amigos antes, durante y después
de su fallecimiento. Es una experiencia de sufrimiento total, entendiendo
por tal el proceso físico, psicoemocional, sociofamiliar y espiritual por el
que pasa el doliente en todos esos momentos; e incluye el conjunto de expresiones
conductuales, emocionales, sociofamiliares y culturales del mismo
La reacción de duelo se caracteriza además por ser única, es una vivencia
completamente personal e intransferible; dinámica, cambiante momento a
momento; y con una cronología compleja, no se sabe muy bien cuándo empieza
ni cuándo acaba .
En el duelo se pueden presentar una gama muy amplia de manifestaciones
normales:
• Físicas: pérdida de apetito, alteraciones del sueño, pérdida de energía
y agotamiento y diversas quejas somáticas (algunas relacionadas con
la enfermedad que tuvo el fallecido).
• Conductuales: agitación, llanto, cansancio y aislamiento.
• Cognitivas: pensamientos obsesivos acerca del fallecido, baja autoestima,
autoreproches, sensación de indefensión, desesperanza, sensación
de irrealidad y problemas con la memoria y la concentración.
• Afectivas: tristeza, desesperación, ansiedad, culpa, enfado y hostilidad,
anhedonia y soledad.
A veces se asocia a problemas de salud, como depresión, ansiedad generalizada,
crisis de angustia, abuso de alcohol o psicofármacos; y el duelo prolongado,
a un aumento de la mortalidad por suicidio y eventos cardiovasculares,
y a una mayor demanda de apoyo sanitario.
La personalidad, la historia personal, las vivencias en relación con pérdidas
previas o el momento vital de la persona son factores determinantes en
la forma de manifestar el duelo y en su evolución posterior.
Se considera el duelo complicado una reacción de mala adaptación a la
pérdida, que puede manifestarse como un trastorno por duelo prolongado,
depresión, ansiedad o deterioro en la salud física (339).
ETAPAS DEL DUELO
INTERVENCION PRIMRIA
De cara a planificar y organizar la atención al duelo, el reto consiste en distinguir
entre duelo normal y complicado, y en identificar a las personas de
mayor riesgo Ello se justifica por el hecho de que la evidencia
actual no apoya la intervención profesional formal y estructurada en el duelo
normal, pero aquellas personas con duelo de riesgo podrían beneficiarse de
un seguimiento o de una intervención precoz, y las personas con duelo complicado
requerirán un apoyo especializada
• A la mayoría de los dolientes les basta con el apoyo de sus familiares
y amigos; aquí el papel de los profesionales es proporcionar información
acerca del duelo y sobre los recursos disponibles.
• Algunos dolientes necesitan una oportunidad más formal para reflexionar
sobre su pérdida; esta labor la pueden desarrollar voluntarios,
grupos de autoayuda, asesores espirituales, o profesionales, que estarán
muy atentos al riesgo y a la detección precoz de problemas asociados
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