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Sublimación Y Psicoanálisis


Enviado por   •  24 de Diciembre de 2014  •  2.945 Palabras (12 Páginas)  •  377 Visitas

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Universidad Nacional de Córdoba

Cep. Centro de estudios psicoanalíticos Sigmund Freud de Córdoba

Curso de Postgrado: “La vigencia de la metapsicología freudiana en la clínica actual”

Lic. Amanda Cueto

Sublimación y psicoanálisis

Autora: Analía Ferrari

Legajo número: 1998743015

26 de agosto de 2008

Introducción:

El presente trabajo tiene como propósito ampliar el concepto de sublimación desde el psicoanálisis, tomando como referencia autores como Amanda Cueto, Castoriadis, Freud, Lacan, Melanie Klein, entre otros…

Se utilizaron algunos textos que complementaban la bibliografía proporcionada en el postgrado.

La motivación para la elección del tema fueron: la falta de lectura acerca del mismo en relación a los demás temas del curso y la curiosidad.

Desarrollo:

El “Esquema de la complejidad psíquica”:

En la primera clase del curso de actualización, Amanda Cueto propuso pensar cómo se funda, estructura y organiza el psiquismo para poder entender como se va constituyendo la subjetividad.

El psiquismo es un sistema complejo. Cada ser humano procesa de diferentes maneras aquello que va viviendo y experimentando. Se trata de la relación entre el sujeto psíquico y la realidad.

La época actual es una época de nuevos paradigmas que deja atrás la relación causa-efecto para focalizarse en lo no predictible.

Es necesario tener en cuenta que el psicoanálisis trabaja con el sujeto, y éste es un sujeto histórico-social y, por lo tanto, cambiante. No es estático.

Siguiendo a Amanda Cueto (2008), el desafío es trabajar con el psicoanálisis a la luz del pensamiento complejo, entendiendo al psiquismo fundado desde el Otro. El Otro aporta las representaciones que se van inscribiendo en un continente que puede recibirlas. Así, estas representaciones se procesan de distintas maneras, simultáneamente y a veces en conflicto. Las representaciones constituyen la esencia de lo psíquico, y la psique produce distintos tipos de representaciones en función de su relación con el cuerpo, el semejante y el mundo.

Las pulsiones son las fuerzas que luego irán constituyendo el deseo. Y las representaciones son las formas en las que se hace presente en la subjetividad algún elemento ideativo.

¿Cómo comienza a formarse el psiquismo?

En un comienzo, el sujeto es un ser indefenso, según el “Esquema de la complejidad psíquica” (Cueto, 2004), es considerado como una vesícula o retículo. En ese momento, el sujeto requiere del auxilio externo para su funcionamiento. Este auxilio produce estímulos que se convierten en excitación, que implantan la pulsión y se produce así un salto cualitativo de lo biológico a lo psíquico.

Continuando con el desarrollo de Amanda Cueto, se designa al lugar de ingreso de la realidad como polo perceptivo.

La autora, citando a Freud explica que la realidad ingresa de diversa manera en el sujeto constituído: el otro se desdobla en dos tipos de realidad:

a- Una que registra la realidad de manera organizada, ya significada.

b- Otra que tiene que ver con lo enigmático, posible en parte de significar a posteriori.

Lo que el otro significativo da, una parte se descualifica e ingresa de acuerdo a los umbrales de cada sistema, descompuesto por un proceso de metabolización, que deconstruye y reconstruye, que inscribe representaciones, residuos de ese encuentro con el objeto.

“Representaciones inscriptas:

-Signos de percepción: no tramitadas por el lenguaje. Se activan sin que se pueda asociarlos, requieren ser constituidos en indicios, enigmas, una vez constituido el sujeto.

- Restos representacionales: nunca engarzados en la lengua. Constituyen lo más arcaico del psiquismo.

El término pulsión se define como el empuje, la fuerza que busca como única meta la descarga, el alivio.

Se organiza así un sistema bajo la legalidad del principio del placer. (1era tópica freudiana)

El sistema requiere y produce la represión originaria e instala al yo como sistema organizado y organizador del psiquismo.

En un mismo tiempo lógico se instala el Yo, la represión originaria, el narcisismo y la identificación primaria constitutiva del ser.

Es sobre esta complejidad que podemos pensar a la sublimación.

La sublimación es un destino pulsional. Freud la propone como cambio de objeto y como cambio de la meta de pulsión.” (Cueto, 2008)

Según Castoriadis, es la capacidad de producir lo que no está. Es el destino pulsional que transforma el placer de órgano en placer de representación e inviste objetos establecidos histórico-socialmente.

“Toda la vida es relación permanente entre placer de órgano, placer erógeno y placer de representación. En la sublimación, lo que predomina es el placer de representación.

La sublimación plantea la concordancia entre la renuncia pulsional y los ideales de la cultura propuestos por el Superyó, íntimamente relacionados con los modos de construcción de subjetividad” (Cueto, 2008).

Constitución del psiquismo, según Castoriadis

“En La institución imaginaria de la sociedad inicia Castoriadis un sorprendente giro para el pensamiento occidental. La inclusión del psicoanálisis en su pensamiento implica una torsión del modo de pensar al ser, a la sociedad, a la filosofía, a la ciencia y al psicoanálisis mismo. Para Castoriadis, la psique tiene que ver con la lógica de los magmas. La primera representación surge en la primera fase del psiquismo, la de la mónada psíquica: las representaciones no son reflejo del mundo, sino creación.

En la fase monádica, la psique se autorrepresenta: es el mundo, al cual desconoce, pero de cuyos efectos –que vendrán desde su ser biológico y desde el otro– no conseguirá escapar. Estas presiones producirán su ruptura y la emergencia de un afuera –donde lo malo quedará alojado– y un adentro. Es la fase triádica, en la cual la fantasía empezará a ocupar un lugar preponderante desalojando a la alucinación que reinaba en el momento monádico. El poder omnipotente de la mónada es proyectado en la madre, que deviene omnipotente, dueña del poder de significación. El ingreso de la figura paterna –cuestión predominante en la cultura occidental, pero no fatal– desalojará a la figura de la madre que aliena al infans, la cual será depuesta de su poder. Para que

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